Fantasía: Lo que esperabas
Estás a mi merced, tu placer es mío y sabes que no puedes hacer nada, las manos atadas en el quicio de la puerta, las piernas atadas y separadas a los lados de la misma, luces en cruz en el vano entre la habitación y el pasillo. Tus bragas negras de encaje, esas que tanto me gustan y que luces con esa especie de corsé de las rosas.
Tus ojos están tapados por un antifaz, sientes mi aliento a tu lado, mi mano se cuela entre tus rizos, y mi lengua entre tus labios, segundos después el frío metal roza tu pubis, entiendes que es una tijera, cuando notas cómo tus bragas desaparecen de tu cuerpo, y tus labios quedan expuestos a mis dedos.
Juego con ellos, mientras mi lengua sigue entrando en tu boca, elevo tu excitación jugueteando con tu clítoris, poco a poco el calor va inundando tu cuerpo, sientes cómo se va acercando el momento, cómo estás a punto, parece que vas a explotar, y de repente.... la nada.
¿Qué ha pasado? te preguntas, - Serás cabrón - murmuras de manera casi imperceptible, al darte cuenta que te he dejado con las ganas a propósito.
Sientes un pequeño latigazo entre tus piernas, ahora es diferente, y otro, no es dolor, es un calambrazo repentino, ahora me sientes detrás.
La lengua entre tus nalgas y de repente, te sientes ligeramente invadida por detrás, una vibración inunda tu recto, y cuando estás a punto de protestar..... sientes cómo entro dentro de tí entre tus labios, ahora estás llena, una de mis manos juega con uno de tus pezones, la otra está en tu clítoris, vuelves a sentir cómo viene la ola, esta parece que va a ser mayor que la anterior, la estás sintiendo por todos lados al mismo tiempo y de repente explota, mis dedos procuran alargar tu placer, que ese único orgasmo tarde en acabarse, sientas que te flaquean las fuerzas de las piernas, te dejas colgar de las muñecas que siguen atadas en alto.
¿Y tú? - me preguntas.
De eso ya hablaremos más tarde....