Verano I
Hacía muchísimo calor y lo único que apetecía era quedarse desnuda debajo del aire acondicionado, pero estaba tan aburrida que decidí darme una ducha, ponerme un vestido ligero e irme con mi pareo al Parc de la Ciutadella a tumbarme a leer en alguna sombra.Me encantaba sentarme descalza, sentir la hierba bajo mis pies y perderme en mi lectura, en ese momento estaba leyendo "Esperando al diluvio" el último libro de Dolores Redondo.
Estaba completamente metida en la historia del asesino en serie John Biblia, cuando de repente una pelota de tenis cayó en mi regazo y cuando me quise dar cuenta un perro venía directo hacia mi y cuando ya pensé que iba a acabar sobre mi, como la que imaginé era su pelota, frenó en seco y se sentó delante de mí.
Me reí al mirarlo y entonces se acercó a olisquearme y empezó a lamerme la cara como si me conociera de toda la vida. Yo no podía dejar de reír y entonces oí una voz de pie junto a mi.
• Perdona, ha sido culpa mía, he tirado la pelota sin mirar. ¡Thor déjala!- dijo al perro, que lo miró y se sentó a mi lado dándome con una de sus patas sin dejar de mirarme.
• Le has gustado- dijo el desconocido sonriendo.
• Él a mi también- le dije, y mirando al perro puse mi mano en su cabeza- Así que te llamas Thor- ladró y me eché a reír.
El desconocido se sentó en la hierba y Thor se acercó a él a darle un lametón también a él.
Le devolví la pelota y nuestros dedos se rozaron, sentí un cosquilleo en el cuerpo y retiré rápidamente la mano sonriendo.
Él tiró de nuevo la pelota sin mirar, porque me estaba mirando a mi, y Thor salió corriendo tras su pelota.
• Me llamo Víctor ¿y tú?- me dijo, le dije mi nombre y se acercó a darme 2 besos, no nos dimos cuenta de que Thor volvía con su tesoro y apoyó las patas en su espalda tirándolo sobre mí.
Nos miramos a los ojos, y antes de darme tiempo a reaccionar me besó.
Mis ojos se cerraron dejando a mis sentidos aturdidos ante la urgencia de esa lengua caliente retozando con la mía.
Mis manos lo cogieron de la cintura en un gesto instintivo.
Él acarició mi mejilla haciéndome abrir los ojos de nuevo. ¿Qué estaba haciendo?
Pero qué sensación tan agradable, qué manera de olvidar el mundo, la monotonía, el calor...
Giró tumbándose a mi lado, sobre la hierba y buscó mi mano con la suya.
Me miró serio.
-¿Tú también lo has notado?- me preguntó.
No tenía muy claro lo que había sentido él, así que lo miré confundida y Thor me ayudó tumbándose entre los 2, llorando para que le hiciéramos caso.
Víctor se levantó y ató la cadena al collar de Thor.
• Se ha terminado el paseo x hoy. Vivo aquí al lado. ¿Vendrías a tomar algo a mi casa?
Por una vez, dejé que mi cuerpo me condujera. Recogí mis cosas y me puse junto a él a caminar.