MARGARITAS
Cuál amante deshojando su destino en solitario con una simple flor de margarita entre sus dedos me decía a mi mismo:SI, me rindo de nuevo a mis impulsos.
NO caigo en la tentación porque me duele el alma después.
SI, me vuelvo loco envuelto en su laberinto de locura.
NO y restablezco mi estabilidad.
SI, quiero más.
NO, paremos aquí.
Si, No, tal vez... Quién sabe? Pero por favor deshojemos juntos el destino.