CARNAVAL
Por fin es el día. Recibí una extraña invitación en el mail, pero era de la app que frecuento así que lo leí con ganas de probar cosas nuevas.
Mi perfil había sido seleccionado para acudir a una fiesta de carnaval en una casa grande en mi misma ciudad. El único requisito, llevar una máscara, el resto del dresscode era libre.
Me puse mi corsé negro con una minifalda negra y uno de mis antifaces de colección, uno con forma de gata que compré en uno de mis últimos viajes a Venecia.
Llego a la puerta con un taxi sin saber qué encontraré allí. Me abre un mayordomo con una máscara blanca que me pide ver el código QR de mi invitación con una sonrisa, lo pasa por otra especie de móvil y me da la bienvenida.
Me está dando algunas indicaciones creo, pero yo ya estoy demasiado emocionada mirando todo como para prestarle atención.
Entro en una sala que parece el comedor, hay algún grupo de gente hablando, otros en el sofá ya han empezado a explorar posibilidades y voy hacia lo que parece la barra.
Aparece un camarero sin camiseta pero con corbata y por supuesto una sencilla máscara blanca. Pido mi bebida favorita y cuando saco mi entrada para que la marque me dice que invita la casa. Le doy las gracias observando su bonita sonrisa e imaginando cómo será sin la máscara.
Me giro y voy hacia lo que parece una especie de pista de baile con dj y todo con una máscara blanca también.
Empiezo a bailar con los ojos cerrados, sintiendo los colores que salen de esa música y bebiendo despacio.
Me empujan y casi pierdo el equilibrio, me giro enfadada y veo a un hombre con la camisa abierta y una máscara de diablo. Me pide disculpas mientras me tiene agarrada del brazo, gracias a eso no he caído, pero mi bebida sí lo ha hecho... empieza bien la noche.
• Lo siento mucho ¿Estás bien?
• Sí- le digo- aunque mi copa no tanto.
• Venga vamos- veo que tira de él una chica alta con un antifaz negro sencillo pero muy sensual. Parece molesta. Él se gira un momento y le dice algo. Ella me mira mal y se marcha a sentarse a un sofá sin dejar de mirarnos.
• Déjame reponer tu bebida.
• Claro- ke digo. Es lo más justo... y tiene una bonita voz que me hipnotiza. Le sigo hasta la barra y se me acerca el camarero de antes.
• No bebas tan rápido gatita, puede sentarte mal- sonrío y me sonrojo. Entonces mi demonio se pone delante de mí y le dice que me ponga otra copia recuerda lo que era. Se queda acobardado y lo hace.
El demonio me mira y me sonríe.
• ¿Ligando con el camarero?- me pregunta con esa voz. Yo no sé qué decir, entonces se acerca un poco más a mí- Has elegido una máscara perfecta. Una gata con ojos de gata.
Me río aunque es más de lo que siempre oigo pero en du voz, suena diferente.
Me traen la copa y bebo un sorbo cerrando los ojos. Cuando los abro creo que está más cerca de mí ¿me estará pidiendo permiso? Cuando su lengua recorre mis labios me doy cuenta de que solo me observaba atento para entrar en acción.
Mi boca se entreabre y atrapo su lengua con la mía. Muerdo sus labios excitada y acerco mi cuerpo al suyo.
Dejo la bebida rn la barra y me siento rn un taburete alto. Lo cojo con mis piernas para que no se vaya y empieza a recorrer mis piernas con esas manos duras, trabajadoras. Tiene una espalda ancha, me encanta.
• ¿Vamos?- dice jadeando.
Le doy la mano y me dejo llevar por él.
Me lleva a una habitación inmensa .
• ¿Y tu chica?- digo a riesgo de cagarla. Se ríe, me tira sobre la cama y mi corazón y mi coño laten a un único compás
• Mi chica ahora mismo eres tú.
Mis jadeos se unen a mi excitación y quiero que me penetre ya.
Pero antes quiero sentir su polla en mi boca, y como si lo hubiera adivinado es lo que hacer.
Madre mía, está deliciosa, su forma, tamaño, rugosidad, sabor, hasta lamerla entera, entrando y saliendo de mi boca. Me encanta oír tus ruidos, ese sigue por favor, me voy a correr. En vez de separarme decido probarlo y lo trago entero. Está delicioso. Se tumba unos segundos junto a mí y se gira abriendo un cajón. Saca unos pañuelos que parecen de seda y me los enseña. Afirmó con la cabeza aunque nunca antes me han atado.
Baja con su lengua por mi cuerpo entreteniéndose, se detiene en mi campo de venus y encuentra mi clítoris a la primera.
No puedo coger su cabeza, ni apenas moverme, me refuerzo de placer con cada absorción, cada lametón. Sus dedos entran dentro de mí, estoy tan lubricada que imagino su sonrisa ahí debajo. Me da la vuelta y mis manos se entrecruzan, estimula también mi ano. Me pregunto por dónde empezará. Se avecina una noche de puro sexo, justo lo que necesitaba y gimo de imaginarlo.
Me da la vuelta de nuevo entrelazando de nuevo mis manos, intento levantar un poco la cabeza para ver qué hace.
• Túmbate y disfruta- me dice- no pasará nada que tú no quieras.
¿Hay algo que no quiera que suceda? Me pregunto...
Está sobre mi y noto su polla entrando en mi, se me escapa un pequeño grito de asombro y de placer.
Oigo abrirse la puerta, es el camarero, trae un carrito con una botella de vino metida en un cubo con hielo.
Mientras Satanás me folla con ganas y mi cuerpo reacciona a cada estímulo, veo por el rabillo del ojo cómo el camarero rellena 3 copas de cava y empieza a desnudarse, se acerca con una de ellas a mí. Tengo la boca seca, bebe y pone sus labios en los míos pasándome el cava.
El placer es infinito y entonces él se sienta sobre mí dejando su pene aún flácido a merced de mi boca.
Esto no ha hecho más que empezar...