ENTRE MUJERES- 11. Consol

“ Me enamoran los culos de las mujeres. Son mi perdición. Por un culo me bauticé como macho. Fue mi primera vez. Y es curioso que Consol y Blanca sean de villas de almenas.
Hace 15 años que aquella filóloga se apiadó de mí. Hasta ese momento sólo lo había hecho el viejo. Él nunca lo sabrá. Estamos hermanados en la piel acribillada. En la tempestad de comején que deja más cicatrices en el alma que en la cara. Con Bukowski surqué casi 10 años en compañía del primer amor, aquel poema sin rima, una declaración de gracias a los libros. Más importantes que cualquier mujer.
Mi primer instituto fue mi primer polvo. Ella 37, yo 23. Ella profesora de catalán, yo de castellano. Consol, compartiendo techo y cama con 5 hombres; yo, sin catar coño, como Bukowski.
Sé lo que vio en mi. Virgen. Se me notaba. Y decidió trocarse en samaritana del sexo.
“ No tenen amics, no tenen sostre. No els puc dir que no “. Consol se quería llamar Shen-te. Por eso aquel sábado nos fuimos a ver “ La bona persona de Sezuan “ en el Teatre Lliure. Recuerdo que me crujían las tripas. Pensé que era verdad: hay una conexión entre el cerebro y los intestinos. No sentí la verga. Me sentí vencido. ¿ Cómo podría follar mi colega con un chico acribillado en piel y con patadas de barriga ? Ninguna mujer lo haría. No se folla por piedad. Olvidaba que mi cita no era con Consol, la filóloga, sino con Shen-te, la prostituta de buen corazón.
Fueron cuatro. Rápidos, impetuosos. Hace dos lustros. Lo recuerdo como hoy. En un lecho de matrimonio, sin pareja diaria, le comí el chocho. Mal. Acabé en un bufido. Mojada la vulva, pero no de flujo excitado, de orines estancados.” Normal “, fue lo que se me plantó en las entendederas. Soy feo.
Pero estaba allí. En el lecho. Con un culo imponente. Poco importaba que Consol se achinase en compasión. Había estado esperando por diez años aquel momento.
Y dirigí mi cuero enhiesto a su entrepierna. Me doy cuenta, mientras escribo, que esa es la palabra adecuada: entrepierna. Me faltaba el mapa real del chocho. Fue su diestra la que encaminó la verga a la vulva por años ansiada.
Un minuto, quizás menos. Lo solté todo. No sabía. Pero estaba en mis 23. Tampoco imaginaba que mis 19 de polla lubricarían papayas. Y entré dos veces más, ahora en un charco que bañó mi pene total. ¿ Llegué a los 5 minutos ? La confabulación del índice y el corazón de la diestra de Consol dibujaron un NO. El clítoris aplastado. Ya sosegado.
Y su cuerpo se dio la vuelta. MI boca bebió salado. Lloraba. Tenía ante mí las nalgas fabuladas en tantas noches de pajas repetidas, Mi polla flácida.
Bajé la cabeza. La derrota. Me acordaría muchas noches de aquellas posaderas sin hollar. Desesperación. Lágrimas.
Y las ví en el suelo. Las bragas. El marrón sobre la tela blanca. “ La tía se ha cagado. El culo le arde “. Metamorfosis. Cuero acerado. Le abrí las nalgas. Y durante cinco minutos mi polla de macho perforó el ano de la hembra. Entre jadeos, mi pene, un nudo.
Y me desparramé en las entrañas de la buena persona de Sezuán: Consol, mi primer sexo."

Blanca creaba recuerdos. Pedro los había escrito. Consol fue su primer sexo. ¿ Blanca sería amor ? Ambas compañeras en el insti, ambas de culo en fantasía. ¿ Le tendería la dibujante el lecho al filólogo ? De algo estaba seguro. Con el catre debajo, serían las nalgas de Blanca las que primero engullirían los 19 de falo. Luego habría tiempo para el coño.