FIN DE SEMANA EN VERA - 8. EL BAILE
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EL BAILE
A ver, vuelve en ti, Seren. Llegaste ayer por la noche, no has dormido nada, tomaste un café, te fuiste a la playa, hiciste nuevos amigos, te pusiste tibia a cervezas, subiste a casa… coño, ¡había un chocolate con porras en la puerta!… recuerdo que lo puse en la mesa, pero no lo probé… estaba yo como para comer nada: desnuda y recalentada por el sol y las cervezas. Vi el móvil:
“Cariño, he ido a la compañía de agua y a la del gas y ya te puedes duchar cuando subas a casa con agua calentita. Me han llamado de la oficina y tengo que volver corriendo a Madrid a apagar un fuego. Pero quédate ahí y disfruta del fin de semana. El domingo coges un autobús y te recojo en Atocha. Te he llamad,o pero no me lo cogías. Llámame para saber que estás bien, por favor, cuando veas este mensaje. Te quiero.”
Qué mono es. Creo recordar que vi el mensaje a las 2 de la tarde y ahora son las 9. ¿Dónde tengo el móvil? En el bolso. ¿Dónde está el bolso?
Me he desnudado tan rápido para entrar en la playa a las 8 que no sé dónde he dejado las cosas. Parecíamos… las muñecas de Famosa se dirigen al portal… ainsss. Nota mental: no beber nada esta noche.
Voy a la cancela a buscar mis cosas, que habrá que vestirse para ir al restaurante, digo yo, y pasa por allí George con su bicicleta:
— Hello Seren, ¿tú comido los churos que te’dejado?
— Todos George, me he comido todos los churos habidos y por haber. Y muchas gracias-, y venga cinismo, y venga trolas… esta gente me está cambiando, definitivamente.
— A mi no me has comido el churo,- dice el ferretero venido a más. (¿Me estás siguiendo, Padre Manuel?).
— Ni te voy a comer nada con ese alzacuellos…- (tontolaba).
— ¿Me lo quito?- (mira qué tonto…)
— Noooooooooo, déjalo ahí que estás muy guapo así, que te hace juego con los ojos. Oye Manuel, ¿y a qué hora nos vamos al convite? ¿O eso no se estila aquí?
— Si, claro que hay convite, Seren. Pero es de un catering, se celebra aquí.
— ¿Aquí dónde?
— Aquí en la playa, debe estar a punto de llegar…
(Madre del amor hermoso…)
— Y yo me lo quería perder… - (La madre que me parió, que si me viera ahora me desheredaba…)
— Pues no te lo pierdas, porque queda lo mejor…- dice Manuel.
“Hola cariño. Todo bien, pero esto es muy aburrido sin ti. Qué pena que te hayas ido, pero nos vemos pronto. Ya te aviso del horario del autobús. Creo que me voy a dormir ya, que estoy muy cansada. Te quiero.” (Por si llama y no le oigo, más vale prevenir que patada en los cojones).
Y empieza la fiesta, mientras esperamos al catering. Pau conecta la música de su móvil y…
Y que hay que hacer una conga etérea. De tal forma que, sin darme cuenta, tengo delante de mi el culo del novio, de Pau, y me tengo que agarrar a sus caderas, y detrás está Luisito, el bedesemero narcoléptico, y se tiene que agarrar a las mías. Y por su cara, y esa sonrisa con 3 dientes de más, está encantado de estar ahí.
Y lo veo: mi culito peligra. Estoy por pedirle a Fefe su peluquín para ponérmelo en el culo… (¿Y cómo se sujeta un peluquín? ¿Con velcro?).
Y Fefe anuncia: ¡una de Jordi Dan! (Si Jordi Dan ve esto, llama a la fiscalía y ya, de paso, que le hagan pasaporte nuevo, que ahora es catalán, ya te lo digo…)
Y yo… ¿qué queréis que os diga? Que nunca os tengáis que ver en una como esa, moviendo las caderas al ritmo de el chiringuito el chiringuito el chiringuito el chiringuito yo tengo un chiringuito a orilla de la playa lo tengo muy bonito y espero que tú vayas chi chi-chi-chi chi-chi-chi chi-chi-chi… si sube la marea me va de maravilla la gente se amontona y yo les doy morcilla, el chiringuito el chiringuito el chiringuito el chiringuito… que-nunca-os-veáis-en-una-de-esas.
En el primer giro que hacemos, Luisito se ha caído y está en el suelo durmiendo. Y es Miss Daisy la que se agarra a mis caderas. Y me gusta igual de poco que Miss Daisy o Luisito se sujeten a mi, con mi culito ahí, indefenso y a su merced, que esta mujer te mete el dedo en el culo incluso cuando duermes, y el otro te azota, que no tienen ideas buenas ninguno.
Y lo larga que es la canción, que no me había dado cuenta hasta este momento. ¿Georgie Dann? Mis cojones 33 Georgie Dann, o Jordi Dan. Pesao, que eres un pesao. Que a esa canción le quitas dos minutos y el mensaje es el mismo. Pesao, que te lo tenían que haber dicho en tu casa, que eres un pesao.
Acaba la canción y en la mesa donde estaba el cuerpo y la sangre de Cristo, de repente hay un barreño con sangría y vasos de plástico. Un barreño. Quien sabe lo que han lavado ahí… pero yo me voy al lado del barreño. Con suerte no me cogen para la siguiente conga.
Veo a Luisito, ya despierto, removiendo la sangría (le ha dado tiempo dormirse y despertarse y remover la sangría de lo larga que es la canción, pesao, que eres un pesao Jordi Dan). Le digo que me sirva un vaso, pero grande, que tengo mucha sed.
En esto se acerca alguien a saludar, que he venido tan rápido que ni me ha dado tiempo ver quien había en la boda:
— Hola, soy Dora.
— ¿La Exploradora?.
— ¿Qué?.
— Ná.
— ¿Ná?
— Nanas, dale con nanas… ay Dora, perdona, que estaba a otras cosas. Yo soy Seren, encantada.
Y venga a beber sangría, qué sed, oye.
Y ya sé por qué le llaman Dora la Exploradora. Con su pelito así colocado y la mochilita a la espalda. Porque una puede ser nudista -yo ya no sé qué soy yo-, pero hay que guardar nuestras cositas en algún sitio.
Y, como si leyera mi mente, me dice que en la mochila lleva compresas, porque nunca se sabe cuándo te puede bajar la regla.
(¿Compresas? Las compresas se sujetan en las bragas con las alas, atontada, y tú no usas bragas. Joderrrrr joderrrrr…)
O será que Dora se pone la compresa al revés, con las tiras adhesivas contra el chumino, para que se pegue a los pelitos y no se caiga la compresa… De todas formas, yo le miro y creo que hace muchos años que no le baja la regla a Dora, ehhh… tampoco sé si con una compresa del revés te sientes fina y segura, y si absorbe. Ni idea.
Desnuda, deberían ir mejor los tampones, ¿no? Aunque con la cuerdecita ahí colgando, alguno vendría a tocarla cual campana, quien sabe. Algún tonto-los-cojones, que diría mi abuelo.
Me estoy dando cuenta que desde que estoy aquí, en Vera, con mis nuevos amigos, tengo los cojones continuamente en la boca. No, eso no. Bueno, en la punta de la lengua. No, eso tampoco. Pues que pienso mucho en ellos, vaya. Y no es para menos, que ahora tengo delante de mi 7 pares de cojones -14 huevos- colganderos. Que yo no quiero adelantar nada, pero (Spoiler: la bolsa escrotal se descuelga con la edad. Ahí os lo dejo, chicOs).
Y entonces viene a presentarse el novio -o pareja, o amante, o marido, o yo-qué-cojones-sé- de Dora la Exploradora, que no es otro que el señor que no puede trepar a los árboles porque se rompe la rama por el peso de sus cojones:
— Hola, soy Vidal, Paco Vidal- (y tonto-los-cojones también eres, sí).
— Ahhh, eres su primo?
— ¿De quién?
— De Vidal, Nacho Vidal. -(Es que hay cosas que vienen de familia, como los cojones).
— No no, a ese señor no le conozco.
— Ah vale. Yo soy Dipia, Seren-Dipia. Pero me llaman Seren. (Qué graciosilla soy algunas veces, me falta seguir ensayando para levantar sólo una ceja).
— Ya le he dicho que me puede pedir compresas, siempre que quiera- apunta Dora.
— Estarán caducadas, cariño. Hace 50 años que no tienes la regla.- (¿Lo veis? Cada día que amanece el número de tontos, con cojones, crece).
(Si me baja la regla, le pediré las compresas a Dora la Exploradora. Siempre que lleve bragas, digo. Igual aquí ni las traigo, oye).
Y entonces Luisito le hace una seña a Pau para que pare la música. Y se pone a hacernos señas como hacen en la tele para los sordos:
🖐🏻 👂🏼 👄 🦷🦷🦷 🤷🏻♂️ 🙏🏼 👀 🔦
Y MarujaperomellamanMaru, que vale para un roto, y un dogging, y un cancaneo y un fisting y un descosido, traduce:
“¡Oídme! Se me han perdido los dientes, no sé dónde están. Por favor necesito vuestra ayuda para buscarlos.”
Y cuando abre la boca para certificar que los dientes no están, lo veo claro. A esta criatura hay que ayudarle a buscar los dientes sí o sí. Que no están, coño, que no está fingiendo. Y qué feo está sin dientes, la madre que lo parió. A ver, no sé si es justo equipararlo con su ano, que también se lo he visto, pero feo, es por arriba y por abajo. Eso es así.
Y todos a buscar. Y se echan manos a los bolsillos, (¿Estamos locos o qué?). Y yo no sé por qué la gente se agacha de esa manera, desde la cintura, que se les ve el ojete y aledaños. Y si Luisito está feo sin dientes, creedme que hay ojetes más feos que Luisito.
Y en ese momento, llamadme bruja, tengo un presentimiento. Y meto la mano en el barreño de sangría -porque yo puedo, porque yo no ando metiendo la mano en la vagina ni en el culo de nadie, no como otrassss…- y busco y busco y busco y encuentro. Joder. Qué sensación más extraña tocar los dientes de alguien. Y los miro. Y pienso que hay dentistas muy cabrones. Y hago ńa ńa ńa… moviendo los dientes como si hablaran solos en una película. Ainsss…
Pero lo importante es que Luisito ya tiene sus dientes de nuevo. ¡Qué contento está! Yo diría que la alegría le está llegando al pene, cuando abraza a Miss Daisy, pero serán cosas mías. Ahí hay rollito esta noche…
Y Pau anuncia una canción de Jordi Dan para una (otra) conga. Y le digo que una mierda, que es más pesado que un collar de melones (no se lo digo, pero lo pienso). Que si yo he encontrado los dientes, me toca elegir canción.
Y pienso en una que se sepan todos, que es su fiesta, pero Fefe se me adelanta y empieza él:
“Seré tu amante bandido bandido, corazón corazón malherido”. (El hit del verano, no te jode…)
MarujaperomellamanMaru dice que no le van las indirectas y que a ella se lo digan todo a la cara, que no se entera. (Pues yo me estoy enterando de todo, pero no creo que esa canción sea para mi, no creo. No creo, repito).
Y por la playa viene una furgoneta: Catering Sandokan. Bueno, al menos tendrá mejillones tigre. Y me sonrío por lo bajo…
(Pasé página, pero no quité el marca páginas. Y vuelves. Y vuelves. Y vuelves…)