Nacho?. Qué Nacho?

Nacho?. Qué Nacho?
Quienes habéis leído mis relatos, todos ellos basados en experiencias reales que he vivido, ya sabéis que yo soy bisexual.

Desde luego en 2023 ser bisexual es bastante distinto a serlo en 1996, el año en el que sucedió lo que cuento aquí.

En aquel año todavía faltaban 9 años hasta la primera gran manifestación del orgullo LGTBI en Madrid en 2005 (el año en el que se aprobó el matrimonio homosexual).

Yo nací y me crie en un pueblo. Ser bisexual en un pueblo era algo complicado en los años ochenta y noventa. Yo no me puedo quejar.

Pero independientemente de la gran facilidad con la que tenía sexo en aquellos años (siempre debido al gran morbo que provocaba en ellos y ellas ver, tocar, chupar mi polla de casi 24 centímetros en erección), en ocasiones detectaba cierta incomodidad en algunas de mis amistades ante la sospecha o conocimiento de que yo tenía sexo con chicos y chicas.

No, afortunadamente nunca fuí agredido (me imagino que debido a que mi 1.90m de estatura imponía bastante respeto a los demás). Todo lo más alguna chica y algún chico de vez en cuando me gritaban "maricón de mierda" y cosas así. Nada demasiado importante.

Con el paso de los años cada vez me he hecho más comprometido con la causa gay y LGTBI pero en aquellos años de juventud en el instituto mi interés era sobre todo follar y debido al descomunal tamaño de mi pene sexo no me faltaba, desde luego.

En 1996, con 21 años de edad, en segundo curso de la universidad y viviendo ya durante dos años en Salamanca mi perspectiva del sexo y de mi condición de bisexual había cambiado bastante. Entonces ya me revelaba contra la hipocresía y falsa moral de esta sociedad que seguía tratando de invisibilizar a quienes amamos y follamos distinto a lo que se supone que es la mayoría.

Bien, pues esa noche de verano de 1996, mes de agosto, estaba yo en el pueblo donde me crie. Mis padres yo no vivían allí. Habíamos vendido la casa hacía años pero esa noche yo había ido a ver a mi follamigo de los tiempos del instituto Agustín.

Agustín era el hijo del médico del pueblo y ese año cursaba estudios universitarios de arquitectura en Barcelona. Esa noche habíamos estado cenando en casa Maite (un pequeño restaurante del pueblo) y nos fuimos a tomar algo después a un pub llamado Dewanee. Nuestro plan era terminar la noche echando un polvazo los dos en un discreto Motel que habían abierto a las afueras del pueblo hacía tres años.

El pub Dewanee era propiedad de Pedro, un extremeño que junto con su hermano mayor habían llegado a la comarca a principios de los años ochenta y que se habían convertido en empresarios del sector gestionando una discoteca, un restaurante y tres locales de copas. Yo conocía a Pedro desde hacia muchos años y éramos buenos amigos pese a la diferencia de edad entre nosotros. Cuando todavía vivía en el pueblo solía ir por las noches al Dewanee para pasar un rato tomando algo y conversando con Pedro que siempre era el que cerraba el pub por la noche.

En esos días de principios de Agosto Pedro se había ido a pasar una semana de vacaciones a su tierra y al frente del local se había quedado la camarera. Una chica llamada Yohanna, de 23 años de edad. Una vecina de siempre del pueblo. Yo la conocía de los tiempos del insituto. Era hija de portugueses, con media melena ondulada y rubia. Cara redondeada y guapa, con eterna expresión de niña grande. Labios carnosos. Siempre iba maquillada. Ojos de color gris claro e intenso. Una chica atractiva. Grandes tetas por cierto.

Ese verano de 1996 Yohanna estaba en su tercer mes de embarazo. Estaba preñada de su novio (un chico que trabajaba de camionero) y con el cual al final no se casó. Esos días su novio estaba de viaje trabajando haciendo la ruta hacia Francia.

El Dewanee estaba en una calle en la parte alta del pueblo, lejos de la plaza del ayuntamiento que era la zona más concurrida de turistas en aquellas noches de verano. En la calle del Dewanee reinaba el silencio esa calurosa noche de agosto. Agustín, Yohanna y yo estábamos solos en el local. Tomábamos un par de gin tonics conversando con Yohanna detrás de la barra mientras limpiaba y recogía las cosas para cerrar el pub. De fondo la televisión con una reposición de un programa de Crónicas Marcianas de Javier Sardá en el que tenían de invitado al actor porno Nacho Vidal.

Nuestros ojos se dirigieron a la pantalla cuando empezó el pequeño strip-tease de Nacho junto con Celia Blanco (una actriz porno del momento). Celia se quedó totalmente desnuda y Nacho en boxers marcando su gran paquete (no entiendo por qué cuesta tanto ver en televisión un culo masculino y una buena polla).

"Joder, el Nacho de los 25 centímetros!" dice Yohanna.

"Bah, 25 centímetros ese!" le responde Agustín sentado a mi lado. "La de Raúl es mucho más grande que la de ese".

Yohanna aparta su mirada de la pantalla y dice mirándome a los ojos: "Ya lo sé, que ya vi las fotos del cumpleaños de Begoña en la cervecería". Se refiere a aquella fiesta de cumpleaños, todo chicas, en la cervecería Marlín donde exhibí mi rabo de 23 centímetros para deleite de las comensales.

"Tienes la foto todavía?" me pregunta Yohanna.

"Qué va! Cuando cerraron la cervecería se las llevaron y no he vuelto a verlas" le respondo. "Pero lo que tengo es mi polla" añado yo poniéndome de pie y bajándome de un tirón los pantalones y los boxers quedando mi rabo gordo de 22 centímetros balanceándose pesado entre mis piernas.

"Joder!!! Qué pedazo de polla tienes tío!!! Es aún más grande que lo que recordaba en las fotos!!!" exclama Yohanna entre risas sin separar su mirada de mi polla.

Agustín se ríe y me da un fuerte cachete en el culo.

"Es lo que más me gusta de Raúl, su pedazo de rabo!" le dice Agustín a Yohanna.

"Joder, es enorme....." responde Yohanna.

"Y eso que la tiene floja, vas a ver ahora que se le ponga dura" dice Agustín agarrando mi polla mientras su otra mano empieza a acariciar mis huevos.

En ese momento yo señalo con mi dedo a la televisión. Una de las chicas que estaba de tertuliana en la mesa de Crónicas Marcianas se ha levantado y ha empezado a besar en la boca abrazando a Celia Blanco, totalmente desnuda.

Mientras Yohanna mira la escena en la televisión yo le pregunto "te pone ver a dos tías haciéndoselo?".
"Mucho" responde Yohanna mirándome mientras Agustín ya está
arrodillado ante mí chupándome la polla mientras yo estoy sentado con mi culo desnudo sobre el taburete y mis piernas bien abiertas, los pantalones y boxers a la altura de mis tobillos.

"Y ver a dos tíos follando te pone?" le pregunto a Yohanna agarrando la cabeza de Agustín que saca mi pollón de su boca. Me inclino y le beso en la boca mientras él pajea a dos manos mi polla totalmente dura.

Yohanna, que es bajita, sobre 1.60m se pone de puntillas apoyándose en la barra del pub mientras inclinada hacia adelante y mostrando ese escote que deja entrever esas grandes tetas, nos mira atentamente sin decir palabra.

Mi pollón está duro como una piedra del morbo de sabernos contemplados por una mujer mientras follamos Agustín y yo. Esa sensación de libertad de mostrarme en un local público como lo que soy: un bisexual follando con otro chico. Sin vergüenza. Sin complejos. Sin esconderme.

Agarro mi pollón duro por la base y empujando hacia adelante el bulto gordo de mis huevos se lo acerco a Agustín a la boca para que los lama y los bese mientras mi pollón apunta hacia el techo brillante empapado de la saliva de Agustín bajo la luz de las lámparas.

Agustín traga y traga mi polla resoplando con su boca llena de carne de macho bien dura. Yo le agarro fuerte por el pelo moviendo su cabeza adelante y atrás follándole la boca con fuerza.

Le saco mi polla de la boca y agarrando mis huevos en un puño se los meto dentro de su boca sintiendo como su lengua me los acaricia desde dentro.

Miro a Yohanna y con un movimiento de cabeza le indico que salga de detrás de la barra y se ponga a nuestra espalda. Cuando Yohanna se sitúa detrás de mí, yo me levanto del taburete apoyando mis pies en la base y pongo mi culo en pompa, con mis piernas bien abiertas y mis 23 centímetros de polla dura colgando desafiantes entre mis piernas, balanceándose de un lado a otro mientras muevo mi culo en círculos. Estoy dando uno de esos espectáculos exhibicionistas que tanto me han gustado desde muy joven. Ver en directo un pollón de casi 24 centímetros, duro y bien gordo, es algo que a nadie deja indeferente. Mi pollón visto en vivo es casi como un fenómeno de feria. Y yo siempre he sido muy consciente de ello y lo he utilizado a mi favor.

Agustín de rodillas agarra mi pollón con la mano por la base y se lo introduce en la boca mamándolo por detrás de mi culo. Se lo saca de la boca y se lo ofrece a Yohanna que mira la escena de pie detrás de nosotros.

Yo estoy apoyado con mis manos sobre la barra del bar, manteniéndome de pie en equilibrio sobre la base del taburete, con las piernas abiertas y el culo elevado en pompa mientras siento unas manos frías y suaves de mujer agarrar mi polla y tras deslizarse tres o cuatro veces a lo largo una humedad caliente rodea mi capullo. Es la boquita de Johanna y su lengua lamiendo mi polla. Cierro los ojos mientras siento mi polla empezar a penetrar en la boca de Yohanna.

Agustín de pie a mi lado se está desnudando por completo. Se quita los pantalones, calzoncillos, zapatos, camiseta....

Mi pollón totalmente duro estirado hacia atrás por debajo de mi culo mientras Yohanna chupa y chupa.

Agustín se sube a la barra y se pone a cuatro patas ante mi cara, con las piernas separadas. Yo meto mi cara entre sus nalgas y empiezo a larmerle el culo con mi boca. Mi lengua describe círculos alrededor de su ano palpitante mientras Yohanna tira de mi pollón totalmente duro hacia atrás por debajo de mi culo empujándome los huevos hacia arriba. Mi lengua empuja y empuja con fuerza tratando de introducirse en el ano de Agustín. Chupamos y lamemos en silencio. Solo se oyen nuestros gemidos y el sonido de fondo de la teletienda en la televisión.

Yohanna se saca mi polla de la boca y se pone en pie. Yo me bajo del taburete sin dejar de lamer el ano de Agustín. Agustín se baja de la barra y camina hacia la mesa de billar situada en el centro del bar. Se sube a la mesa a cuatro patas otra vez ofreciéndome su culito para que siga comiéndoselo. Yo separo las nalgas de Agustin y clavo mi lengua en su ano mientras miro como Yohanna, ya totalmente desnuda se dirige hacia la puerta del pub para cerrar con llaves. Presiona el botón que baja todas las persianas y apaga las luces, dejando sólo encendidas las lámparas sobre la mesa de billar.

Yohanna se acerca a mi. Yo dejo de lamer el culo de Agustín y la beso en el cuello mientras ella de pie a mi lado me agarra con sus manos, acariciándolo, mi pollón de 23 centímetros gordo y duro como una piedra.

Me tumbo sobre la mesa del billar. Yohanna se sube a la mesa también y abierta de piernas sobre mi cara posa su coño depilado con un pequeño triangulito de vello rubio sobre mi boca. Mi lengua empieza a lamer y martillear el clítoris de Yohanna, grande y salido hacia afuera. Miro la barriguita abultada y sobresaliente de su embarazo de dos meses. Sus tetas son gordas y se ven hinchadas con unos pezones empitonados y tiesos, desafiantes que ella se acaricia mientras jadea al sentir su clítoris succionado dentro de mi boca y martilleado sin piedad por mi lengua.

Agustín está comiéndome el pollón. Su mano me lo agarra por la base, presionando contra mis huevos mientras su boca sube y baja a lo largo del tronco mientras se lo mete cada vez más adentro en su boca.

Yo levanto mis brazos y mis manos agarran las tetas grandes y carnosas de Yohanna que jadea a gritos sintiendo aproximarse el orgasmo bajo el ataque constante de mi lengua en su clítoris duro e inflamado. Un sabor salado me llena la boca mientras Yohanna se corre entre gritos lastimeros de placer.

Nos bajamos de la mesa de billar y es Agustín el que abierto de piernas se sienta en el borde mientras Yohanna y yo nos arrodillamos desnudos ante él y empezamos a chuparle a dúo su polla. Yo mamo la polla de Agustín mientras Yohanna a mi lado le acaricia los muslos, los huevos.... Saco la polla de mi boca y se la acerco con la mano a la boca de Yohanna que se la mete dentro. La polla de Agustín no es larga pero es gorda y tiene un buen par de huevos grandes, totalmente depilados formando una gran bolsa que cuelga pesada entre sus piernas. Mientras Yohanna mama la polla de Agustín yo me introduzco, succionándolos, sus huevos gordos dentro de mi boca. Así estamos varios minutos. La polla y los huevos de Agustín pasan de la boca de Yohanna a mi boca y de mi boca a la de Yohanna. Agustín jadea, resopla, se retuerce de placer bajo el asedio de nuestras bocas y nuestras lenguas. Yo me pajeo sin cesar mi pollón totalmente duro apuntando al suelo entre mis piernas separadas.

Agustín se baja de la mesa de billar y yo vuelvo a tumbarme boca arriba sobre la misma. Yohanna se sube de pie y se pone en cuclillas a la altura de mi cintura. Yo me agarro mi pollón duro por la base y lo apunto al coño de Yohanna. Ella comienza a sentarse sobre mi polla lentamente y mis 23 centímetros de carne gruesa y dura empiezan a deslizarse dentro de ese coño dilatado, húmedo y caliente.

"Joder, me llega hasta el fondo, me llena toda!" grita Yohanna con una sonrisa en su boca y los ojos cerrados sintiendo plenamente mis 23 centímetros dentro de ella. Comienza a mover su culo arriba y abajo cada vez más rápido.

Siento como las manos de Agustín agarran mis piernas y las levantan hacia arriba al tiempo que mi ano recibe la primera embestida de la polla dura de Agustín. Yohanna gira su cabeza hacia atrás para mirar como Agustín empieza a bombear su polla dentro de mi culo. Yohanna no dice nada, jadea y jadea. Su respiración se acelera y entrecorta. Agustín bombea ya toda su polla dentro de mi ano. Por debajo de mis huevos siento esa deliciosa presión en mi próstata con cada nueva embestida de esa polla dura como una piedra dentro de mí.

El coño de Yohanna sube y baja a lo largo de mi pollón en sincronía con las embestidas rítmicas de la polla de Agustín en mi culo. Jadeamos de placer como tres animales en celo. La barriga abultada de Yohanna baila y oscila ante mis ojos. Sus tetas gordas, hinchadas, de mujer preñada se balancean colgando grandes y pesadas mientras ella las agarra entre sus manos, apretándolas, retorciéndolas....

Yo abro y cierro mi ano alrededor de la polla de Agustin mientras me folla el culo a la vez que mi polla bombea dentro del coño de Yohanna.

Siento que no aguanto más. Que me voy a correr. Cierro con fuerza mi esfinter y lo mantengo apretado mientras la polla de Agutin bombea a velocidad desbocada dentro de mi culo. Comienzo a correrme. Ese orgasmo lento que dura minutos y que tengo siempre que me una polla me folla el culo. Siento como mi semen empieza a deslizarse muy muy lentamente a lo largo de los 23 centímetros de mi rabo introducido totalmente dentro del coño de Yohanna, llegándole hasta el mismísimo útero. Una imagen del capullo de mi polla golpeando la cabeza del feto viene fugazmente a mi mente y me da la risa mientras experimento ese placer agónico de ese orgasmo que no tiene fin. Yohanna también empieza a reírse en voz alta mientras sus manos estrujan con fuerza sus pezones, tirando de ellos con fuerza hacia los lados y su coño se mueve balanceándose adelante y atrás con todo mi pollón clavado bien dentro.

Siento una descarga de calor líquido, espeso y pegajoso que me va llenando el culo mientras Agustín se corre entre gritos y embestidas despiadas de su polla dentro de mí, llenándome el ano de su leche caliente de macho.

Yo empiezo a aflojar mi esfinter y ese brutal orgasmo llega a su fin. Estoy rendido. Creo que Yohanna también se ha corrido cuando ha empezado a reirse hace un momento, aunque no estoy seguro de ello.

Aún con mi pollón clavado en su coño Yohanna se recuesta sobre mí empapada en sudor, el pelo despeinado, el rímel y maquillaje totalmente corridos. Noto su barriga abultada de preñada presionando sobre la mía. Sus tetas gordas, carnosas, hinchadas reposan sobre mi pecho. Agustín se hecha sobre la mesa de billar a nuestro lado, también mojado en sudor y con su polla todavía tiesa y empapada de los restos del semen con el que me ha llenado el culo.

Decididamente ha sido uno de esos polvos inmejorables: por lo inesperado, por el morbo de ser la primera vez que un chico y yo follamos delante de una mujer heterosexual.....

Decididamente el breve y descafeinado strip-tease televisivo de Nacho Vidal y Celia Blanco que acabábamos de ver palidece ante la brutal intensidad de este morboso trio gay-heterosexual que acabamos de tener esa noche.

¿Nacho?. ¿Qué Nacho?.
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