FIN DE SEMANA EN VERA - 10. EL REGALO
1. MI CASA —> Relatos Eróticos: MI CASA2. MI PLAYA —> Relatos Eróticos: MI CASA, MI PLAYA
3. MIS VECINOS —> Relatos Eróticos: MI CASA, MI PLAYA, MIS VECINOS
4. LOS ASOCIADOS —> Relatos Eróticos: MI CASA, MI PLAYA, MIS VECINOS, LOS ASOCIADOS
5. CONFIDENCIAS—> Relatos Eróticos: MI CASA, MI PLAYA, MIS VECINOS, LOS ASOCIADOS, CONFIDENCIAS
6. MISS DAISY —> Relatos Eróticos: FIN DE SEMANA EN VERA - 6. MISS DAISY
7. LA CEREMONIA —> Relatos Eróticos: FIN DE SEMANA EN VERA - 7. LA CEREMONIA
8. EL BAILE —> Relatos Eróticos: FIN DE SEMANA EN VERA - 8. EL BAILE
9. EL CONVITE —> Relatos Eróticos: FIN DE SEMANA EN VERA - 9. EL CONVITE
EL REGALO
La noche es mágica. Luce una luna inmensa y Sandokan hace chuletillas en una barbacoa mientras el resto, en círculo a su alrededor, charlamos.
— Oye, Sandokan, ¿tú cómo haces para pelar bien los huevos?,- le pregunta Vidal-Paco-Vidal.
— Pues yo le pongo un puñado de sal al agua, al cocerlos.
— Y ¿va mejor que la crema de afeitar?
— ¿Ein?- dice Sandokan.
(Zasca, Sandokan, que a ti también te los dan…)
Luisito ahora duerme en su silla, que se la han traído para él, además. Me pregunto cuantas horas, seguidas de noche, dormirá esta criatura. Pero sobre todo me pregunto cómo alguien que practica la violencia en el sexo puede tener narcolepsia. Que sí, que todo es consentido, pero las tortas se dan. Y los latigazos. Y te escupen y te insultan, que lo he visto en una película. A mi eso no me gusta. Si me duele, me duele. Nunca entenderé esa forma de tener sexo: a mi que me acaricien salvajemente, eso es lo que me gusta. Si es que yo soy muy blandita para algunas cosas, jo.
(SANDOKAN: ¡Cómo me gustaría saber lo que piensa cuando se queda así, tan retraída!. A veces sonríe, a veces se sorprende, a veces se asusta… no debe ser fácil integrar tanta información de golpe. Pero lo cierto es que ha entrado por la puerta grande en el corazón de todos. No es guapa, pero tiene algo. No les había visto nunca tan relajados. Ojalá se quede, ojalá lo asuma, ojalá le guste, ojalá no se vaya…)
— Y entonces, MarujaperomellamanMaru, ¿dices que has empezado a trabajar?,- le pregunto.
— Si, Seren, he empezado a trabajar. A mi edad, fíjate,- me contesta ella.
— Y ¿qué vas a hacer, si no es indiscreción?
— ¿Tú piensas, Seren, que si no duele no es amor?,- me dice ella.
— Pues… no lo sé,- (¿De qué hablamos, de tener novio o almorranas? No sé por dónde va).
— Pues de comercial. La tienda se llama Chupichumichuli, es una tienda en el ordenador.
— ¿Una tienda on line que se llama Chupi Chumi Chuli . Com? (El chumi, ¿será chumino? No, ¿verdad?)
— Si, eso. Chupi Chumi Chuli. Y el lema es “Lo mejor p'a tu coño moreno". Son artículos de seso para la gente esbinguer.
— Ahhhhh…
(Me pregunto si hay alguien al volante en este grupo o van en caída libre. Si van en caída libre, vete a saber dónde cae Luisito, dormido, y, lo peor, donde caen los dientes de Luisito para luego ir a buscarlos…)
(SANDOKAN: Seren no falla. Su cara es un poema. No se puede fingir tanta inocencia).
— Cariño, vamos a dar los regalos de boda,- le dice MarujaperomellamanMaru a Pau, que es su nuevo cariño, que ha sustituido a Fefe.
Y Fefe, en un alarde de caballerosidad , le da a Pau su pajarita de novio, que Pau acepta encantado, porque ahora es el “cariño”. Y se levanta a coger una bolsa con los regalos de la boda.
No sé a vosotros, pero a mi en las bodas me han dado cada truño que flipas y luego piensas… ¿cuánto tiempo habrán dedicado la madrina y el padrino a buscar los regalos? Que es una forma de decir… no quería que vinieras pero aquí estás, y te doy este truño.
Aquí no hay madrinas ni padrinos, pero todos fuman. Del novio espero tabaco, al menos. De la novia, ¿quizá un abanico? ¿Un indalo en una pulserita, o en un cenicero? El indalo es el símbolo de Almería, y simboliza la suerte. Sería un bonito detalle, creo. Mejor sin duda que el último regalo de la boda a la que fui: un ambientador para el coche. Como venganza, unos cuantos se los dejamos en la habitación a los novios para pasar su noche de bodas. Pa vosotros, los ambientadores. Y durmieron en la terraza y era 15 de enero…
De la bolsa, Pau saca bolsitas individuales. Y en cada bolsita pone:
“Tu marca de piojos y liendres de confianza", en tinta roja, en grande… (lo estoy viendo: una liendrera para cada uno… necesito más sangría…)
(SANDOKAN: Seren tiene cara de necesitar alcohol en su cuerpo precioso, lo de la bolsa es mortal. Mira qué cara pone la pobrecita…)
— ¿Quién quiere más sangría?,- dice Sandokan.
— Yo yo, bien lleno, por favor,- le digo.
Nos dan a cada uno una bolsita y la abro con cuidadito, para no romperla. Dora la Exploradora ha abierto la suya con mucha ansia. Yo no quiero romper la bolsita por si me vale para algo y porque tampoco hay tanta prisa en saber lo que hay dentro de una bolsita que anuncia piojos y liendres, digo yo.
Hay tres regalos.
Uno es una peonza, metálica. Con un brillante rosa precioso en la base. Pero la mía no trae cuerda, no sé, ¿se habrá olvidado el de la tienda?
Otro es una paleta de madera, de cocinar. Por un lado hay un indalo pintado (lo sabía, que tenía que ser algo de Almería). Por el otro lado, pone… “dame más fuerte, bebé”.
(¿Ein?)
— Pero, ¿cómo voy a mover el arroz con esto?,- se me escapa en voz alta.
— Seren, el arroz no se mueve. Y además eso no es para cocinar,- aclara MarujaperomellamanMaru.
Y el tercero yo me pienso que es un bote de aceite de oliva virgen extra (que eso sí es un buen regalo). Pero afino la vista, que la noche y el exceso de sangría no ayudan, y no soy capaz de leer. Y Sandokan viene, me pone la mano en la cintura, y me dice que es lubricante. Y se ha quitado el delantal. Y es su torso el que roza mi brazo, cuando viene por detrás. Y es su voz en mi oído. Y es su aroma a chuletilla, el que sube por mi nariz hasta mi cerebro… y hace ¡pummmm!
— Son cositas nuevas de mi trabajo, a ver si os gustan,- dice MarujaperomellamanMaru.
Y Pau dice que vamos a empezar el juego.
— El lubricante utilizadlo para poneros el pimpanpum…,- dice.
La sangría, la situación, tener en mi mano una peonza que me tengo que meter en el culo untándome con lubricante… y que todos me miran a mi, me hace soltar una carcajada y un… “ni de coña”.
Y Pablito me dice:
— Ooooññeee Enennn, quiquiquiqui eeeennneeesss que ne ayuuuuune aaaa ponnnneeeteeelo?
— ¿No vas un poco rápido, Pablito?,- jajajajajaja, otra carcajada mía y de los demás, es que me lo ha puesto a huevo Pablito, ainsss… Que si me ayuda a meterme una peonza en el culo.- Ni de coña, Pablito. Y además eso va en contra de Ra y Jonsu, que para tomar todas las vitaminas tenéis que tener el ojal bien limpito y libre de objetos.
— ¿Quién coño son Ra y Jonsu?,- pregunta Miss Daisy.
(Ayyyy, he metido la pata hasta el fondo…)
— Nada nada, Miss Daisy. Yo prefiero veros a vosotros esta vez. A la próxima, me uno. Prometido. (Tengo los dedos cruzados, no me los ven).
Y Pau continúa:
— Venga, nos ponemos el pimpanpum, hidratando bien la zona antes de introducirlo. Abrimos las piernas, a la de tres… una, dos y tres. (Como un ejército, oye, qué sincronizados). Flexionamos las rodillas y apoyamos las manos en las rodillas. Y a ver a quien se le cae antes el pimpanpum…
Y allí están… y están serios, pero yo creo que es que se aguantan la risa porque piensan que se les va a caer la peonza que tienen en el culo.
Que, me estoy fijando, la mía tiene un brillante rosita, pero es la única. Las de ellos tienen como una cola de animal, no sé… de conejo, de zorro, más grandes y más pequeñas y de colores. Y la imagen de la bolsa escrotal de Vidal-Paco-Vidal colgando más que la cola de conejo verde que le ha tocado, es insuperable. Es que no lo veis, pero de verdad que esto es para vivirlo.
— Pues una amiga mía se ha roto la nariz, bailando,- dice Luisito.
— ¿Bachata?,- pregunto.
— Ahora si…- y todos se ríen.
¡Y qué concentración, oye! A ninguno se le cae aquello. Y qué callados están después de las risas. Si es que yo creo que eso es imposible que se caiga, ¿no hace el vacío? A ver, que a mi me han contado -porque yo eso no lo he visto- que en Urgencias sacan de todo de los culos de señores y señoras. Desde el alumbrado de un pino navideño hasta una virgen de Zaragoza.
¿Qué se tiene en la cabeza para meter cosas por un sitio dedicado a que salgan “cositas”? El que se metió las luces, ¿se pensó que era transparente? ¿Y el de la virgen era para estar más “iluminado”?
— Pues una vecina mía dice que ella se pone las compresas como plantillas,- dice Dora la Exploradora.
— Pero para eso están las Devorolor…- contesta Maricarmen.
— Ya, pero esas son las que se pone en el coño…- y más risas.
Espera espera… al que se le caiga el pimpanpum del culo, ¿también va detrás la cena que estamos disfrutando? ¿Aquí en la playa?
“Hasta que no pase el último cura no termina la procesión". Dice el Padre Raso. Y todos se ríen. Y aquello no se cae, a nadie se le cae la peonza…
Miss Daisy dice que le duelen las rodillas, criaturita. Y Maricarmen le pregunta que cómo lleva las clases de paciencia y autocontrol. Y Miss Daisy le dice “tu puta madre”. No van bien, creo.
— Hay un chorro del spa que me hace sonreír más que mi dentista,- dice Luisito. Y venga risas.
Y de repente… chofff. ¡Al Padre Raso se le ha caído la peonza! ¡Qué fuerte! Su ano estará más acostumbrado y abierto a esas sensaciones y a ese placer, no sé. Y sale corriendo y dice que ahora viene. Creo que le ha dado un apretón, y no sé a dónde irá a aliviarse…
Vuelve llorando el Padre Raso:
— ¿Qué te pasa, Padre?,- le pregunto.
— Ay Seren, es que se me ha caído el pimpanpum. Y yo soy hipocondríaco, y pienso que ahora me voy a morir.
— Anda ya, disfruta. Y a vivir… que son dos días…- le digo.
— Joder joder…
El Padre ha perdido el juego. El resto se incorpora para quitarse el pimpanpum. Y no pueden, claro. Porque eso hace el vacío. Y porque igual, solo igual -que yo no tengo experiencia en esto- hay que quitárselo estando agachado. Ni idea.
Pero Sandokan les ayuda: “A ver, colocamos los dedos índice y corazón entre el ano y el pimpanpum (en la parte superior de la base) y el pulgar en la piedra de la base para evitar que el juguete se quede dentro”.
(Mira cómo sabe Sandokan de culetes… Y si el pimpanpum se queda dentro, pues a urgencias que nos vamos todos, a pasar vergüencita allí y alimentar las crónicas de urgencias de cosas que se mete la gente por el culo.)
Ainsss…
(Cuidado con las adiciones. Todo debe tener su equilibrio…)