Zorreo sensual
Juntas, acariciándonos, mientras sentíamos, mientras nos encontrábamos invadidas y repletas, llenas de placer y carne. Una al lado de la otra, pero cara a cara o al menos lo que podíamos, tú repleta por doquier, con tus tres donceles, sintiendo sus duras barras llenarte plenamente. Esas barras que toqueteabas en la barra, mientras me besabas y metías la mano bajo mi falda.
Por tus gemidos, creo que llegaste al menos 5 veces al orgasmo, antes que ellos fueran culminando sobre tí, tus nalgas, tus pechos, y cómo no, tu boca.
Me miraste y me sonreíste cuando el último acabó ahí. Te acercaste, pasé de mi boca a mi mano el miembro que degustaba hasta ese momento, me agarraste de la nuca y me besaste, con el sabor de tu último macho aún reciente.
Eso y una caricia tuya, fue suficiente, para mi esperma empapara las braguitas que aún llevaba puestas, mientras la mujer de mi caballero seguía con su arnés cabalgándome.