EL ENCUENTRO (y 4)
Aquí tenéis el desenlace final. Como el resto de la saga, dedicado especialmente a esa usuaria. Muchos besos para ella y para todos vosotros, que lo disfrutéis leyéndolo tanto como yo escribiéndolo.Nada más decirme eso se sacó de su empapado coño el consolador, y empezó a lamerlo, mirándome, su mirada fue como una invitación para compartirlo, y eso hice, acerqué mi boca a la suya y nos pusimos entre las dos a limpiarlo de sus flujos, al tiempo que nuestras lenguas coincidían lamido tras lamido y se entrelazaban, haciendo que nos besáramos de una forma muy lasciva, compartiendo aquella polla de silicona con la que hacía instantes yo había taladrado su coño.
“Vaya, vaya, vaya, qué bien se lo están pasando las señoritas”
El corazón me dio un vuelco, alguien había entrado y ni me había dado cuenta, un hombre estaba en la habitación viendo cómo ella y yo devorábamos aquella polla y a nosotras mismas.
“Hola, cariño”, dijo ella “te presento a Julia, mi nueva amiga, ¿te gusta?”
“Cómo no me va a gustar, ya sabes que lo que te gusta a mi me gusta a mi”
Yo no sabía dónde meterme, la miraba a ella, lo miraba a él, estaba confundida.
“¿Te unes a nosotras?, me apetece tener tu polla con nosotras, me apetece que me folles y que la folles a ella”
“Claro que si, faltaría más “
La verdad es que me daba igual, estaba tan excitada que a esas alturas una polla tampoco me vendría mal, lo quería todo.
“Cariño, ven, quiero mamártela, que ella lo vea, y si quiere, que se una”
No terminó de decirlo que él ya se estaba desnudando, se notaba un cuerpo cultivado en gimnasio, sin excesos, atractivo. Se acercó a nosotras únicamente con su bóxer puesto, y a ella le faltó tiempo para meter la mano dentro y sacar su polla al aire, recuerdo pensar en aquel momento que era más o menos de la misma longitud que la de mi marido, pero más gruesa, y después de acariciársela unos instantes se la llevó a la boca. Verla engullir aquella polla me puso aún más caliente, empecé a acariciar mi clitoris y dirigí mi mano a sus huevos para empezar a acariciarlos.
“Acércate, no muerde, compártela con ella”
Y eso hice, acerqué mi boca a esa polla tan jugosa que tenia a mi alcance u empecé a lamerle los huevos primero, y luego a compartirla con ella, mientras él nos cogía de la cabeza y las acariciaba al tiempo que acompañaba nuestros movimientos, ¡estaba comiendole la polla a un desconocido en compañía de mi nueva amante!, no me lo podía creer, en ese momento me hubiera dado igual todo, otra mujer, otro hombre, sólo me preocupaba por disfrutar.
La polla se le puso dura enseguida, y sus gemidos indicaban que estábamos llegando al final, ella aumentó el ritmo de sus mamada, yo también, y a los pocos segundos, “me corro, chicas, me corro, joder, que buenas sois”,
Ella aprovechó esas palabras y se metió aquella polla entera, hasta la garganta, justo en el momento en que el convulsionó y cuatro a cinco espasmos acompañados de descargas de semen invadían su boca, saliéndose por los labios parte del semen, cosa que yo aproveché para acercar mi lengua a su cara y lamerlo, limpiarla, mientras ella me acariciaba la cabeza al tiempo que gemía.
Se sacó la polla de la boca y me besó, compartiendo conmigo parte del semen de su pareja hasta que nos dejamos limpias la una a la otra, para luego limpiarle la polla a él, la chupamos y lamimos hasta que no quedó ni una gota, y eso era sólo el principio de lo que estaba por venir.
Cuando hubimos terminado me hizo indicaciones para que me pusiera a cuatro patas, y mientras lo hacía empezó a colocarse el arnés, el cual tenía una polla de dimensiones considerables, la más grande que yo había visto hasta la fecha.
“Ahora me vas a chupar la polla mientras mi marido te come a ti por detrás”
Mi coño volvía a parecer una hoguera del calor que sentía, me puse en cuatro, ella se puso delante y empecé a lamer esa polla de plástico, al tiempo que vi como el marido se ponía detrás de mi y empecé a sentir una lengua recorrer mi sexo por entero. Joder, ese tío sabía comer coños como nadie, de un solo lametazo cubría mis dos agujeros, al tiempo que me acariciaba la parte interior de las piernas, que empezaban a temblar de gusto.
El placer que estaba sintiendo hizo que me metiera cada vez más y más cantidad de polla en la boca, hubo un momento en que ya había llegado a la campanilla, provocándome arcadas, pero estaba desatada, entre el placer de tener una polla en la boca y que me comieran coño y culo no tardé más de unos pocos minutos en volver a correrme, con unos gritos de gusto ahogados únicamente por la soberbia mamada que le estaba dando a la polla del arnés.
Ella me sacó la polla de la boca y se tumbó a mi lado, yo seguía a cuatro patas.
“Ven, ponte encima, déjame que te folle”
No hizo falta más, me senté encima de ella, apunté la polla a la entrada de mi vagina y me la ensarté de un solo golpe, joder que gusto me dio,
Y empecé a cabalgar despacio mientras ella tomaba buena cuenta de mis tetas.
Él se había levantado, y su polla parecía estar a punto de nuevo, se puso de pie a mi lado, tocándose, y sin poder evitarlo se la cogí y me la lleve a la boca. Empecé a chuparsela de nuevo, con hambre, con ganas, ansiosa de nuevo de polla. En ese momento me estaban follando el coño y la boca, era la mujer más feliz del mundo, mi primer trío, me metía aquella polla en la boca una y otra vez, le acariciaba los huevos, mientras mi diosa se follaba mi coño con su arnés, creo que encadenaba orgasmo tras orgasmo, una y otra vez, disfrutando como nunca y sintiéndome el juguete sexual de aquella pareja.
Al cabo de unos minutos él se separó de mi, y fue hacía una de las mesitas, abrió un cajón, y sacó un bote. Yo no sabía lo que era, tampoco es que me fijara demasiado, estaba absorta cabalgando sobre aquella polla y dejándome morder los pechos por mi amante, hasta que sentí algo frío en la entrada de mi ano, ¡era vaselina, me estaban untando de vaselina para penetrarme el culo!. Inmediatamente paré de cabalgar, “por ahí no, no lo he hecho nunca”.
Ella me miró fijamente a los ojos
“Ssssssssshhhhh, no te preocupes cariño, te va a encantar, lo va a hacer muy bien ¿verdad cariño?”
“Ya verás como si” respondió él, mientras con uno de sus dedos empezaba a dilatar mi ano. Yo
No sabía que hacer, pero opté por dejarme hacer, y me puse a cabalgar de nuevo sobre mi amante. Al rato ya tenia dos dedos dentro de mi, y seguía dilatándome con movimientos circulares, hasta que debió pensar que ya era el momento, y poniéndose detrás de mi apuntó su polla a mi entrada y empezó a meterla lentamente, a pequeños empujones, centímetro a centímetro.
“¿Te duele, cariño?” Me dijo ella
“Si, me duele, pero no paréis, me gusta, por favor, sigue” contesté yo
Y así lo hizo, siguió metiéndola hasta que estuvo toda dentro, y empezaron los dos a follarme de forma acompasada, Dios como me lo estaba pasando, por primera vez sentía una buena polla dura y caliente dentro de mi culo, y me estaba gustando, mis flujos se salían de mi coño ya encharcado, resbalando por mis piernas hasta las de mi amante mujer, estaba recibiendo placer como nunca antes había sentido.
“Si, joder, folladme, partidme, como me gussssssssta, que ricas pollas, como me gusta que me folleis, los dos”
Estaba siendo penetrada por los dos, mi primera doble penetración, y aquello era la gloria, acababa de descubrir el placer de sentir dos pollas dentro de mi al mismo tiempo, incluso no hubiera estado de más otra que llevarme a la boca para chuparla, y así sentirme llena por todos los agujeros, así que alargué mi mano y cogí otro de los consoladores para metérmelo en la boca y follármela también, al ritmo que lo estaba siendo por ellos dos, y por supuesto, compartiéndola con ella.
No tardó mucho él en correrse, avisándome que iba a hacerlo, “córrete, lléname el culo, quiero tu leche, dámela toda” y un espasmo tras otro, fue llenándome, la sensación de sentir esos disparos de leche caliente en el interior de mi ano fue indescriptible, tanto que experimenté un nuevo orgasmo, más intenso que los anteriores, cayendo rendida pecho con pecho con ella, gimiendo, y besándola en la boca mientras ella terminaba de follar mi coño y satisfacerse.
Nos tumbamos los tres rendidos en la cama y nos quedamos dormidos, al cabo de varias horas me desperté y me fui a la ducha, para luego volver a la cama y dormirme.
Recuerdo que a las pocas horas me desperté con la cabeza de ella en mis pechos y con la de él entre mis piernas, parecía que volveríamos a empezar, la noche iba a ser larga, y la primera de muchas noches.