EL BALCÓN (y 4)
Bueno, la historia de nuestra usuaria termina aquí, de momento…Muchos besos para ella, todos húmedos.
Acto seguido me cogió de la mano y me llevó a mi habitación, yo estaba excitadísima pensando en lo que iba a pasar, Juanjo y mi chico nos siguieron y entraron justo detrás de nosotras dos.
Berta me llevó al costado de la cama y se tumbó con las piernas en la almohada (ponte a cuatro patas encima de mi, quiero comerte ese coñito tan rico y húmedo que he tocado antes”. No necesitaba decir nada más, me desnudé completamente y me coloqué encima de ella, en posición 69, y bajé mi culo para poder sentir su lengua en mi sexo, al tiempo que me agachaba para empezar a lamerle el suyo.
Madre del amor hermoso, que lengua tenía esa mujer, nada más empezar cada paso de su lengua por mi raja me provocaba un nuevo espasmo de placer, como sabía lo que hacía, usaba sus dedos y su lengua de una forma que nunca había sentido en mi vida, y eso que me lo han comido muchas veces, pero jamas con la maestría que mostraba Berta. Yo también empecé a tomar buena cuenta de su coño, me pareció apetitoso, también estaba ya mojado, imagino que por los besos y caricias que me había dado antes. No tardamos mucho en empezar a gemir las dos al unísono, cada vez que nuestras lenguas recorrían los agujeros de la otra era un nuevo gemido.
Los chicos nos estaban mirando y era evidente que estaban muy excitados, estaban ya los dos con sus pollas fuera y se las estaban meneando.
“¿Qué hacéis, no os queréis unir a nosotras?, vamos, que hay sitio para vosotros, no seáis tímidos”
Se acercaron ambos, mi chico por detrás mía y Juanjo por delante, puso su polla dura delante de mi cara y me faltó tiempo para agarrarla y metérmela en la boca, joder que ganas tenia, empecé lamiendo su glande húmedo hasta que ya no pude más y me la tragué entera, bufffff que gusto. Mi chico, el muy puñetero, había empezado a jugar con el agujero de mi ano, había metido un dedo en él y hacía movimientos circulares para dilatarlo (hay que decir que con lo mojada y excitada que estaba no hacía le costó mucho meter otro dedo, y luego un tercero, llevándome de nuevo a un estado de placer máximo, si no hubiera tenido aquella barra de carne en la boca hubiera gemido como una puta en celo).
“Berta, ¿te importaría lubricármela un poco para que me folle su culo?”
“Mmmmmm, acércala y métemela en la boquita”
Dicho esto empezó a follar su boca, una y otra vez, la polla de mi chico ahogaba los gemidos de Berta, que entre la follada de boca y mis dedos estaba alcanzando un orgasmo tras otro, hasta que la sacó y apuntándola en la entrada de mi ano empezó a introducir su polla despacio pero sin pausa, hasta que entró en toda su longitud, para luego empezar a follar mi culo justo cuando Berta volvía a su tarea con mi coño.
Mi chico me follaba el culo, su amigo Juanjo la boca y Berta me comía el coño, ¿qué más podía pedir?, estaba siendo el mejor aniversario que podía tener, mi cuerpo era una sucesión de espasmos de placer y mis fluidos resbalaban hacia la boca de Berta, que los recogía con su lengua mientras sus dedos hacían el trabajo que su lengua no podía, los dos hombres que me follaban boca y culo gemían constantemente, hasta que oí las palabras de Juanjo “como sigas así me voy a correr en tu boca”.
Me saqué su polla de la boca “no, te vas a correr en otro sitio, quiero doble penetración”
Mi chico, al oír esto, sacó su polla de mi culo y esperó a que yo me incorporara, le dije a Juanjo que se tumbara boca arriba, me coloqué encima de él, y colocando su glande en la entrada de mi vagina, me introduje por completo su pene, dando un quejido de placer, “cariño, tu turno, vuelve a donde estabas”.
No necesitó más, se puso detrás de mí y volvió a introducir su polla en mi culo, esta vez no fue un quejido, sino un aullido, “aaaaaaaah, joder, que gusto, dos pollas, aaaaaaah, folladme, cabrones”, y empezaron a follarme de forma acompasada, uno entraba viendo el otro salía, así una y otra vez, “aaaaaah, siiiiii, maaaaaaas, joderrrrrrrr, que gustooo, me matáis, cabrones” “tú, ven aquí, que te quiero comer el coño mientras estos dos me follan”, le dije a Berta.
Se colocó en cuclillas delante mía, dejando su coño a la altura de mi cara y con su culo muy cerca de la cara de Juanjo, que empezó a lamerlo de arriba a abajo como podía, al tiempo que yo me ocupaba de su coño.
La habitación era una sucesión de gemidos, jadeos, gritos, uno tras otro, hasta que “me voy a correr, cariño, me corro, me corro”, dijo mi chico.
“Córrete en mi culo fuera, en mi piel, córrete, esparce tu leche por mi culo”
A los pocos segundos noté como su polla se hinchaba aún más y su respiración y gemidos se aceleraban, sacando su polla de mi culo, descargando cuatro o cinco disparos de semen sobre mi piel. Noté como el semen caliente se depositaba sobre mi piel, al mismo tiempo que Juanjo hacía lo propio dentro de mi coño, llenándolo también con su semen caliente, provocándome un nuevo orgasmo al mismo tiempo que él se descargaba dentro de mi.
Berta se levantó de nuevo y fue a lamer los restos de semen de mi culo, recogiendo todos y cada uno de ellos con su lengua y compartiéndolos conmigo en una sucesión de morreos, que mezclados entre su saliva y la leche de mi chico me supieron a gloria.
Nos dedicamos luego las dos a limpiar bien las pollas de los dos chicos hasta que quedaron relucientes, y los dejamos descansar, mientras nos íbamos las dos a la ducha, para terminar la celebración por nuestra cuenta, aunque eso será otra historia para contar…