La isla perdida
En la inmensidad del océano navego sin rumbo aparente, muchas lunas muertas, muchas nubes han llorado sobre mí cabeza, pero sigo mi camino errante, con mi sextante oxidado y mi rosa de los viento menguante.En la lejanía mi tripulante divisa tierra, ¡tierra mi almirante!, pero yo sigo mi camino distante, alejándome lentamente de esas tierras exuberantes, llenas de nuevas riquezas y aguas protuberantes.
Pareciera en algún instante, que mi decisión a sido vivir el viaje, y cada nuevo puerto evadir atracarme, vivir libre, mirar al horizonte sin anhelos y sin esperanzas, seguir disfrutando de estas aventuras vibrantes.
Cierro los ojos con mi corazón desbordante, y siento el sabor salado de la mar, para recordar que lo único que he hecho es navegar los 7 mares entre las aguas calidas de tu sexo, y me decretó pirata de tu tesoro, que cada nuevo amanecer zarpare entre tus piernas a la búsqueda de tu placer incesante.