EL BALCÓN) (1)
Dedicado a una usuaria, ella sabe quien es… besos para ella, y por supuesto para el resto. 😘😘😘Aquella tarde me encontraba yo en mi casa, esperando a que él viniera del trabajo (terminaba más tarde que yo), apoyada en la barandilla del balcón de mi piso. Por aquellos entonces vivía en un cuarto, en una de las calles céntricas de Barcelona, desde el que podía ver infinidad de ventanas y terrazas y varias calles con su bullicio habitual.
No me preguntéis por qué (aunque ese porqué se pueda explicar por el morbo que me produce el sexo en publico, esa sensación de peligro que se experimenta cuando estás follando en un lugar en el que te pueden pillar en cualquier momento), pero la verdad es que en el tiempo que llevaba en el balcón, por cierto con una copa de vino que iba bebiendo a sorbos, me estaba calentando yo sola, dando rienda suelta a mi imaginación, y empezaba a notar cierto calor en mi interior, y por supuesto en mi entrepierna.
Al cabo de un rato oír la puerta de mi piso abrirse y cerrarse, había llegado él, “hola, cariño, ¿dónde estás?”
“En el balcón, esperándote”
Tardó pocos segundos en aparecer, llegó por detrás, se colocó pegando su cuerpo al mío y me besó en el cuello después de apartar mi pelo, aprovechando para acariciar mi culo por encima de la falda mientras lo hacía.
“Mmmmmmmm, te empezaba a echar de menos” le dije
“Yo echaba de menos tu culito” me respondió, antes de deslizar su mano debajo de mi falda para acariciar mi piel, la cual empezó a erizarse al mismo tiempo que un escalofrío de placer recorría mi espalda.
“Uffffff, me estás poniendo mala, si sigues por ahí no me voy a poder contener”
“Pues no lo hagas, me gusta ponerte cachonda”.
Nada más decir esto sentí como su dedo corazón acariciaba mi raja muy suavemente, de arriba a abajo, y unos instantes después se metía furtivamente en mi coño, joder cómo me gustaba que hiciera eso, el cabrón sabía cómo ponerme en órbita.
Siguió haciéndolo durante unos instantes, y yo aproveché para llevar mi mano hacia atrás y acariciarle el paquete por encima de sus vaqueros, y tengo que decir que el bulto en ellos empezaba a ser notorio, y más que se puso debido a mis caricias.
Había tomado ya posesión de mi cuello con sus labios y su lengua, y su dedo estaba hundiéndose en mi vagina una y otra vez, cada vez más deprisa y más profundo, haciendo que ésta empezara a inundarse, mi excitación subía y subía, mis jadeos iban en aumento, tanto en volumen como en frecuencia.
Había ya desabrochado los botones de su pantalón, y mi mano entraba dentro de sus boxers, palpando su polla, haciéndola crecer de tamaño, preparándola para lo que más deseaba en ese momento, que era tenerla en mi interior, darle cobijo en mi vagina húmeda y caliente, deseaba ser penetrada, follada, que me llenara con ella, además, la sola posibilidad de que una o varias personas nos estuvieran viendo era, buffffffffff…
Como leyendo mis pensamientos, se apartó un poco, subió mi falda hasta la cintura, se sacó su herramienta, y apuntando hacia mi coño, me la metió hasta el fondo de un sólo embite, joderrrrrrr, solté un quejido de placer “aaaaaaaaaaah, por finnnnnn, que gustooooooooo, como me gusta tu polla, joder, fóllame ya, cabrón, no me hagas esperar”, mientras tomaba posesión de mis pechos y me pellizcaba los pezones (también sabía el cabrón que me volvía loca que lo hiciera) cada vez más fuerte, consiguiendo que mis pezones se volvieran más y más sensibles.