Caparotalia (Capítulo IX) 2a parte de ¿Nos vamos?

IX
Después de la noche de pasión, duermen hasta que el sol les quema la cara entrando por la ventana.
Un nuevo día y una nueva etapa de viaje les espera, pero tienen tiempo de retozar en la cama con besos y caricias hasta que Adrián vuelve a dormirse.
Cuando se despierta, no encuentra Nerea a su lado y se asusta, pero el aroma del café pronto lo tranquiliza. La observa preparando el desayuno, vestida solo con el gran pañuelo azul de gasa transparente atado por encima de sus pechos. Suspira con profundidad y se estira boca arriba en la cama para gozar de sus alegres movimientos trasteando por la minúscula cocina del barco, contoneándose mientras canturrea una estrofa de Estopa—Tus ojos no tienen dueño porque no son de este mundo...
Adrián se levanta de un brinco para tostar el pan y acabar de hacer el desayuno entre los dos.
Se toman un zumo de naranja con pulpa de sensualidad, tostadas
con mermelada de deseo y café aromatizado con bienestar.
Con las energías renovadas, hacen los preparativos para salir del puerto.
Nerea al timón, esa posición en el velero con el horizonte en frente la situa por encima de todo. Adrián se encarga de la vela.
Comparten un espacio muy pequeño donde los cómodos silencios se combinan con las alegres miradas.
Dejando atrás la isla de Caparotalia deciden parar en medio de la nada para darse un chapuzón. El agua color turquesa los invita a bañarse.
Nerea se desnuda en un instante y se tira de cabeza al mar. Adrián disfruta viéndola nadar y jugar en el agua, mientras prepara algo de comer.
Al rato, decide bañarse para estar con Nerea y los dos bucean de la mano entre aguas cristalinas.
Se separan un momento y ella lo pierde de vista. Lo busca a su alrededor, pero no lo encuentra.
Sube al barco:—¡Adrián! ¿Adrián?
Recorre la cubierta, entra en la cabina, pero él no está.
—¡Adriáaaaaaaaaan! —Grita con desesperación.
Vuelve a tirarse al agua, pero solo ve el mar, verde como los ojos de Adrián. Ni rastro de él. Hay infinidad de peces nadando a su alrededor, pero no lo encuentra.