VIAJE

Patricia había venido a la ciudad donde vivo yo, acompañada de su amiga Tania, la cual había insistido mucho en llevar a su novio David, cosa que a Patricia no le hacía mucha gracia, porque sabía lo que ella y yo teníamos planeado. Yo le dije que no se preocupara, que lo tenia todo previsto.
Se alojaban en un hotel del centro, y habían pedido dos habitaciones con cama de matrimonio (yo pensaba dormir con Patricia esa noche).
El plan era sencillo, Patricia y yo queríamos follarnos a Tania, que era una chica muy apetecible y muy fácil de calentar, y sin saberlo, nos había puesto una situación muy morbosa al alcance de nuestras manos, me explico…
Mientras estaban esperando que yo llegara al hotel, Patricia se dirigió a la habitación que Tania y David ocupaban, con la excusa de esperarme allí, y les iba a preparar una copa para tomarla mientras tanto, pero la de David iba a tener un ingrediente extra, un suave somnífero que lo haría dormirse durante un rato.
Así lo hizo, preparó las tres copas y en la de David puso el ingrediente extra, y se lo dio sin que se diera cuenta.
Hay que decir que Patricia estaba en el sillón tomándose su copa, mientras Tania y David jugaban y se calentaban en la cama, calentando también sin darse cuenta a Patricia, que estaba ya empezando a notar como su tanga se iba humedeciendo. Estaba calculado que yo entrara unos pocos minutos después de que él se quedara dormido, habiendo dejado a Tania muy caliente después de tanto beso y tocamiento.
Llegó el momento, y llamé a la puerta, la abrió Patricia, nos dimos un sonoro morreo, y me esbozó una sonrisa, confirmándome que todo había salido según lo planeado. Entré, le di dos besos a Tania y me fijé en que David estaba profundamente dormido, teníamos poco tiempo, así que procedí con el plan.
Con la excusa de que nos íbamos a sentar en la cama para hablar de lo que íbamos a hacer esa noche, incorporé a David y lo senté en el sillón, y aprovechando que Tania fue al baño (imagino que para masturbarse, noté que estaba muy caliente), lo até concienzudamente a la silla con la seguridad que no se podría soltar.
Tania salió del baño y al ver la situación, puso cara de asustada, pero Patricia la convenció para que no se preocupara, que lo iba a pasar muy bien con nosotros.
Nos sentamos en la cama y esperamos a que se despertara. Cuando lo hizo puso cara de sorprendido, de enfado, “qué coño pasa, soltadme”, a lo que Patricia replicó “cállate, espera, porque nos vamos a follar a tú novia, y tú lo vas a ver”.
Llegado ese momento Patricia ya estaba acariciando los pechos de Tania, y besándole el cuello, y su reacción fue de lo más sorprendente, “cariño, antes me has calentado mucho, estoy muy cachonda, y ahora lo unico que quiero es follar y pasarlo bien”.
Acto seguido Patricia acarició mis pantalones, bajó mi cremallera y sacó mi polla al aire, que ya se encontraba casi erecta del todo, y mirando a Tania la cogió de la cabeza y la dirigió hacia ella, y la reacción de Tania fue empezar a colmar mi polla de besos, para acto seguido metérsela en la boca muy despacio, hasta engullirla por completo.
Patricia se desnudó quedándose únicamente con las bragas, y empezó a desnudar a Tania acariciandola, mientras ella se follaba la garganta con mi polla, de una forma frenética.
Aprovechan que se encontraba en cuclillas con mi polla en la boca, Patricia se acostó boca arriba debajo de ella y, apartando sus bragas, empezó a lamerle el coño haciendo que Tania empezara a gemir cuando no tenía su boca llena de carne y a mover su culo al ritmo de los lametones de Patricia, y engullendo mi polla cada vez más deprisa, hasta que la avise de que me iba a correr, momento que Patricia aprovechó para dejar de comer su coño y subir hasta mi polla y empezar a compartirla, besándose por encima de ella, hasta que les dije que pararan, que me iba a correr en sus caras, lo que no sirvió de nada. Solté cuatro o cinco chorros de esperma que se repartieron entre sus caras, sus bocas, y luego empezaron a besarse y a lamerse las caras para limpiarse la una a la otra, hasta no dejar ni una gota, para luego volver a lamer mi polla con sus lenguas y dejarla reluciente, sin una gota de semen.