Viaje a ningún lugar . Parte III
Salimos del agua sin decir nada, cuando te sientes en paz al lado de alguien no hacen falta las palabras, una armonía lo rodea todo. Cuando estuvimos fuera nos tumbamos en la arena, uno junto al otro y con el roce de su mano me quedé dormida.Al despertar el ya no estaba, el sol se ocultaba por el horizonte. Tuve un gran sentimiento de vacío, la sensación de haber estado conectada y sin más esa conexión se aleja sin saber porque, cuando lo especial se vuelve a convertir en lo ordinario sin más, sin avisar.
Una gran tristeza me inundaba, pero tenía que seguir como las olas del mar que no cesan.
El cielo estaba precioso como si estuviera en llamas, como si el fuego de una furia interna se reflejará alrededor.
No había comido nada en todo el día, me vestí y continué caminando. Iba pensando que Miguel había sido una ilusión, algo imaginario, lo fue entonces y lo había sido ahora.
A veces idealizamos cosas, es generar una fantasía para escapar de la realidad. La vida muchas veces nos aplasta y buscamos distintas estrategias para salir del dolor y de su contundencia. Ahora más que eso creo que era la necesidad de sentirme especial al menos ese momento .
Dando un paso tras otro, a la deriva encontré una casa pegada a la playa, era blanca, moderna, de líneas sobrias y grandes ventanales. Tenía un jardín precioso con una piscina rectangular alargada. Había bastante gente, parecían tener como una fiesta .
Toque al timbre y me abrió una mujer de unos 45 años, melena rubia perfectamente peinada. Todo allí estaba cuidado al detalle , vestía un vestido corto blanco de tirantes, y una gran sonrisa un poco postiza, en cualquier caso era de bienvenida .
- Hola me he perdido, no tengo nada para regresar al hotel donde me encuentro hospedada.
- Pasa, estamos haciendo una fiesta dando la bienvenida al solsticio de verano. Eres bienvenida, celebramos la llegada de la luz y un tiempo de fertilidad.
Muy adecuado para mí, pensé.
Ella me guió por el jardín, no me preguntó nada sobre mi, ni mi situación. No parecía impórtale ,trasmitía confianza y sentía que verdaderamente era bienvenida en aquel lugar.
El jardín era precioso no sólo por la extensión sino por lo cuidado que estaba y la variedad de vegetación . Los muros los cubrían madreselvas amarillas y elegantes buganvillas moradas.
Lo sobrio estaba perfectamente combinado con pinceladas de color.
La gente que allí se encontraba iba vestida de blanco y era muy dispar. Estaba la energía de la juventud conjugada con una madurez más pausada. Pequeños grupos de gente conversando parecían como estelas brillantes en el fondo verde del jardín.