Primera vez
(Nota: Recuerden que las infidelidades son sólo válidas en las fantasías)Martha era una joven recién casada vivía un matrimonio de ensueño pero estaba muy frustrada sexualmente, su marido era dulce pero nunca rendía lo suficiente, tal vez Martha era adicta al sexo o sólo le frustraba la indiferencia de su marido, un día cuando volvía de las compras encontró al mejor amigo de su esposo tocando la puerta, a Martha se le hizo raro ya que su esposo no solía estar a esa hora del día.
Martha: Hola Marco, ¿Qué haces aquí? Manuel no está en casa
Marco: Oh, Martha, ¡Hola! ¿De verdad? Rayos, me urgía hablar con él, pensé que llegaba más temprano a casa
Martha: No, normalmente los viernes llega en la noche, pero si gustas puedes pasar y le llamo para ver a qué hora llega
Martha abrió la puerta y dejo pasar a Marco, él la ayudo a meter las bolsas de la compra y las dejo en la cocina, Martha era una mujer bastante atractiva y apesar de lo cansado que era ser ama de casa siempre se mantenía arreglada, su outfit favorito eran sus shorts a la cintura y su blusa negra de mangas largas que dejaba ver sus hombros, Marco miro su silueta con deseo, sabía que era incorrecto desear a la mujer de su amigo pero era inevitable. Martha saco su celular y le llamo a su marido, él le dijo que llegaría aproximadamente a las 7, eran las 4 así que a Martha se le ocurrió una idea
Martha: Pues mira Marco, él llega como en 3 horas, si gustas puedes esperarlo mientras preparo la cena y comemos todos juntos.
Marco: No quiero ser una molestia Martha
Martha: Jamás Marco, sabes que aquí eres bienvenido
Martha acaricio su brazo, ella se sentía muy tentada, Marco era un hombre alto, de tez oscura y con los brazos bastante marcados, era un hombre muy atractivo creo que él noto su intriga y noto su mirada de lujuria, cada vez era más difícil resistirse, ella olía a flores.
Marco: Martha... ¿Eres feliz?
Martha se sintió sorprendida por esa pregunta
Martha: Claro que lo soy, ¿Por qué lo preguntas?
Marco: Pues, ya sabes dicen que tengo un sexto sentido, puedo percibir cuando una mujer le hace falta algo
Martha: ¿Algo cómo qué?
Marco: Ya sabes, una buena cogida
Martha estaba bastante sorprendida por la insinuación de su invitado, su rostro cambio a una expresión de molestia y él lo noto de inmediato
Marco: Es sólo una broma
Se rió con nervios, Martha le soltó una cachetada y él se sorprendió, pero más le sorprendió que después del golpe ella se lanzó directo a su boca, Martha comenzó a lamer sus labios y a acariciar su torso, su torso bien formado era un deleite
Marco: Martha, ¿¡Qué haces!?
Martha: No voy a aceptar que me faltes al respeto, ahora vas a tener que compensar mi indignación
Los besos de Martha bajaron por el cuello de Marco y él tampoco se resistió, creo que era algo que ambos necesitaban, la ropa empezó a caer, primero una playera, después una blusa y un brassier, él vio sus pechos por primera vez y se dio cuenta que eran como las había imaginado tomo sus pezones y empezó a lamer la punta, también soplaba ligeramente también dejo una pequeñas mordidas, Martha sentía los escalofríos que le causaban sus labios, los gemidos empezaban a salir de sus labios, Martha no soporto más y lo tomo de la mano, lo llevo a su habitación, esa habitación que compartía con su esposo y lo tumbó en la cama, bajo sus pantalones y sus boxers, Marco estaba muy nervioso y sentía cierta culpa pero en cuando los labios de Martha se posicionaron en la punta de su miembro el mundo dejo de existir; la saliva combinada con el deseo de Martha se repetían una y otra vez, subían y bajaban dejando en él un escalofrío; ella arañaba sus piernas mientras seguía succionando su intimidad Marco ya no pudo más y en un grito ahogado se corrió en ella, esa imagen era sublime verla llena de deseo y de su semen que cubría su rostro
Marco: Eres maravillosa...
Lo dijo susurrando y aún jadeando
Martha: Aún no he terminado contigo
Ella bajo su short, Marco se sorprendió al darse cuenta que no tenía ropa interior, saco del cajón un preservativo y se lo lanzó para que se lo colocará, fue como una orden, Marco jamás se había dejado dominar por una mujer pero Martha era imparable e incluso algo intimidante y le encantaba sentirse así ante ella. En cuanto levanto la mirada vio a la bella dama contra la pared estimulandose ella misma su zona anal, con un poco de lubricante acariciaba en círculos y empezaba a introducir uno de sus dedos, los gemidos de Martha cada vez eran más grandes
Martha: Vamos Marco, hazlo por aquí, piensa que serás el primero, ¿Vas a perder está oportunidad?
Lo decía mientras metía una y otra vez, Marco se acercó lentamente con nervios
Martha: Rápido por favor... No me dejes asi, quiero sentirte dentro de mi, por favor
Marco obedeció, empezó a meter la punta de su miembro en su entrada se sentía tan apretado que no pudo evitar soltar un grito cuando sintió el escalofrío recorrer su espalda, lo hizo lento porque no quería lastimarla, poco a poco sintió como iba entrando, Martha gritaba en una mezcla entre dolor y placer indescriptible, cuando se sintieron listos las embestidas cambiaron de ritmo, casa vez eran más rápidas y más profundas, ambos gritaban y lo estaban disfrutando como jamás en la vida, se dejaron llevar por la lujuria y por el deseo, ella volteó para verlo a los ojos mientras gemía,
Martha: ¡Más rápido, más rápido!
Todo termino en un honesto y simple orgasmo, él sentir como se corrió dentro de ella fue la cereza de un encuentro perfecto, Marco salió de ella y ambos se dejaron caer entre jadeos
Marco: Wow... Creo que él malcogido era yo.
Martha se incorporo y se vistió de forma rápida, parecía que nada había pasado con ella, lo miro y le guiño el ojo.
Martha: Vamos Marco, ayudame con la cena.
Marco se dio cuenta que no era la primera vez que ella hacia eso, y probablemente no la última.