TORTURA
TORTURATortura es leerte, oírte y no poder verte, un profundo e incesante deseo de tocarte y no poder hacerlo. Tortura es imaginarme delante de ti sin poder aproximarme, sin posar mis manos en tu cuerpo, sin poder besarte, sin lamerte, sin poder penetrar tu cuerpo con el mío. Tortura es estar a tu lado y no sentir tu calor, no percibir tu olor. Tortura es no poder acostarme junto a ti, con ternura, abrazarte, pegar mi pecho a tu espalda, juntar mis piernas con las tuyas, abrazarte, y posar mis labios en tu nuca. La tortura de no poder amasar tus pechos, no poder pellizcar suavemente tus pezones, escuchar tus cálidos gemidos d cada ve que lo hago, deseando que en cualquier momento mis manos desciendan por tu cuerpo buscando la cálidez y la humedad que me brinda tu sexo, y explorarlo, deleitarme con él, sentir cómo posas tu mano sobre la mía, acompañándola. Escuchar como me dices “sigue, más, no pares” con una mezcla de pasión y lujuria, hasta sumirte en un profundo, delicioso e intenso orgasmo, deseado, por ti, por mi, por los dos, y esa sonrisa final en tu cara, que es mi recompensa, junto con ese beso final, que me llena y hace que me rinda a tus pies de nuevo, para volver a empezar, otra vez.
Deliciosa tortura que estoy dispuesto a sufrir todas las veces que sean necesarias, siempre que quieras, la tortura que hace que mi deseo por ti sea cada día más fuerte, más grande, más deseo.