DUELO A TRES (Cap. II sofá)

Mientras, Ana, sentada a horcajadas en Arturo, besa su boca con un deseo desenfrenado. Susana les mira con envidia y siente como entre sus piernas algo empieza a agitarse, algo que le lleva a morder sus labios mirándoles y deseando poseer a Arturo cuanto antes.
Mmmmmm.... me gusta lo que veo, piensa.
Esa manera de morder sus labios, Arturo la conoce, y es como droga para él. Mientras Ana juega con la lengua en su boca, él toma la mano de Susana. Ana, besa como una loca esos labios, sin saber de nada más... mientras que Susana lleva la mano de Arturo al interior de su falda, entre sus piernas, para que se ponga aún más excitado. Tanta excitación le provoca esa erección que Ana siente como provocada por ella, y ella no deja de besarle creyendo que son sus besos los que causan ese efecto. Pero no. Ver a Susana morder sus propios labios, relamiéndose y llevando la mano de Arturo entre sus piernas para que sienta el deseo que está intentando explotar en ella es la bendita causa de todo esto.
Cuando Ana deja de besar a Arturo ve con agradable sorpresa y dibujando una sonrisa en su cara que Arturo ha estado jugando con Susana y que es Susana quien está pendiente de ellos dos. Ve el deseo de Susana, lo ve en sus pechos que no dejan de subir y bajar por su agitada respiración, y quiere ayudar a que respire mejor soltándole ese botón que está a punto de estallar.
Ana no está ahí para dar envidia… y lo sabe. No está ahí para demostrar nada a Susana. Para ella, Susana tiene un cuerpazo pero cuando Ana cabalga sobre Arturo este no puede dejar de mover sus ojos del éxtasis que le produce cada montada que ella le da.
Se levanta y les dice: creo que ya estamos listos. ¿nos vamos?
Cuando se levantan, Susana, sin pensarlo dos veces, se acerca a Arturo, tan pegado a él que sus pezones podrían romper su camisa, y mordiéndose otra vez los labios besa los suyos. Ana sonríe.
No es una locura de beso, es un solo beso, apasionado y firme, rodeando sus labios, haciéndole ver que es suyo... aunque haya sido besado por Ana hace un momento. Con un solo beso borra el sabor de Ana en la boca de Arturo. Un solo beso y la mano de Susana que resbalando por su cintura se ha acercado a la entrepierna de Arturo para poseer al completo en su mano toda su polla a través del pantalón. Arturo respira agitado con tal intensidad que casi no puede, ni quiere moverse. Cuando los labios de Susana se separan de Arturo, sonriendo los tres, se dirigen a la habitación.