SOLILOQUIO
Me levanto dolorida. Me duelen los hombros, las rodillas, las muñecas, la cadera, los tobillos, la clavícula (¿A quién coño le duele la clavícula? Nadie dice que le duele la clavícula. A mí me duele).
Me llama mi madre. Surrealismo el de la madre que me parió, y no el de Dalí:
• Hola hija, ¿cómo estás?
• Mal mamá, hoy no…
Ella no espera respuesta.
• Que he pensado que podrías venir a comer y veíamos lo de las telas.
• Pero ¿no me dijiste…?
• Aunque, claro, es que nos vamos a comer con tu hermano.
• Pues entonces qué…
• Ya, pero es quiero verte. Y nunca vienes a vernos.
• Pero no dices que os…
• Podrías venir y vemos lo de las telas. Tienes que verlas.
• Hoy no es buen…
• Claro. Para ti nunca es buen día venir a ver a tu madre.
• Mamá, que no me encuentr…
• ¿Te has tomado las pastillas, acaso? Eh, ¿te las has tomado?
Veo el dragón por el pasillo, acercándose. Echa fuego por la boca. Me llega su aliento fétido, su calor.
• Sí, me he tomado las…
• Bueno, me voy a la ducha, que tú ya tendrás todo hecho.
• Venga, que paséis bu…
• Luego te llamo, a ver a qué hora vienes.
• Un b…