Nuestra reina cruel

**********nancd Hombre
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Nuestra reina cruel
¿Cómo explicar lo ocurrido esa tarde?

Para excusarlos se podría decir que transitaban por una edad muy miserable, muy injusta. Ganchos, niños alargados, gente mal dibujada. Era doloroso verlos. Y era casi imposible creer que la otra criatura tenía casi la misma edad. Con ésta la naturaleza había sido generosa. La tacañería de unos cuerpos contrastaba con la abundancia del otro. Un potencial problemático en la economía erótica.

La oyeron abrir la puerta, dejar caer la mochila y subir las escaleras. Ese anuncio fue suficiente para enrarecer la atmósfera. Era mejor o quizás peor de lo esperado. En su silencio se podía advertir que la situación los superaba. Tan solo su olor, tan solo el sonido ínfimo de sus labios al separarse, tenia un efecto desmedido en ellos, se los pegaba al vientre, los doblaba.

Ella se quitó los zapatos, se dejó el uniforme y se echó en el sofá de la sala con un bowl de cereal de chocolate sin leche. Su cabeza se hundía entre cabellos que a su vez se hundían entre cojines y pliegues del saco azul oscuro, multiplicando los pétalos, enmarcando ojos, boca, mejillas.
En segundo acto del indiferente espectáculo, se acostó boca abajo. Arreglándose la falda, pasándose la mano sobre la cola, enseñando sus muslos ahí dónde los prensaba el ajustado calzón bicicletero habitualmente escondido bajo la pesada jardinera de cuadros.

Los hizo crugir, palidecer

Habría que preguntarse si todo esto afectaba al boxer, que rondaba, que se llevaba caricias. O si esa electricidad era imperceptible para los demás seres. El joven perro los había recibido pasado de emoción, con un incomodo interés por las piernas y las entrepiernas de los invitados.

Con ese entorno hormonal era imposible realizar una tarea intelectual como era la que los convocaba. Aunque fuese un simple trabajo escolar. Un archivo de Word sin nombre ni una sola palabra. En la misma pantalla ella revisaba su "ICQ". Inclinándose sobre el teclado, trayendo su calor, su halo venusino de fertilidad, poniéndose a una distancia que los obligaba a contener la respiración para que no les sacase suspiros ridículos.

Sin embargo en todos sus gestos se translucía una crueldad. Una crueldad que radicaba en ignorarlos. Se les podía ver desaparecer. Si no existían para ella daba igual ser o no ser. Con descuido les regalaba visiones de volúmenes, carnes, intersecciones, geografías secretas.
No se puede decir que ella lo supiese. Puede que no fuese consciente de sus poderes, sería absurdo reclamarle nada. Pero ellos no lo sabían. Participaban en un teatro muy antiguo. Para ellos la cruel era su reina. Era ella la que les metía el brazo por la boca para desordenarles las entrañas, quitándole el sabor al resto del mundo.

Algo los sacó de ese marasmo contemplativo. Tal vez el perro. Alguno tuvo una idea para resolver las tensiones sin plañideras, salvando el humor y poniéndose a la altura de la crueldad reinante esa tarde. Conspiraron contra uno de los suyos. Actuaron rápido, con vehemencia desesperada. Tumbaron a la víctima frente a la reina y dos le anclaron por las muñecas de rodillas sobre la alfombra. El perro no tenía alternativa a cumplir con su papel. Lo montó razguñándole las costillas, cerrando un candado definitivo con sus patas alrededor de su cintura. Entre las carcajadas a uno con esperanzas más perversas se le ocurrió bajarle la pantaloneta. De la risa incómoda,
propia del que entiende la broma, pasó al llanto a la súplica. Y todo duro más que las carcajadas de los perversos. El sacrificado tuvo que quedarse mirando formas en los sócalos, en el piso del corredor. Cuando nadie reía había solemnidad, compromiso sádico con la canallada. El perro se alivió, pero del prepucio se le salió una cosa monstruosa, hinchada y rosa, arruinando con un líquido inmundo la camisa del Manchester United.
Agotado el perro se echó con la lengua afuera.

Como una noticia de que existían vieron,
el sacrificado y los canallas, su cara roja y sus lágrimas de risa.
Siempre me pones los pelos de punta ... Me encanta leer cosas fuera de los estándares emocionales que muchos colgamos aquí... Me incluyo.
Eres valiente @**********nancd . Gracias
****983 Hombre
29 Publicación
Realmente talentoso, interesante, oscuro, sugerente, inquietante, verosímil y casi me atrevería a decir que verídico.
Felicidades, la estrella brilla cada vez más!
Qué bueno!!
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