Una tarde de compras
• Buenas tardes quiere probarse el vestido, seguro que le queda muy bien.Veía que la mujer estaba indecisa y si se lo veía puesto seguro que se lo llevaba.
- Pase a este probador, si me necesita avíseme.
Siempre intento dejar la cortina un poco abierta, a nadie le amarga un dulce. Efectivamente este era un dulce muy dulce; tenía un bonito desnudo. Es tan sensual ver como las curvas van apareciendo y mirar sin ser visto. No daba crédito lo que estaba viendo, cuando se quitó la camiseta saco una prenda que me había robado y se la estaba metiendo en el bolso.
Vaya, vaya, con la señora.
Deje que siguiera con lo suyo sin interrumpirla, vi como cayo el resto de la ropa hasta quedarse solo con la ropa interior, se agacho para colocar mejor la prenda dentro del bolso y me regalo una visión de su generoso culo.
Las cosas como son, el vestido le sentaba como un guante.
- Todo bien. Dije
Abrió la cortina y se mostró.
• Lo ve como está hecho para usted, eso sí, si me permite decírselo ese sujetador no es el adecuado. Déjeme que le traiga uno, 95 copa C verdad.
Me fui hasta la entrada puse el cartel de cerrado y gire la llave, no quería ser molestado y ya era hora casi de cerrar.
Volví con la prenda dedicándole una sonrisa, se metió en el probador y esta vez fue ella la que dejo la cortina sin cerrar del todo. Me volvió a regalar unas sensuales vistas mientras se cambiaba.
• Ahora sí, el vestido le hace justicia. ¿Se lo lleva entonces?
Me contesto con una sonrisa
• ¿El sujetador también lo quiere?
• Si por favor. Me contesto
Se volvió a meter en el probador y cuando estaba a medio cambiar solo con su tanguita abrí la cortina
• Señorita es una pena que tenga que llamar a la policía.
Su cara era todo un poema, casi desnuda, sonrojada y descubierta.
• Como puede ser usted tan ladrona, ¿Cómo se llama?
• Sofía. Me dijo.
Cogí su bolso para sacar la prenda, y cuál fue mi sorpresa
No solo me había robado otra prenda más, además tenía un mini vibrador y unas bolas chinas, esto se ponía interesante.
- Sofía, Sofía, no sé cómo vamos a poder arreglarlo a fin de cuentas.
• Por favor pagare todas las prendas pero no llame a la policía.
- ¿Y qué más?
• ¿Que más quiere que haga? Pregunto
Saque el mini vibrador de su bolso y se lo ofrecí. Una imagen vale más que mil palabras.
• Pero quien se ha pensado usted que soy yo. Me dijo haciéndose la indignada.
Sin parpadear y mirándola fijamente a los ojos le dije.
• Pienso que eres una zorrita, que cuando te estabas cambiando has dejado la cortina a medio correr a posta para exhibir tus encantos. Que te gusta ir provocando y que hoy te vas a llevar tu merecido. Que estas deseando que te den unos azotes en ese culo de putita que tienes, que tu anhelas más recibirlos que yo dártelos. Eso es lo que creo.
Pude notar en sus ojos que no me había equivocado ni un ápice en lo que había dicho.
-Y ahora te vas a quitar las bragas y me vas a enseñar como te tocas, si quieres salir de aquí sin que llame a la policía.
La tome del brazo y me la lleve a la trastienda, detrás de la puerta tenía mi despacho, allí estaríamos mucho más cómodos.
Una vez dentro la senté en la mesa y la volví a mirar a los ojos.
• Sofía, a qué esperas, quítate esas bragas y saca la puta que tienes dentro.
Me senté en mi sillón de cuero para poder disfrutar del momento sin dejar de mirarla a los ojos.
Su tanga se despedía mientras sus manos se adueñaban de su cuerpo, su indignación y castidad se quedaron fuera de la habitación.
Su lado salvaje se fue apoderando de ella, regalándome todo su ímpetu y su sensualidad.
Las manos recorrían el cuerpo, sus dedos se perdían en su vulva, y sus piernas brillaban por la humedad que desprendía.
Mirándola fijamente a los ojos le dije:
• Lo ves amigo como Sofía es una guarra, tranquila Sofía si es Martin, tu sigue siendo la puta que eres. Martin estaba detrás de ella, junto a la puerta, y tan solo ahora Sofía había podido darse cuenta. Pude notar como su excitación subió al darse cuenta que su chico estaba contemplándola, había cruzado la última frontera.
• Sofía lo estás haciendo muy bien, enséñale a tu chico como te tocas el ano con ese juguetito tuyo.
Me miro como si hubiera descubierto su secreto más inconfesable.
- Sois unos cabrones, dijo desde su desnudez.
• Sofía ahora no te iras a hacer la remilgona, sabemos que te gusta, enséñanos como lo haces zorrita.
Martin sabía que su chica era una zorra y que además disfrutaba con ello; a él le encantaba verla actuar de esa manera, siendo utilizada, dirigida y humillada.
Un día hablando, me conto su historia y me hizo partícipe de sus anteriores experiencias. Quería convertir sus deseos en hechos, ¿Podríamos llevarla más lejos? Me decia ¿Convertirla en una señora zorra? ¿Podríamos conseguir alquilarla? Me preguntaba, pues de esa charla salieron los primeros planes, y ya estábamos cumpliendo plazos.
Sofía desnuda en el despacho, sentada sobre la mesa, sus piernas abiertas, su ano abierto al mundo, el plug indeciso, sus ojos llenos de deseo, y su corazón en un puño.
• Vamos puta no te hagas de rogar. El brillo y la humedad de tus labios nos dice que quieres más, mucho más.
Abrí el cajón y le entregue un tubo de gel
• Unta bien ese ano, que le vas a dar mucho trabajo.
Martin se puso a mi lado y vio que el monitor aparecía Sofía, me miro y sonrió, la conexión era buena y ya teníamos más de 100 visitantes añadiendo comentarios. No queríamos que esto fuese para nuestro uso y disfrute, queríamos que Sofía tuviese público, que mejor que una emisión en directo vía internet.
La cámara estaba en el techo y yo la manejaba con el ratón del ordenador, lo estábamos grabando y emitiendo a la vez.
Tal y como habíamos convenido y ensayado le pase los mandos del online a Martin, para yo encargarme del directo.
Me levante me coloque detrás de Sofía susurrándola al oído.
-Vamos putita así, muy bien, calienta ese culo, ponle mucho gel, y dilátalo con el plug.
Mientras le decía esto la acompañaba hasta la silla, era una silla muy especial, preparada para poner sus piernas abiertas y en alto. De hecho fue lo que nos hizo retrasar nuestros planes, esperamos a tenerla para poner todo en marcha. Una vez sentada le vende sus ojos, al ser privada de uno de sus sentidos percibirá más los otros, haciendo crecer su deseo y el morbo.
Su ano se dilataba y envolvía el plug, su respiración se hacía cada vez más intensa, sus músculos se tensaban, cada vez quedaba menos para estar plantado en su culo.
Sus pezones se endurecían al sentir el plug de metal invadía su intimidad, su vagina lloraba de alegría inundando la habitación de su aroma, dejando sus jugos deslizarse por sus piernas.
Su mano estaba incrementando la cadencia y la velocidad por momentos.
• Sofía putita nuestra, no te guardes nada para ti, comparte lo que sientes, cuéntanos
• ¿Que eres Sofía? Le pregunto Martin
• Soy una puta, soy una guarra, tenías razón mi amor me encanta ser utilizada, dominada y usada
• ¿Que te estás haciendo putilla?
• Me estoy abriendo mi culo. Uuummm, Gimió mientras lo hacía. He sido mala y necesito ser castigada, soy un puta ladrona.
Martin estaba disfrutando con los comentarios que ibamos recibiendo, soeces y explícitos, no sabía que le calentaba más si ver a su chica abriéndose el culo o las guarradas que leía de los visitantes.
• Sofía, ¿Sabes que hacemos aquí con las ladronas como tú? Las castigamos, las azotamos.
La espera de la silla no fue en vano, tenía un fantástico sistema para elevar las piernas a la vez que su culo era expuesto, dejando acceso a las más perversas intenciones, y así se hizo
Plas, sonó su culo, y plas, volvió a sonar.
-¿Sofía, quieres más?
• Si soy un puta y merezco ser azotada, azótame por favor.
Plas, plas, su ano se contraía y dilataba con cada azote, sus suspiros venían detrás del azote, como dando la aprobación a cada uno de ellos.
Los ojos de Martin estaban fuera de órbita viendo como el culo de su chica era azotado, como ella se penetraba una y otra vez el ano, como su vagina lloraba de placer, como su gritos y gemidos se intercalaban, como los visitantes de la web le mostraban su devoción, se sentía inmenso.
Sofía era sacudida una y otra vez por el deseo, cada poro de su piel desprendía sexo, sus pezones endurecidos parecían que iban a salirse de su cuerpo, su clítoris asomaba de entre los labios.
El plug ya había hecho todo su trabajo, su esfínter estaba listo para albergar mejores compañeros.
Me coloque detrás de ella y le susurré, creo que la puta quiere algo más, verdad.
La silla tenía un montón de posibilidades, poder atarla de pies y manos daba mucho juego.
Fije sus pies a los anclajes que tenía para ello, bascule hacia atrás la silla así exponiendo más sus atributos, separe un poco más sus piernas con el mecanismo, cosa que me agradeció Martin con la mirada y los internautas con sus comentarios.
Cogí sus manos temblorosas y las hice firmes con una esposas por encima de su cabeza, adentrando el plug hasta lo más hondo de su ano, la silla tenía un eje de giro que la convertía en un perfecto potro quedando ella boca abajo y su culo hacia arriba.
• Putita nuestra, ahora empieza tu fiesta, somos tus genios de la lámpara,empieza a pedir deseos.
• Darme por el culo.
• Sofia no te escuchamos, que quieres puta
• Vuestra puta quiere que le rompan el culo.
Saque el plug de su ano, me coloque detrás de Sofía. Le aplique algo de gel, me sitúe frente a su esfínter, hice un primer acercamiento para que notase el tacto del condón, y que notara que ya no era un juguete lo que se le acercaba.
• UUUFF!!! Si mi señor empuje fuerte, y por favor azóteme, me ayudara a engullirlo. Suplico
Sus deseos fueron ordenes, separe los cachetes de su culo, empuje sin prisa pero sin pausa, viendo cómo se abría paso a ritmo de mis azotes. Sofia se tensaba como una cuerda con cada azote y con cada embestida.
• Si, si, si, más por favor, no pare, se lo ruego.
Y así fue, me deslizaba suavemente hacia su interior ayudado por los azotes, su vagina era una fuente de placer, sus gemidos llenaban la sala.
Cuando entre hasta el final, me quede parado, notando el palpitar de su corazón en el esfínter. Con cada cachete se aceleraba su ritmo cardiaco, poco a poco fui intensificando el ritmo, entrando y saliendo de su culo.
-Si fóllame, fuerte. Conseguía decir entrecortada por sus gemidos.
Martin no aguantaba más, se puso delante de Sofía y tomo sus manos
• Sofía, como me gusta verte disfrutar
• Martin, gracias por darme esta sorpresa, me encanta sentirme tu puta, lléname con tu leche.
Martin se está masturbando delante de ella y acariciando sus labios con la punta de su pene.
Provocando, sin prisa, ella buscaba la polla para tragarla, pero Martin jugaba con ella.
Yo seguía embistiendo desde atrás, con más fuerza, con más ímpetu, su espalda se arqueaba, los dedos de sus pies se contraían, su culo se tensaba.
• Martin dame tu polla por dios. Grito Sofía
• No Sofía, prefiero escuchar tu voz y lamentos.
• Mi culo, mi culo, me voy a correr por el culo, no puedo aguantar más, azotarme, follarme...
Su cuerpo se convulsionaba al ritmo de las embestidas, mi mano juga con su clítoris para llevarla a otro éxtasis paralelo.
-Dios que gusto, mi clítoris, mi culo, ahhhhhhh.....
Martin no pudo resistir más, y lleno la cara de Sofía con sus jugos, eso fue la gota que colmó el vaso, el cuerpo de Sofía fue recorrido por un escalofrió que fue desde los pies hasta su nuca.
Verlos a ellos fue lo definitivo, y yo tampoco pude aguantar más, mi cuerpo abandono el control y se llenó de placer.
Sofía respiraba felicidad, Martin estaba extenuado, habíamos triunfado no solo en presencial, el online era una locura.