Clases de baile 2
Termina la pausa, y veo un grupo de chicas alrededor de mi profesor. • Chicas, chicas, hoy hay chica nueva y soy todo suyo- veo que me mira mientras lo dice y viene hacia mi.
Vuelve a coger mi mano, y no veas como arrima cebolleta.
• Ahora toca bachata. Primero te explico los pasos y así será más fácil cuando yo te marque con la mano algún giro o aproximación- ¿más aproximación?
Pero mi cabeza marca afirmativamente como si me estuviera enterando de algo.
Empieza a sonar la canción El pañuelo de Romeo Santos y Rosalía.
Mientras cuenta pasos y me los explica. Y empezamos.
"Te incito
A aliviarnos las penas y curarno' en la cama
Te admito
Baby, si hace' que lo olvide, puede que vuelva mañana
Te aseguro, mami, seré el pañuelo
Mata a la angustia aquí en mi cuerpo
Papi, dame un consuelo
Seré la cura, quiero tu cuerpo"
Ahora mismo no sé cómo sigo sus movimientos , pero lo hago, y cuando aprieta mi mano, giro hacia donde me ha dicho. Y yo, no me lo puedo creer, estoy bailando y creo que no soy un bicho palo.
Mis caderas se mueven al compás de la música, sus manos apoyadas en ellas para no perder el paso y esa brillante sonrisa que deslumbra a media sala.
"Ja, ¿a ti te gusta mi bachata, amiguita?
Ajá
La ROSALÍA (jeje)
Es evidente que pasamo' por lo mismo
Pero nadie ha mori'o por amor
Esta noche ven, refúgiate en mis brazos
Desquítate con rabia pasional
No es casual que nos hayamos encontrao' (come on)"
Está terminando y acaba con mis manos giradas sobre mi parte delantera y mis posaderas en sus partes, que se aprecian grandes.
Reímos.
• Para ser tu primera clase, yo diría que se te ha dado muy bien- me dice al oído con voz melosa.
El bicho palo amenaza con venir y hacerse el muerto cuando aparece María con 3 chupitos.
• Venga que nos lo merecemos. Por mi amiga Eva y dejar de ser un bicho palo. Joder, Leroy, le dice, lo tuyo no es normal.
Brindamos y sin preguntar me bebo el chupito que me quema la garganta y toso.
Marta ríe, y Leroy se preocupa hasta que se me pasa la tos.
• Bueno y ahora a la discoteca a practicar- dice Marta.
Mis pies están muertos y los de Leroy con mis pisotones no deben andar mucho mejor.
-¡Venga!- se escucha en la sala- ya estamos todos.
Total, que está decidido. Vamos a una discoteca, donde busco un sofá como loca.