El camino
Ese leve roce me eriza la piel, suave, lento, con la humedad del gel, ese leve recorrido entre mis nalgas.Se intensifica la sensación de la piel cuando llega al punto correcto, una ola de calor me invade, presiona levemente, le abro aún más el camino y siento cómo su piel y la mía se fusionan.
Mi piel, mis músculos abrazan su ser, mientras pugna por colarse en mí, siento como poco a poco me invde, me horada, hasta que se encuentra un tope.
Se para, me paro, respiramos y al instante yo me muevo, presiono un poquito más y de repente, como si hubiera empujado un tapón otra nueva oleada, esta vez más intensa, vuelve a erizarme la piel.
Me empiezo a sentir llena, pero no, pletórica, pero aún no. Me paro, ahora toma de nuevo la iniciativa, sigue de nuevo su camino, un poquito más, ya casi está y cuando lo tiene....
Entonces comienza un nuevo juego, coge ritmo, mi excitación va en aumento, estoy cerca, entonces acciono con el mando el vibrador del estimulador prostático que lleva puesto.
No tarda en inundar mi interior, al tiempo que el enésimo embiste en mi punto P, me empuja a hacer lo mismo sobre las sábanas y cae sobre mí, aún en mi interior.