Team Building 3
La verdad es que la cantan muy bien y consiguen un montón de aplausos, los de Penélope incluidos.Susi vuelve a la mesa muy sonriente. Raúl no viene con ella.
"¿Donde estará? ¿Y a mi qué me importa?" Se va preguntando Penélope.
De repente empiezan a sonar unas notas musicales, las que tantas y tantas veces ha escuchado. Se gira hacia el escenario y ve a Raúl mirándola "¿Por qué?" Piensa ella.
Y la preciosa voz rasgada de él hace una maravilla con "Penélope " de Joan Manuel Serrat , y Raúl la canta sin dejar de mirarla, ella siente como arden sus mejillas.
Cuando termina, él se acerca a la mesa y sin dejar de sonreír ni mirarla le pregunta
• ¿Te ha gustado?
Ella acariciando sus propias manos, nerviosa
• Me ha encantado, y siempre me emociona. Necesito salir a fumar.
• Te acompaño.
Penélope está nerviosa con él al lado ¿Qué le pasa?
• Debo confesarte algo- le dice Raúl y ella lo mira intrigada mientras fuman junto a los jardines.
• Ayer te pasaste un poquito con la bebida- ella casi se ahoga y él le da golpecitos en la espalda.
• ¿Fuiste tú?- le pregunta Penélope mientras intenta detener la tos
• Si te refieres a quien te llevó como un saco de patatas hasta tu habitación mientras contabas un montón de cosas, que no contaré a nadie por mucho que me torturen, te lavó, te puso el pijama y te dejó dormida como un angelito, sí, fui yo.
La cara de Penélope parecía El grito de Munch en esos momentos.
• No- contestó. Mientras Raúl afirmaba divertido y ella enrojecía por momentos.
• ¿Qué te dije?
• No sé si debería repetirlo- se acercó suavemente a su oído y ella sintió un escalofrío que hizo que sus pezones reaccionaran- podría haber alguien escuchando y querer aprovechar la información- y se echó a reír.
Penélope quedó muda y se giró hacia él. Quedaron cara a cara, se acercaron y empezaron a besarse sin saber siquiera porqué, pero se notaba que podía cortarse la tensión sexual con un cuchillo.
Ella lo rodeó con una de sus piernas acercándolo más a ella y pudo notar la erección de él a través del pantalón.
Se dieron la mano y corrieron hacia la habitación de ella. En el ascensor ella dejó libre el pantalón de él y se agachó para dejar que saliera, triunfante, esa erección que ya había notado y empezó a lamer y saborear con todas las ganas que ahora notaba era lo que había estado sintiendo.
X fin en la habitación fueron desnudándose hasta la cama y se dejaron caer mientras se besaban con pasión y sin hablar, el silencio sólo era roto por los gemidos y los jadeos de deseo que ambos emitían.
Un momento ella paró y se apoyó sobre su codo.
• ¿Qué te dije?- Le preguntó con una sonrisa entre divertida y llena de deseo.
• Entre muchas otras cosas, que querías esto. Pero no iba a aprovecharme de la situación aunque me muriera de ganas, y más aún al desnudarte y tocar tu suave piel al volver a vestirte. Solo te acosté y decidí esperar a que fuera verdad que me deseabas, y aquí estamos- ambos rieron y volvieron a besarse.
Necesitaban descubrir ambos cuerpos con sus manos, lenguas, bocas. Saciar todo ese deseo escondido que se había formado en un solo día.
Cuando él bajó la boca hasta el sexo de ella encontró pronto su abultado clítoris con el que él se deleitó y ella se corrió agarrando la almohada con fuerza mientras su cuerpo temblaba de placer. Y él siguió alargando su placer hasta subir a abrazarla y besarla. Ella lo acariciaba y notaba los escalofríos que le provocaban sus uñas. Tocaba su pelo y lo acercaba para besarlo.
Era tan tierno que parecía que se conocían desde hacía mucho. Ella empezó a masturbarlo con la mano mientras sus lenguas seguían enredadas, hasta deshacer el enredo y bajar a saborear esa polla que tanto deseaba.
Mientras lamía, succionaba y clavaba sus uñas en sus piernas escuchaba sus gemidos que la ponían aún más cachonda y la orientaban hacia lo que más disfrutaba él. Se corrió en su boca, a ella no le importó, a pesar de conocerse desde hacía un día, no sabía qué le pasaba con él, pero no era como con nadie.
Se tumbó junto a él y mientras se daban la mano iban explicándose cosas sobre ellos, sus familias, sus trabajos en sus sedes, compañeros, y así siguieron hasta quedarse dormidos, desnudos y enredados.
Aún les faltaba un día para terminar esa escapada de Team Building, pero ni pensaron en ello al caer dormidos con una sonrisa en los labios.