¿Menopáusica yo?.-TERCERA PARTE (texto de 15 años)
Aquí os pongo el link de la segunda parte, que nadie se pierda en los ardores de la madurita:Relatos Eróticos: ¿Menopáusica yo?.-SEGUNDA PARTE (texto de 15 años)
Para los que leen este texto y no recuerdan bien los otros dos anteriores, trataré de ponerles al día.
Soy una mujer madura que pensaba tenerlo todo echado a perder y de repente me ligo a un joven estanquero con el que tras descubrir una serie de placeres jamás conocidos en tantos años del tedio marital me comunica amablemente que debo corresponderle monetariamente. Desde luego que sucumbí y ahora estoy con este muchacho, David. Mi pesar vino el otro día llegué tarde a la cita en mi casa y cuando llego me encuentro a mi marido en la cama con el muchacho y me invitan a participar y hacer eso de lo que habla tanta gente y parece nada más que un mito el menage a trois.
Me despojé de la ropa en un segundo, estaba ansiosa por saber, por seguir descubriendo a esta edad todo lo desconocido en tantos años de ese sexo que miras el techo y recuerdas poner otro color al dormitorio. Y me coloqué exactamente igual que mi marido a cuatro patas encima de la cama y delante de él a modo de trenecito, con vagones cuyo nexo no es más que dos vergas, mejor sin comparaciones. Disfruté de lo lindo porque me imaginaba la fuerza con la que me impulsaba la carambola de David, él a mi marido y mi marido a mí, un carrusel sexual. De esa forma no tenía que mirarle la cara a nadie y podía imaginar lo que anhelaba. En cuanto mi esposo se despistara el a trois lo transformamos a doisy punto. Pero al girarme después de multiplicidad de orgasmos que nunca antes me había concedido mi señor fue cuando vi la realidad. Triste realidad diría yo, me dí cuenta que mi esposo ya había probado esas sensaciones del sexo anal. Recordé las vacaciones en Alicante, que asqueroso en la playa con los niños y él babeaba con el botones del hotel. Pero una que es inocente y no sabe de nada ni se lo imagina, pensé que le era simpático porque jugaban al mus. Yo no sé jugar a las cartas pero para el mus hacen falta al menos cuatro personas, estaba tan absorta en el cambio de pañales que ni lo podía sospechar. A saber que mus se untaron esos dos por el cuerpo. Y ahora le veo aquí con una calva que cuando se agacha no sé si me da el culo. Olvidemos todo eso que este muchacho nos cobra por tiempo y tenemos que centrarnos, así que sutilmente me coloco en medio, no sé como se las apañan en las películas porno para saber que brazo es de quién. Menos mal que al no tener pene, sé que cuando agarro uno debo hacer mi trabajo. Ahora estoy boca arriba pero no me importa mirar al techo con la verga, la gran verga de David dentro de mí. Miro esos pectorales, ese vientre que es como una tabla de surf y su bronceado. Y puedo mirar hasta sus ojos, porque el chico cobra, pero mira a los ojos y eso es desafiante para una mujer madura. El otro, a modo de mosca cojonera se acopla a nosotros, mejor dicho a mis pechos y juega con mis pezones como nunca había hecho antes. Siempre tuvo aversión por los senos, debería haberme dado cuenta antes del pedazo maricón con el que vivo. Pero parece que algo ha aprendido, seguramente que con su adolescente rasurada de 21 años, visto el percal. Mientras succiona mis pezones, acaricia mi rostro y eso me desconcierta porque me enternece y entonces desconecto el goce pélvico y David parece una ilusión y su verga se languidece y... ¡Nooooo y mil veces noooo! Que susto, pensé que estaba en un sueño, al cambiar de postura seguimos siendo trois y suspiro de alivio. Esto es mejor que un gimnasio, que la batuka y que el yoga, hay contorsiones, abdominales, ritmo en las caderas y orgasmos que no adelgazan pero centran en la vida y así no fastidias jodiendo a los demás. No sabía que fuera multiorgásmica, que pena descubrirlo tan tarde y además con mi marido y un tercero que eso en sí es lo más triste. De todas formas esto lo repetiremos, lo presiento, con descuento por supuesto.
FIN