La Cena de Empresa
"Habitación 315, hotel Balmoral" - dice el mensaje de Whatsapp que me acabas de enviar.Me levanto del sofá y pongo en una bolsa de papel una cajita negra de terciopelo, me miro de reojo en el espejo para confirmar que el perfilado de la barba me ha quedado bien, cojo las llaves, y salgo.
Llego al hotel y subo directamente a la tercera planta, busco la habitación y tocó a la puerta. Me abres, te veo, me miras... Sonreímos.
"Pasa" - me dices - mientras comienzas a
caminar hacia el interior. No puedo dejar de observar tu culito, que se mueve al vaivén de tus caderas, en esos jeans azules que te quedan tan bien.
Aún con la puerta en la mano, me doy cuenta de que me he quedado embobado mirándote. Me recompongo, cierro la puerta y voy hacia ti. Llevas una camiseta blanca que casa muy bien con los tejanos. El pelo suelto algo despeinado y descalza.
Dejo la bolsa de papel en la mesa. Te acercas a mi y me susurras -"has tardado mucho" - y casi antes de que acabes la frase, te cojo por la nuca y te acerco a mis labios. Te beso apasionadamente con nuestras lenguas descubriéndose de nuevo, hasta que te empujo hacia atrás y caes de espaldas en la cama. Me miras desafiante y vuelves a sonreír.
-"mira lo que nos he comprado"- te digo, mientras saco la cajita negra de la bolsa. Es una bolsa de papel sin marca, así que no intuyes que puede ser...
Te doy la cajita para que la abras. Se te iluminan los ojos al ver el interior, es un plug anal precioso, de la marca Kitten 500, el modelo v34, negro, de esos con el mango decorado de diamante, en este caso verde esmeralda. Lo coges con las manos, es suave, le pasas un dedo por encima, y yo solo puedo ver tu mirada sucia, tus pensamientos acelerados y como empiezas a excitarte.
-"has traído lo que te pedí?"- te pregunto.
-"Si" - me dices
• "Bien, veamos, sacalo" - te digo. Y vas a tu maleta de viaje para sacar una bolsa de plástico. Te sientas en la cama y vas poniendo encima todo lo que vas sacando. Un pañuelo de seda negra, una cuerda, aceite de bebé, un antifaz para dormir de esos de avión, y un bote de lubricante en base de agua... Sonrío y saco un último objeto de la bolsa... Unas esposas de piel, tipo cinturón, con hebilla dorada.
Por tu reacción veo que te gusta y no te sorprende. Sonríes como diciendo -"buena idea" - y te quedas mirando y tocando el plug anal.
• Lo podemos probar? - me preguntas
Y mientras me acerco y te levanto agarrandote de los brazos te digo - "Si, claro" - para a continuación volverte a besar. Tus manos ahora se pierden por mi espalda, acariciándome por encima de la camisa. Mi mano en tu cuello acercándote a mi y la otra en tu culo, tocando, apretando. Me encanta tu culo y lo sabes, por eso siempre te pones ropas ajustadas que realzan esa bella parte de tu cuerpo.
Sin dejarnos de besar, tus manos empiezan a desabrochar los botones de mi camisa, de arriba a abajo, y tal y como vas abriendo un botón, vas besando mi piel. Bajando... Y bajando más, no te entretienes y rápidamente llegas al último botón, que hace que caigas de rodillas ante mi.
Tus manos ahora pasan a mi cinturón, mientras yo me voy quitando mi camisa, ya abierta totalmente.
Tus manos ya han notado mi erección, pero sigues quitándome el cinturón lentamente. Yo lo miro todo desde arriba mientras te acaricio el pelo.
No siquiera me abres el botón del pantalón sino que sigues sacándome lenta y completamente el cinturón que, una vez fuera, te lo pones alrededor del cuello para, mirándome a la cara y con ojos de gatito de shreck, me dices -" me queda bien como collar,no?".
Tu no lo has notado pero mi erección acaba de sufrir un crecimiento bestial. Me encanta lo que sugieres y mis manos ya están ayudándote con este nuevo collar de piel que te pones a modo de correa... Y ahora sí empiezas a desabrocharme el pantalón y bajarme la bragueta, mientras yo, con una mano agarrando la punta del cinturón, te tengo, de nuevo, a mi merced.
Sigues de rodillas, con la mirada llena de deseo, me miras a los ojos de nuevo antes de proceder a bajar el elastico de mis boxers. Sonríes y, sin manos, empiezas a lamer mi sexo, que crece cada vez más en frente de ti. Noto cada lamenton con un placer inusual. Tu lengua ahora recorre toda la longitud de mi polla y sigues lamiendo, de abajo a arriba, hasta que, por fin, tus manos se hacen dueñas de la situación y me coges el miembro para, lentamente, introducirte lo en la boca, poco a poco, cada vez más a dentro.
Suelto un gemido leve, intuyes que me está gustando, a ti te está encantando...
Con una mano, tiro levemente de tu pelo para que te me quedes mirando mientras con la otra, de un movimiento rápido, tiro para arriba de la correa con fuerza para que, de golpe, te levantes y te quedes ante mi, dispuesta a recibir instrucciones.
• "quítate el sujetador" - te ordeno. Y al instante tus manos se pierden por tu espalda, dentro de la camiseta blanca, y te desabrochas rápidamente el sujetador que sacas al momento por una de las mangas.
• "acércate" - te digo. Y mis manos se disparan hacia tus dos redondos pechos, se te notan los pezones erectos contra el algodón de la prenda. Vés mi mirada lasciva y eso te pone mas cachonda aún.
Te giro 180 grados y pego mi pecho a tu espalda.
• "sube los brazos". Y los subes lentamente hasta tocarte el pelo. Mis manos ahora se pierden por debajo de tu camiseta, acariciando tu abdomen primero y subiendo levemente hasta tus tetas, ahora erguidas, disfrutas de del contacto con mis manos fuertes, con mis dedos que juegan y pellizcan tus pezones.
Poco a poco me voy separando y vuelvo a agarrar la correa que cuelga por tu espalda. Tiro un poco hasta que te balanceas hacia atrás. En ese momento te pido que te quites los pantalones, "pero sin doblar las rodillas" - te ordeno mientras sonrío y noto la tirantez en el cinturón.
Te desabrochas los jeans y te bajas los pantalones hasta la mitad de los muslos, no puedes bajar mas sin doblar las rodillas y no puedes doblar el tronco sin que el cinturón te apriete el cuello...
Has entendido el juego y poco a poco te vas doblando, sin doblar las rodillas.
-"buena chica"- te digo, mientras voy soltando muy poco a poco algo de correa.
Notas que te aprieta el cuello, y te gusta, sabes que tengo el control total de la situación y tus bragas se mojan cada vez más.
Has ido bajandote los pantalones lentemente, yo he ido acercándome a ti para darte aire, para darte cuerda. Y ahora estás totalmente en pompa, con las manos apoyadas en el suelo, los pantalones por los tobillos, las bragas encharcadas, y solo notas mi sexo, durísimo, apoyado en tus nalgas.
Suelto el cinturón que cae al suelo con un ruido sordo. Y mis manos van directas a tu tanga de algodón blanco. Sigues con las manos apoyadas en el suelo, se nota que no estás còmoda, pero te quiero así, con tu culo hacia arriba, invitandome a que lo toque, a que lo acaricie, a que le dé un buen par de cachetes.
Finalmente te permito que te pongas cómoda, y te arrodillas, aún de espaldas a mi. Te acaricio la cabeza, te pido que te levantes y que te quedes quieta. Te quiero bajar el tanga poco a poco, y me agacho para besarte las nalgas...
Me encanta tu culito redondo, lo muerdo y lo acaricio mientras mis manos van bajando tu tanga. Lo bajo hasta tus rodillas hasta que cae por su propio peso hasta tus pies.
Ahora soy yo el que se arrodilla tras de ti, mis manos abren un poco tus nalgas para que mi lengua empiece a explorar.
Miras al cielo con los ojos cerrados, lo que estás sintiendo en estos momentos te encanta, y en tu mente solo está el plug anal, tirado en la cama, esperando estar dentro de ti.
Te ordeno que separes las piernas y observo como tus fluidos resbalan por tus muslos, me mojo la llema de los dedos y me los llevo a la boca, tienes un sabor dulce acaramelado que me vuelve loco.
Ahora me siento debajo de ti, debajo de tus piernas abiertas, con mi cara justo en frente de tu precioso sexo, perfectamente depilado para mí.
Instintivamente separas más las piernas, ofreciéndote. Mis manos te agarran de los costados mientras mi lengua se acerca peligrosamente a ti.
Estás tan excitada que al mínimo contacto te estremeces, y yo te agarro aún con más fuerza para que no te muevas.
Mi lengua empieza a perderse y dibujar círculos en tu clítoris, succiono suavemente y me acerco aún más cuando tus manos se posan en mi cabeza y me empujan hacia ti.
Ahora mi lengua repasa todos los pliegues de tu sexo, saciendome de ti, absorviendote, mientras te vuelves a estremecer y tus piernas, cada vez más abiertas, empiezan a temblar.
Te introduzco dos dedos mientras mi lengua sigue, diligentemente, jugando con tu sexo. Estás tan mojada que entran fácilmente, haciéndote gemir de nuevo.
Ahora tus jugos ya me caen por la barbilla llegando hasta mi cuello, y mi polla está cada vez más dura, más preparada para ti.
Sigo comiéndote el coño y te vuelvo a coger con las dos manos, empujándote hacia mi, hundiéndome en ti.
Mi dedo índice, despistado, encuentra tu aureola anal, y decide jugar con ella, trazando pequeños círculos hasta que, finalmente, se introduce sin notar demasiada resistència. Mi lengua sigue trabajando y me dedo sigue jugando con tu culo.
De nuevo suspiras y miras hacia la cama... Ahí está el plug anal... Ya no puedes esperara más!
Poco a poco me voy incorporando, besándote la barriga mientras te subo la camiseta blanca que aún llevas puesta. Mis besos llegan hasta tus pechos y ahí me quedo un rato, besando, mordiendo, con mi lengua húmeda aún de tus jugos.
Mis manos vuelven a perderse entre tu piel, te aprieto las tetas para que mi lengua juegue mejor con tus pezones, los muerda, los chupe... Durante el juego nuestros sexos se rozan y ambos notamos un escalofrio, como un calambrazo, que nos humedece aún más.
Vuelvo a recuperar la compostura y, con un movimiento rápido, te empujo para que caigas de cara en la cama. Te quedas estirada y yo aprovecho para acabar de quitarte los jeans y el tanga, que aún estaban en tu tobillo derecho. Te dejo solo la camiseta y el cinturón a modo de correa.
Cojo los dos cojines y te los pongo debajo de la barriga, haciendo que tú trasero se eleve un poquito.
Con voz dulce te pido que te relajes mientras alcanzó el plug anal y el lubricante. Te voy contando todo lo que te voy a hacer mientras abro el bote de lubricante y lo esparzo por nuestro nuevo juguete, añado un poco extra en tu culo y, siempre observando tu reacción, procedo a meterte el juguete por el ano, lentamente, mientras te acaricio el pelo con mi mano libre.
Lo estás disfrutando, tu mueca de placer no deja lugar a dudas. Muevo un poco el plug para darte más placer, lo que agradeces con un nuevo gemido. No me puedo aguantar y te vuelvo a dar un buen azote, en ese culito precioso que tienes, y emites un grito, más de sorpresa que otra cosa y me dices -"dame más!"- y yo, obediente, prosigo con los cachetes. Suaves pero firmes. Combinando con mordiscos y movimientos estratégicos de nuestro plug.
Me estoy excitando demasiado y me levanto de la cama. Te miro, estas estirada, boca abajo, con una joya color esmeralda decorando tú trasero, las piernas semi abiertas y la correa aún puesta que me recuerda que aún tengo muchas cosas que hacer contigo.
Ahora te ordeno que te levantes y te situes frente a mi, ya es hora de que te quites esa camiseta, que ya empieza a estorbar.
Sin decir palabra y con un gesto de asentimiento, te la quitas, dejando solo el cinturón y el plug como toda prenda. Yo estoy sin camisa y con los pantalones medio bajados. Me siento en la cama para acabar de desnudarme y te mando que te acerques al escritorio, que te coloques frente al espejo y te mires, te toques, te acaricies.
Tu obedeces y empiezas a manosearte les tetas, mientras te miras a los ojos. Yo lo veo todo desde atrás y a través del reflejo, tus manos siguen acariciando tus pezones hasta que mueves una hacia tu sexo, y te empiezas a masturbar, tus piernas se abren y encuentras una silla sobre la que apoyas un pie, haciéndote más fácil los movimientos.
Yo ya estoy totalmente desnudo, detrás de ti. Me acerco y te coloco las manos sobre los hombros.
• "no pares, pero no te corras" - te digo, y tú continuas mirándote al espejo y tocándote como solo tú sabes hacerlo.
Ahora mis manos se unen a las tuyas y empiezo a tocarte, ya notas mi polla en tu trasero, dura y mojada, sabes qué vas a ser follada y eso te pone muy cachonda.
Tiro de la correa para que muevas la cabeza hacia detrás, ahora tú espalda y mi pecho se tocan, y nuestras bocas están a la misma altura. Te doy un nuevo beso metiéndote la lengua hasta el fondo, que intentas succionar y morder. Me gusta y antes de separarme, te muerdo el labio, te ha dolido pero te ha encantado.
Te coloco de manera que tienes las manos apoyadas en la mesa, estás mirando al espejo y me ves, en el reflejo, justo detrás de ti, con el control total de la situación. Estás totalmente sumisa y eso te vuelve loca.
Separas un poco más las piernas, mostrándome tu culo precioso, con la joya de color esmeralda en el medio.
Yo me acerco mientras tu lo miras todo a través del espejo, miro tu culo, te doy otro cachete y con mi mano izquierda me cojo la polla que, suavemente, voy introduciendo en tu más que ansioso sexo. Entra con una facilidad pasmosa y hace que ambos soltemos un gemido de placer al mismo tiempo.
Empiezo a follarte lentamente, puedo notar el juguete cada vez que te penetro, y me encanta la sensación. Tu nunca habías sido follada con un plug en el culo y lo estás gozando de lo lindo. Tu pelo se mueve a cada embestida y te apoyas fuertemente en la mesa para no perder el equilibrio. Yo aprovecho y agarro el cinturón para poder acercarte más a mi cada vez que lo necesito.
Te sigo follando por detrás, cada vez más rápido, más duro, tu empiezas a gemir cada vez más alto y se que estas cerca de correrte. Decido soltarte la correa y cogerte del pelo, tirarte un poco hacia atrás para que arquees la espalda.
Ahora soy yo el que está notando como el orgasmo está llegando. No voy a parar y te follo aún más fuerte para hacer que te corras. Tu lo ves todo en el espejo, mi mueca de placer, mi sonrisa pícara y, con un grito ahogado, te corres, cayendo encima de la mesa, abandonandote a tus instintos, mientras yo, con otro gemido de placer, finalmente me acabo corriéndo en tu espalda y encima de tu culo.
Después de unos segundos para recuperarnos, te comienzo a sacar el plug anal, despacito, con cuidado, lo cual parece que te produce aún más placer. Lo repaso con una toallita húmeda y lo dejó caer en la cama.
Tu aún sigues apoyada en la mesa, tus piernas han perdido fuerza y se han doblado un poco.
Me acerco a ti, te levanto la cara cojiendote del menton, y te beso.
Empiezas a recuperarte y te incorporas, no tienes intención de desabrocharte el cinturón así que lo hago yo, que dejó caer al suelo.
Notas mi leche que va cayendo por tu espalda, tus nalgas y tus piernas, y decides que os hora de saltar a la ducha, ahora ya más recupersda, y con alegres pasos, te diriges al baño.
Solo te enjuagas con agua y sales de nuevo con una toalla blanca alrededor de tu cuerpo. Yo solo me he limpiado un poco y me he vuelto a vestir. Tengo que ir a casa a cambiarme para la cena de de empresa que tenemos esta noche.
Pero antes de irme, saco el móvil, abro una app y aprieto un botón. Inmediatamente, el plug anal que llevarás puesto durante la cena, empieza a vibrar...
(3h después)
Continuará...