Placer
Nisiquiera conocía su nombre, sólo sabía que verla me provocaba un extremo placer. Recordaba su piel morena, sus largas piernas y su cuerpo tan particular, la veía todos los viernes cuando iba a tomar una copa de vino después del trabajo, era algo que hacía para desestresarme y también con la intención de verla de reojo, ella tomaba una copa de vino rosa y siempre me extraño verla completamente sola, tal vez estaba igual que yo y sólo quería alejarse de la realidad. Una de esas tantas noches de viernes pagué mi copa; cuando el camarero me dio mi cambio me dio también una nota, al principio sólo pensé "Otro tipo que intenta ligarme, la verdad no me interesa", le sonreí y guarde mi cambio junto con la nota sin mirarla, justo antes de salir tuve la sensación de que esa nota tenía algo más importante, lo saque y me quedé sorprendida, era una marca de unos labios, unos labios que conocía bien, con un color rojo quemado que siempre quedaba marcado en la copa de vino rosado de cada viernes, sólo decía "te veo en la parte de arriba", por un segundo dude pero mi intriga era más grande que mi miedo; en este bar particular había una zona más privada en la parte de arriba. Sin pensarlo subí, casi corriendo, me sentí como una colegiala enamorada, cuando estaba en el último escalón la vi, en un vestido rojo entallado donde se notaba su bella figura. -Hola extraña- me susurro mientras me sonreía -Hola jajaja, ¿Te conozco?- le dije tratando fingir seguridad. -Te he estado viendo algunos fines de semana, la verdad es que era un poco raro ver a una mujer tan bella completamente sola- Me acerque a ella y me ofreció una copa de vino, acepte al momento porque mi corazón estaba latiendo a mil por hora -Pues lo mismo digo, siempre te veía sola en una esquina, al principio quería acercarme pero no sabía si estabas esperando a alguien- le di un trago a mi copa -Bueno, creo que podemos hacernos mutua compañía- me lo dijo mientras se acercaba cada vez más a mí -¿Quieres hacer una locura?- me lo dijo como un susurro, en ese momento me sentía en un sueño, sin dudarlo acaricie sus bellas piernas, esas piernas con las que había fantaseado varias noches -Claro que si- en cuanto lo dije se lanzo hacia mis labios, empezó a besarme se sentía como si lo hubiera deseado tanto como yo, sus labios eran suaves y con un sabor muy dulce, me sentí con la libertad de empezar a explorar su cuerpo, inicie acariciando su cuello y poco a poco baje hacia sus pechos, eran suaves y delicados, ella no dudo en hacer lo mismo, pero fue directamente a tocar mi trasero, mi sangre hervía y sentía como mi parte íntima se iba humedeciendo, sentí como empezaba a meter sus manos bajo mi falda -Wow, creo que tú no te andas con rodeos ¿Cierto?- Le dije mientras lamía su labio inferior -He estado fantaseado con esta piel por muchas noches- en cuanto me dijo eso bajo mi ropa interior y se puso de rodillas, empezó a lamer mi intimidad y a besarla suavemente, después empezó a jugar con mi clítoris yo me sentía en el cielo y aproveché para jalar su cabello para sentir su lengua más cerca de mi, nuestros gemidos eran como uno solo pero yo no quería ser la única sintiendo placer, levanté su rostro y la tire al suelo ahora era mi turno de disfrutar de ese néctar, empecé besando sus pechos por encima de la ropa y fui bajando poco a poco, empecé a lamer por encima de la ropa interior su vulva, estaba completamente húmeda y sentía como pedía a gritos que quería sentir mi lengua, hice a un lado su ropa y empecé a besarla, ya no podía aguantar más quería hacerla mía aproveche que estaba tan mojada para introducir un dedo dentro de ella, en cuanto lo sintió se estremeció y lanzo un gemido que me hizo erizarme, estábamos tan sumergidas en nuestro placer que habíamos olvidado donde estábamos, escuchamos los pasos de alguien subiendo por las escaleras, nos vestimos como pudimos y nos sentamos en la mesa, en cuanto paso eso, llegó otra pareja que no tenía ni idea que era lo que estaba pasando, ella y yo nos miramos con picardía y sólo nos reímos.