DANS LA PLAGE

*****laR Mujer
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Autor de un tema 
DANS LA PLAGE
Al fin encontré la cala secreta de la que tanto me habían hablado. A pesar de estar en pleno mes de julio en una de las islas más turísticas del Mediterráneo, era cierto: Esta playa estaba desierta. Llegar allí me llevó dos horas de caminata monte a través y varios metros de bajada pedregosa, pero el esfuerzo mereció la pena. Qué maravilla, una playa privada, solo para mí, y gratis. Podría dedicar el día a tostarme y a seguir leyendo “El Perfume”. Me había quedado en la frase -premonitoria, como luego comprobaría-: “El olor de los seres humanos es siempre un aroma carnal y por lo tanto pecaminoso”.
Estaba sudando por cada poro del cuerpo. Era casi mediodía y el calor y la humedad eran insoportables. Me arranqué la ropa y el bikini y corrí, desnuda y pletórica, hacia el mar. Fue un chapuzón merecido, delicioso. Pasé mucho tiempo en el agua buceando, nadando lánguidamente o, simplemente flotando. Era tannn placentero... Cuando me dirigía ya braceando perezosamente hacia la orilla, me llevé una gran desilusión: Dos seres humanos -claramente guiris, por el aspecto- se aproximaban a la arena desde la ladera. Y venían con nevera y sombrilla, qué máquinas. Pensé: se acabó la playa privada. Bueno, era demasiado bonito como para durar demasiado…
Salí del agua completamente desnuda como estaba. Sin vergüenza ninguna. La verdad es que siempre me he enorgullecido, incluso jactado, de mi cuerpo. Soy delgada y fibrosa. Tenía unas tetas grandes y enhiestas, unos muslos abultados y firmes y una espalda musculada, fruto de muchas horas de gimnasio. Ellos me miraban directamente, sonrientes, sin exhibir tampoco pudor ninguno. Finalmente tuve que hacer una inclinación de cabeza, ya que no me quitaban ojo. Se trataba de un hombre y una mujer, rubios y bronceados. Muy guapos, pensé. Algo mayores. Rondarían la cincuentena. Extendí mi toalla y me tumbé a secarme. Reconozco que me coloqué estratégicamente para poder mirar con disimulo cómo se quitaban la ropa y se iban a bañar, tan sudados como estaban. Él se desnudó del todo. Estaba bien bueno. Y estupendamente dotado, además. Sentí un inoportuno cosquilleo en el bajovientre. Ella se quedó con el tanga puesto, exhibiendo dos buenos papos, brillantes y tostados por el sol. Aunque, sin ninguna duda, lo mejor que dejó ver al quitarse poco a poco la camiseta fueron sus tetas. Grandes, redondas… operadas sin duda. Estupendas.
Estuvieron un buen rato en el agua. De vez en cuando se aproximaban uno al otro y se hacían algún arrumaco, pero muy discreto. “Igual les he jodido el polvo”, pensé. Y miré para otro lado, como dejándoles un poco de intimidad. Aunque volví a mirarles cuando volvían. Él la tenía ligeramente empinada, grande y bastante gruesa. Con esa imagen en la cabeza, me fui relajando hasta que me quedé medio adormilada.
Volví a la tierra cuando oí una voz femenina que me saludaba con acento francés. “Hola, qué tal? Estamos un poco aburridos. Quieres tomar algo con nosotros? Tenemos bebidas frías”. Le sonreí un poco torcido. La verdad es que la oferta era tentadora, dado que hacía un calor de mil demonios y yo solo disponía de una botella de agua recalentada. “Oh, muchas gracias”. Empezaron trayéndome una lata de cerveza y, por supuesto, en cinco minutos ya habían trasladado su pequeño campamento al lado de mi toalla. Vaya, pensé, cambio de planes. Toca socializar. Me bebí la birra casi de un trago y me sentó de maravilla. Comenzamos a charlar. Qué tal, de dónde venís? De París, blablablá, estamos casados desde hace años, blablá qué maravillosa es esta isla, que suerte encontrar una playa así…blablablá. El charloteo era agradable, ellos eran muy simpáticos. Él empezó a liar un porro, que en seguida nos pasó a la mujer y a mí. Dos canutos de la paz y unas latas más tarde, ya fluía la conversación. Reíamos por cualquier cosa. El hombre no me quitaba la vista de las tetas, y mi mirada también se encontraba bastante con su polla. Ella se había puesto una camiseta larga para protegerse del sol, así que al menos no tenía que mirarla. Pero se daba cuenta de nuestras miradas, claro, éramos solo tres en la playa y ellos dos estaban sentados muy juntitos, enfrente de mí, yo tumbada boja abajo, con los pechos colgando y ligeramente aplastados contra el suelo. De pronto, comenzaron a besarse. Al principio fueron un par de morreos con bien de lengua, pero pronto comenzaron a ponerse calientes. Te importa? Me preguntó ella, excitada. “No, claro, feel free”, contesté yo con un hilo de voz, qué voy a decir… Aunque se me cortó el habla definitivamente cuando me dijo: “A nosotros nos gusta que nos miren”. Ambos se colocaron de rodillas, y él le agarró las dos tetas desde atrás, con esas manazas de panadero que traía. Comenzó a amasarlas por encima de la camiseta, suave pero firmemente. Los pezones de ella se notaban claramente a través de la tela de algodón, completamente duros. Sin desnudarla, él metió sus dedazos por la parte de delante del bikini y empezó a acariciarle el coño. La tipa la estaba gozando. Tenía la boca abierta y los ojos entrecerrados. Creo que me miraba, al menos de vez en cuando. Yo estaba intentaba mantener la compostura. No te masturbes, no te masturbes, me decía a mí misma. En ese momento ella se dio la vuelta y se apartó, dejando a la vista el miembro de aquel monumento de hombre. Pedazo de polla: con algo de vello rubio, dura, bastante larga pero, lo que más me gustaba a mí en una verga: era gruesa, casi perfecta. Me estaba poniendo mala. Ella se colocó a cuatro patas delante de él y se metió aquello en la boca. Comenzó a lamerla desde abajo hacia arriba con fruición, se metía los huevos en la boca. Fue más de lo que pude aguantar. Creo que gemí demasiado alto, ocasión que aprovechó ella para invitarme a acercarme. “quieres un poco?” me preguntó mientras le pajeaba suavemente con la mano. Me lancé, qué coño, que más daba. Me acerqué a cuatro patas como una perra y me metí aquel rabo en la bemba. Me pone muy cachonda chupar pollas, me pone como una moto. Las dos la comíamos con fruición, nos la disputábamos suavemente, pasándonosla de boca en boca. Un poco para ti y otro poco para mí, como compartiendo con generosidad un helado exquisito. En esos intercambios, también nos morreábamos ella y yo. Le quité la camiseta y comenzamos a sobarnos y a chuparnos las tetas. Él nos miraba con lascivia mientas se pajeaba suavemente. “Cómele el coño” prácticamente le ordenó a su mujer. Nunca me había comido el coño una mujer. Pero yo estaba morada, caliente y cachonda. Me puso a cuatro patas y me lo chupó todo, desde el clítoris hasta el ojete. Yo ponía el culo en pompa para ayudarle a meterme la lengua donde quisiera, más profundo. El colocó su picha delante de mi cara y me penetró la boca lentamente. Se la succioné un poco, como pude desde esa posición. Qué rica morcillona. Estaba tiesa y dura como un pepino. Había llegado el momento. Mi coño gritaba por ser perforado. Y él me quería perforar. Se colocó detrás de mí y me la metió hasta los huevos en mi lubricadísima vagina, lo que me hizo gemir de placer. Me agarró de las caderas y comenzaron las embestidas, primero suaves y luego cada vez más fuertes. Sentía como mis tetas se bamboleaban sin control. Siempre me ha gustado eso, que se me muevan las tetas cuando me follan, me pone morcillona. A la mujer también parecía gustarle, ya que al fin se quitó el tanga y estaba sentada la toalla con sus largas piernas completamente abiertas, metiéndose los dedos de una mano en el coño y en culo, mientras con la otra se tocaba las enormes tetas. Estaba completamente salida viéndonos hacerlo delante de ella. Y reconozco que a mí también me encantaba: “Qué bien folla tu chico. Te gusta ver cómo me la mete tu chico eh, zorra?” -decía yo, entre jadeos- “Tiene una pinga increíble, me encanta cómo me la mete hasta los testículos. Te gusta ver como me la mete??”.
Él me empujó entonces, hasta colocarme hábilmente sobre su mujer. Ella me recibió entre sus muslos poderosos. Con cada envite del hombre, nuestras tetas mojadas y grasientas de crema solar entrechocaban y se solazaban en el frotamiento. Nuestros coños se rozaban pero, con el culo en pompa para recibir la polla del francés no llegábamos a frotarnos. Como si me leyera el pensamiento, él ya estaba encontrando una solución que me pareció perfectamente coordinada con su partner (“a cuántas se habrían tirado así?? Son unos pros”). Sentí sus dedos penetrando en mi ano. Adivinando sus intenciones, me quedé quieta un momento, ya que nunca me habían dado por el culo. Pero el controlaba la situación. Notó mi tensión y cogió un bote de aceite solar con el que comenzó a lubricar mi agujerito, que se dilataba claramente no solo por la destreza de él, sino porque los morreos y frotamientos contra el pivón de su mujer me estaban poniendo a mil. Aunque me gustan las mujeres, nunca había yo llegado tan lejos con una tía. Ella me agarró de los glúteos, separándolos con ambas manos y entonces y le ordenó: “Métesela bien por el culo”. Y eso es lo que hizo él, me la clavó por detrás y luego me empujo sobre la tía. Al tener su polla en el culo, mi coño quedaba completamente libre para tirarme a la francesa. Hacíamos un trío animal. El dándome por la cola cada vez más fuerte e imprimiendo el impulso y el ritmo que necesitaba para follarme a la que teníamos debajo. Yo le agarraba las tetas a ella y me las metía en la boca, casi sin respiración. El me las sobaba a mí mientras me mordía el cuello como un león. Era realmente pornográfico. Y cuando estábamos casi corriéndonos, de pronto la sacó. Me quedé vacía. Aún tenían que sorprenderme. Ella se volteó y se colocó también a cuatro patas, debajo de mí, de manera que quedé montada sobre ella, como a caballitos. Entonces se la metió a ella también, no sé por qué agujero. Nuestros coños juntitos, empapados, abiertos, uno debajo del otro. Y él los follaba alternativamente. A veces suave, mientras nos acariciaba las tetas a las dos, ya que las tenía a mano. Otras duro, haciendo que mis tetas se aplastaran contra la espalda de la rubia, que arqueaba el tronco para que sus tetas infladas quedaran aún más accesibles a mis sobeteos excitados. Pero, finalmente, él me eligió a mí. Se demoró un rato más en mi culo, iba a correrse ya, estaba claro. Así que ella se colocó boca arriba de nuevo y comenzamos a frotarnos enfebrecidamente, rojos de lascivia, empapados en sudor. Nos corrimos prácticamente a la vez, él se corrió un poco en mi ojete pero aún la sacó y luego se derramó sobre mi espalda, sentí su leche resbalar por mi nuca y gotear sobre las tetas de la rubia, ocasión que aprovechamos los tres para untarnos mutuamente de su abundante semen, en mi espalda, mi culo, las tetas, los pezones… Luego ambas le metimos en el medio y nos frotamos contra él. A pesar del orgasmazo que acababa de tener, yo me dispuse otra vez, me acaballé sobre él y empecé a refregarme contra su glúteo duro y respingón, mis pechos pringados de semen contra su espalda, mi legua lamiendo su oreja con fruición. Eso se la debió poner dura otra vez porque sentí cómo se la metía, ahora a su mujer, debajo de mí. Esta vez el orgasmo fue corto, aunque también intenso.
Nos limpiamos los fluidos en el mar y emprendimos juntos el camino de regreso. Antes de salir del bosquecillo y llegar al camino, de nuevo sudorosos, él aún me metió la mano por el pantaloncito vaquero y comenzó a masturbarme. Increíblemente, la tenía empinadísima. Allí su mujer nos dejó hacer. Echamos un polvo rápido contra un tronco de árbol, como de despedida. Y al llegar arriba tomamos cada uno por su lado: “Au revoir, enchantée!!!”
Tórrido relato @*****laR *liebguck* enhorabuena. *kuss2*
Esos guilis paisanos como saben disfrutar y hacer disfrutar de un caliente día de playa desierta ya no tan despierta, unas birras, unos porros, miradas, toqueteo y voila...la crème de la crème dans sa nuditée totale...Enhorabuena por tu primera publicación por lo que leo más arriba, una entrada magistral, nunca mejor dicho...espero poder seguir disfrutando leyendote. Un beso 🔥🔥🔥💋💋💋
*******a69 Mujer
693 Publicación
Muy inspirador tu relato. Qué ganitas de vacaciones en una cálida desierta!!!! *roseschenk*
Ole!! Muy chulo el relato. ¿Dónde decías que estaba la cala?…😜
***77 Mujer
1.459 Publicación
Que excitante encuentro playero, y que ganas de probar algo así…
*****i77 Mujer
7.524 Publicación
Moderador de grupo 
Enhorabuena y gracias por compartirlo. Excitante sin duda 🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
*****cio Hombre
337 Publicación
Un relato realmente erótico . *ffm*
Muy interesante, por favor envía las coordenadas de la playa...

Gracias @*****laR *knuddel*
******nce Hombre
3 Publicación
Enhorabuena @*****laR

Increible relato! me ha encantado!

Me gusta mucho como describes de manera vívida la belleza de la playa y los cuerpos de las personas que aparecen en el relato. La historia atrapa muy facilmente desde el primero momento. Se puede sentir perfectamente la sensación de libertad que se experimenta al estar en una playa así.

¿Realidad? ¿Ficción? En mi mente ha sido muy muy real.

Esperando el próximo
******r63 Hombre
2.693 Publicación
El que se puso morcillón total leyendo y acariciando a su vez mi polla fui yo, qué excitación @*****laR , como me has puesto 👍🏻🔥🔥🔥💋💋
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