Los ojos de Elsa
Tus ojos son tan hondos que me incliné a beberY vi todos los soles venir a contemplarse
Arrojarse a morir a los desesperados
Tus ojos son tan hondos que pierdo la memoria
“ Los ojos de Elsa“ Louis Aragon
¿ Buscamos eso en Joy ?. Nosotros te vemos , ¿ O nos miras tú ? Dices que te gusta pensar que los vecinos tienen deseos ocultos, igual que tú. Pero escondes tu cuerpo, nos lo das en palabras. Nosotros, varones comunes, perseguimos pies, piernas, muslos, vulvas, senos. Soñamos tus imágenes. Tú, cual vecina escurrida tras la puerta, te quedas bajo nuestras cejas, desciendes a nuestros falos y allí, amigada en manos, manchas nuestras sábanas.
¿ Estarán las tuyas perladas de tus jugos ? ¿ A dónde van tus pensamientos ? Se alargan tus ojos, hondos como los cantados por el poeta. ¿ Seremos tocados por ellos ? Sabes que no es eso. Nosotros queremos que se empinen nuestras vergas. No estamos aquí por amor, es por sexo puro, duro, que nos embarcamos en los mares de Joy. Y, esperanzados, descubrimos en tus letras. Nos ofreces ….
Tus piernas…, “Me deshago en un orgasmo mientras mis piernas tiemblan al ritmo de tus impetuosos vaivenes”.
Y el culo…” Mis piernas tiemblan cuando noto tu lengua recorrer mi culo, reptando en busca de su ambrosía “.
Tus muslos…” Tu mano empieza a deslizarse sutilmente por mi muslo bajo la mesa, abro un poco las piernas susurrándote lo mucho que me excita que hagas eso “
Y la vulva… “ Me das la vuelta metiendo tu polla bajo mi falda mientras te enfundas un condón y acaricias mi coño buscando mi aprobación.”
Tus senos… “ Mi pulso se acelera y mis pechos se erizan dejando entrever mis pezones a través de mi blusa “
Y tu cuello … “ Muerdes mi cuello mientras tu mano sigue acallando mis gemidos cuando tu mente perversa decide embestirme por fin”.
Tu lengua… “ Poseída por una lujuria indómita recorrí su espalda con mi lengua, despacio “.
Y la boca… “ Te quité el antifaz, quería que miraras mi cara mientras introducía tu miembro en mi boca y lo chupaba y lamía golosa, lasciva y viciosa sosteniendo tu mirada “
Te lo dijimos, vecina. Somos varones ordinarios. Tus letras, nuestras corridas. Ya nos hemos llovido. Disipadas las nubes de deseos, estamos en el verso del poeta: “Tus ojos ponen celoso al cielo tras la lluvia”.
Nos retornamos en hombres, dejamos de ser cueros, somos sentires. Son tus ojos ahora. Imantan corazones. ¿ Nos miran a nosotros ? Son tus pupilas las que nos postergan, tus párpados los que arrojan a “ morir a los desesperados “. No somos amor. Es nuestra derrota. Derrochado el semen, nos desvanecemos.
¿ A quién miras, entonces ? Al poeta, al enamorado de Elsa, a ese nuevo Louis Aragon, sí, el de Chalon, aquél que se comprende en la lengua de Valjean. Aquél para quien tus ojos parecen “ un aguacero que abre flores silvestres“. El único hombre que, en pleno, comprendera estas palabras, estos acentos
Y a nosotros nos queda esa sensación de tristeza. Y tu hermosa mirada de erótica vecina.