Decirte: (o de cómo escribir de un tirón)

Que no hay un solo minuto que no estés conmigo.
Que me asomo a tu interior y me admira lo que veo.
Que me tienes loca de esa manera loca.
Que no hay números ni condiciones.
Que, aunque puedo vivir sin ti, ahora no quiero.
Que me haces feliz con tus disparos de letras con su verbo.
Que te deseo así, con tu hambre y tu cristal de bohemia.
Que no recuerdo a un solo hombre en el que querer poder verterme.
Que me asombro al recordarme los años bisiestos.
Que me haces escribir estas cosas tópicas y típicas, que sé que no te gustan, ni a mí.
Y que tengo que nombrar tu polla y tus manos en mi coño para poder dejarlo publicado aquí.
Y que mañana iré a confesarte todos mis pecados.