El resultado (continuación prueba 2019)
Por otra parte, y dada la brevedad de la sesión, son muchas las cosas que me hubiese gustado poner en práctica con usted y no pude: la principal, sodomizarla; pero también me hubiese gustado dedicar más tiempo a lamerle el coño y masturbarla como es debido. Sus agujeros - el del coño y el del culo - son perfectos en ese sentido. En definitiva: está usted seleccionada.
En cuanto a las condiciones del contrato, aunque todavía está en elaboración (se le remitirá en unos días) quisiera adelantarle ya las condiciones generales.
La principal es que deseo que usted acepte un contrato de dominio y sumisión erótica mutua, de carácter gratuito, abierto, indefinido y libremente revocable. A continuación, le comento brevemente el significado de cada uno de estos elementos.
Lo primero: no le ofrezco un simple contrato de sumisión, sino de dominio y sumisión erótica mutua. No deseo que sea mi sumisa. Lo que deseo es que acepte ser mi compañera en juegos eróticos de intercambio de poder, y que, en su virtud, se obligue a servirme como sumisa, pero asuma también el derecho (nunca una obligación) a someterme usted a mí. El juego estará abierto en este sentido: nada le impedirá no hacer uso de la cláusula que le permite someterme y humillarme, pero deseo que acepte tener ese derecho (aunque lo ejerza pocas veces o no llegue a ejercerlo nunca).
El contenido de los juegos será libremente fijado por la parte dominante en cada caso, debiendo ser aceptado sin rechistar por la parte sumisa, sin otros límites que los marcados por esta última, que tendrá en todo caso derecho de veto, conforme a las reglas comúnmente admitidas en el BDSM.
En segundo lugar, el contrato será gratuito. Los gastos que ocasionen nuestros encuentros correrán por mi cuenta. No obstante, la parte que ejerza el rol dominante en cada encuentro asumirá la obligación de invitar a la otra parte a comer o cenar, si hubiere ocasión para ello. La confiscación de prendas íntimas, así como el desgarramiento de ropas con ocasión de los juegos, exigirá la previa indemnización de su valor, libremente fijado por la parte afectada. No obstante lo anterior, podrá pactarse el pago de un precio por los servicios sexuales prestados en el marco de un juego de rol de prostitución. Las cantidades abonadas en este concepto no serán reembolsables.
En tercer lugar, el contrato será abierto, en distintos sentidos: no implicará en ningún caso exclusividad en las relaciones eróticas, s contenido podrá modificarse libremente a lo largo del tiempo y podrá incluir, si así se pacta expresamente caso por caso, la obligación de participar en el juego con terceras personas de ambos sexos.
El contrato será indefinido y libremente revocable: durará lo que cualquiera de los dos desee, y cualquiera de los dos podrá extinguirlo de forma unilateral, sin necesidad de invocar ninguna causa justificativa y sin derecho a reclamación alguna por la otra parte.
Nada más, por el momento. Créame si le digo que lo único que lamento es estar tan lejos de usted. De vivir separados por una menor distancia física, estoy convencido de que usaría sus servicios sexuales por mucha frecuencia. Por desgracia, y como sabe, podremos vernos poco. Pero, en todo caso, podremos vernos alguna que otra vez. Y eso es más que nada.
Quedo a la espera de sus noticias. Permítame que, a modo de despedida, le exprese mi deseo de lamerle lentamente el agujero del culo, Ana.
Un beso en sus cuatro labios,
F.