El club
Me puse mi liguero negro nuevo con mis nuevas medias de rejilla, una minifalda oscura y mi nuevo corsé. Un abrigo negro largo que cubría todo terminaba mi outfit. Salí hacia donde había quedado contigo. Íbamos juntos a un club por primera vez, habíamos ido x separado varias veces, pero nunca como pareja, siendo amigos verticales.
Nada más verme intentaste abrir mi abrigo pero no te dejé. Me besaste y noté como empezaba a lubricar, así que con esfuerzo te retiré.
Llegamos y nada más entrar me quité el abrigo de espaldas a ti y cuando me giré vi la lascivia en tus ojos, devorándome de arriba a abajo.
Llegamos a la pista de baile y metiste la mano por debajo de mi falda para comprobar que no llevaba bragas.
Puse mi mano en tu polla y noté que había ido cogiendo vida propia.
Empezaste a besarme, a morder mi cuello mientras 3 de tus dedos entraban y salían de mi vagina y yo me frotaba contra ti sin importar nada más.
Alguien tocó tu hombro y lo miré, era un chico guapo y le sonreí, me miraste con deseo y lo miraste. Retiraste su mano y me cogiste de la cintura hacia ti.
• ¿No te apetece compartir? Es guapo- te comenté.
• Te deseo entera para mí, luego ya veremos, pero la primera vez juntos aquí necesito follarte solo.
Pasamos a otra zona con unas camas grandes, de hecho cabían varias parejas. Prácticamente me tiraste sobre ella y bajaste entre mis piernas; me encantaba tu manera de chuparme, tenías mi clítoris bien localizado y tu lengua me hacía estremecer de placer en segundos.
La minifalda ya estaba en mi cintura y mis pechos sobresalían del corsé. Empezaste a besar mis pezones hasta dejarlos erectos.
Quería comerte la polla, la necesitaba en mi boca pero vi cómo te ponías un condón y entrabas dentro de mí. Encogí los músculos de mi vagina para sentirte más pegado a mí. Mis piernas te envolvieron para poder moverme con soltura desde abajo.
Estaba tan mojada que tu polla resbalaba fuera de mí . Me puse sobre tí y una vez acompasados nuestros movimientos me sentí en el más puro infierno con el mejor ángel caído dentro de mí . En cuanto vi tu cara supe que ibas a correrte y empecé a besarte por todas partes donde llegaban mis labios.
Terminaste con un "no pares" y sentí cómo eyaculabas en el condón y mi cuerpo temblaba de placer al notarlo.
El chico de antes estaba mirándonos desde un sofá. Me preguntaste si quería seguir con él y te dije que sí.
Me giré y fui con la falda levantada, el coño al aire y mis pechos apuntándole. Me acerqué y le cogí del cuello por detrás
"¿Vienes?" Le dije al oído, me siguió sin más.
Tú nos mirabas serio mientras él me acariciaba, demasiado tierno para mí que necesitaba seguir el ritmo que llevaba en el cuerpo.
Me agaché para desabrochar sus pantalones y sacar su miembro flácido. Primero lo acaricié mientras lo miraba a los ojos y cuando me agaché para meterla en mi boca te miré a ti como si fuera tu polla la que me iba a comer, a lamer, a follarme.
Cuando ya me estaba follando te pusiste detrás de él para que llegara a comerte la polla mientras seguía cabalgando.
El chico no dijo nada y yo estaba en las puertas del paraíso, o eso parecía porque el chico ya no aguantaba más y yo seguía necesitando más.
Me diste la vuelta con facilidad y me pusiste a cuatro patas lamiendo mi culo para lubricarlo, primero metiste un dedo dentro y enseguida sentí el cambio a tu polla, yo me movía como podía y tú me diste algún azote como me gustaba y me excitaba y llegó un nuevo orgasmo, el más intenso de la noche.
Me di la vuelta y me aferré a ti abrazada mientras seguía corriéndome. Qué delicia. A veces no quería compartirte y otras veces no querías compartirme tú.
No éramos nada pero cuando follábamos nos volvíamos todo.
A veces aún recuerdo esa primera vez y me gusta masturbarme mientras lo hago, como estar allí de nuevo.