Tu lengua
Tenías tus ojos clavados en los míos, me mirabas intensamente mientras con tu lengua recorrías mi miembro de abajo a arriba, por debajo, hacia la punta. Me la habías puesto bien dura, estaba lista para montar, aún así te la volviste a comer entera, aún no habías saciado tus ganas de comer, de tragar hasta el fondo, de lamer entera, jugando con tu lengua en mi glande.
Tu lengua saboreaba cada centímetro de mi miembro, mientras me seguías mirando fijamente, salvo cuando hundías tu cabeza para tragarla hasta la arcada.
Mientrastanto, tus manos sopesaban también mis huevos y tu boca seguía ensalivando copiosamente mi polla.
Entonces me miraste nuevamente, tus ojos brillaron de lujuria, miraste a tu mujer y mientras ella se acercaba dirigiste mi miembro aún en tu mano, a la entrada de la cueva de tu esposa, para que ella se subiera y disfrutara, abandonando mi mano, para sentirse llena del todo.