¿Nos vamos? (Capítulo II) 1a parte
IIAdrián también se agarra al timón rodeando a Nerea con sus brazos y se deleita con el aroma de su pelo haciéndole cosquillas en la cara.
Una euforia contenida recorre el cuerpo de Nerea como un escalofrío, mientras se reconforta con el calor que le da Adrián. Se siente poderosa llevando el timón.
La costa queda atrás y la tormenta también. Poco a poco el cielo se vuelve luminoso y el sol aparece en el horizonte. Por fin, el sol de primavera.
Cuando Nerea consigue separarse de Adrián dice:
—Voy a instalarme y deshacer la maleta, de paso me cambiaré la ropa mojada —Sonríe coqueta.
Él se queda al mando, saboreando ese dulce instante y el deseo que siente por su invitada.
El mar está más calmado, igual que ellos. Parece que se contagian de lo que tienen alrededor.
Los pájaros les acompañan con una danza étnica mientras el ruido del motor del velero es la única música con la que pueden bailar.
Nerea vuelve con sus sensuales formas, lleva unos jeans ajustados y una camiseta escotada, en los pies unas zapatillas deportivas.
Adrián también ha cambiado su aspecto, lleva una camisa y unos pantalones de lino color marfil que realzan el moreno de patrón de barco.
«¡Qué atractivo!» piensa ella.
—¿Hacia dónde vamos?—pregunta Nerea.
—Vamos hacia al sur, yo tengo suficiente con eso—dice Adrián mientras mira a Nerea con intensidad.
Con una sonrisa serena y a la vez llena de ilusión continua:
—El destino está en nuestras manos, podemos decidirlo sobre la marcha.
Adrián para el motor, hay suficiente viento para izar la vela. Ahora solo se oye el murmuro de las olas que los mece como en la cuna de un bebé. El velero se desliza suave a través de una agua fresca y limpia.
«Es cómodo dejarse llevar» piensa Nerea. Y continua meditando «Hacia el sur». Las palabras de Adrián tienen
eco en su cabeza.
—Interesante —murmura sin casi darse cuenta.
Su aspecto es serio. Admira el paisaje y se pierde en una nube de contradicciones. Se da cuenta de que Adrián le está hablando y sale de un sueño profundamente despierto.
Mientras le aguanta la mirada, Nerea dice:
—Está bien, me dejaré llevar donde tu quieras.
Los ojos le brillan cuando mira a Adrián. Se le acelera el corazón, se le seca la boca, traga saliva com si le costara y se levanta. Se dirige a la nevera bien provista de todo y abre una cerveza.
—Te apetece una? —le pregunta.
Adrián asiente con la cabeza y cierra los ojos un instante con una sonrisa en los labios. Cuando los abre, Nerea está justo delante con una cerveza fría en la mano. Se ha colocado muy cerca, provocativa, puede oler su peculiar perfume. Duda entre tomar la cerveza o cogerla por la cintura y besarla aprovechando que ella tiene las manos ocupadas. Un beso robado, intenso y caliente como el sol que los acompaña.
Decide tomar la cerveza, todavía no ha llegado el momento.
Continuarà....