Su cama...
Bajo corriendo las escaleras de la oficina… alcanzo la calle… me recibe la claridad del sol galaico, mientras subo a la moto… Tarde.. voy tarde. Si bien no tenemos hora fija, cada minuto que estoy lejos de ella, es una soberana pérdida de tiempo. Y más ahora.. que sabemos que se marcha.. que se muda… Pero dejemos los lamentos para después… porque en estos momentos su frase me taladra la cabeza… “me vas a follar en mi cama”.Complicado mantener la sangre en el cerebro, para mantener un mínimo de equilibrio, cuando me reclama dicho fluido la entrepierna. Complicado recordar su nombre, su cara.. sus ojos color brasa incandescente… y no empalmarte.
Esquivo tráfico, pierdo puntos en un par de semáforos .. y aparco. Intento localizar el número indicado de su casa.. y nada.. no hay manera.. paseo el condenado tramos mil veces, .. hasta que escucho su risa burlona asomada al pequeño balcón. Se divierte mientras observa al ratón en un experimento. Esa es ella… “mi rival, mi compañera”. Pero ya me vengaré… vaya que si me vengaré.
Me espera en la puerta, con esa sonrisa de suficiencia de quien se sabe dueña de si misma, y esos ojos.. esos ojos que hacen de mi lo que quiera, aunque sólo se atreva a sospecharlo. Me mantengo comedido mientras se cierra la puerta, mientras me enseña el piso a medio empaquetar, mientras me pregunta si quiero algo… y ya no aguanto más. Ella lo sabe.. y sonríe.
Alcanzo su boca con la mía… y el beso anuncia todo lo que viene después. Sujetador fuera.. y acabamos encima de su cama.. casi sin tiempo a descalzarme… pero es que hoy, sólo puede dedicarme media hora. Sus pies en mi hombro izquierdo, levanto un poco su pantaloncito.. y veo asomar su sexo jugoso,… apenas tengo tiempo para el lametón de buenos días, mientras libero mi polla. Escasos y poco ortodoxos preliminares, pero estamos demasiado calientes para cualquier tipo de juego, así que.. se la clavo hasta el fondo como muestra de buena voluntad.
Lejos de escuchar un reproche de su boca, sólo alcanzo a entender un “no sabes cuánto lo necesitaba”… dos empujones más.. y ya chorrea su coñito precioso… está claro que no sólo eran mis ganas. Es complicado controlarse, cada jadeo, cada gemido, cada mirada que me devuelve, hace que la desee más y más… abandono el control de mi cuerpo, y dejo que se entiendan “ellos”… para mi quiero su cara, su respiración .. su forma de correrse. Su placer alimenta el mío, y mi único deseo es estar más dentro suya, más pegado a su piel.
Pero toca vencer los deseos propios y no olvidar el objeto de esta visita, la venganza. Venganza por desarmarme, por tumbar mi mundo, por hacer que sólo me sirva ella,… y venganza por dejarme ahora… Así que justo cuando va a correrse,.. freno un poco y le susurro.. “aún no”… “te correrás sólo cuando yo lo quiera”… que será diez segundos más tarde, mientras la taladro con firmeza y brutalidad… Sé que le molesta.. y cuando va a empezar a protestar, vuelvo a percutirla como un loco, hasta que se corre de nuevo. Noto en mi polla como vibra su coño, mientras trata de recolocar sus piernas… Primer castigo cumplido.
Me tumbo a su lado, y antes de que recupere la respiración… levanto una de sus piernas y de lado, vuelvo a meter mi polla en su coño hirviendo. Noto su placer, mientras ella es incapaz de mantener la boca cerrada o los ojos abiertos… La penetro suavemente, pero hasta el fondo.. quiero que note todo el recorrido de mi polla en sus labios hinchados.. muy despacio.. pero sin parar en ningún momento, consiguiendo que acumule el placer sin llegar a correrse. Es mi segundo castigo, decido retrasar su orgasmo, mientras la obligo a mirarme a los ojos… “¿Quieres correrte? ¿Sí? ¿Pídemelo?”… y cuando consigue vocalizar un “sí, por favor”.. descargo con violencia golpes en el fondo de su coño, como un puto animal en celo, hasta arrancarle un orgasmo intenso y orgánico… y no paro, no me es suficiente, hago caso omiso a sus súplicas y sigo,… quiero más, quiero que sepa que soy yo el que decide… vuelve a correrse y grita mi nombre. No puedo más… y exploto dentro de ella.
Busco su boca y la beso, “siempre sabrás que te he follado en tu cama… mientras no nos volvamos a ver, te encontraré aquí mismo”.
No deja de parecerme un triste bufido de prepotencia, .. triste e innecesaria soberbia, pues ambos sabemos que habernos cruzado en este mundo, compensa cualquier tristeza de pérdida… pero mi venganza será haberlo querido inolvidable.