TÚ
Entré por la puerta del restaurante y allí estabas. Te vislumbré entre el jolgorio de gente y camareros atendiendo mesas, no necesité preguntar si esa era mi mesa, porque lo era, eras tú, quién estaba sentada era la mujer a la que tanto he esperado y deseado estos últimos días. Me recibiste con dos besos y un abrazo, un abrazo esperado y deseado, dándome un calor que necesitaba sentir y me regocijé en él. Ya habíamos dado el primer paso y a partir de ese momento ya todo serían satisfacciones, risas, y por qué no, pasión, dulzura, caricias, besos, y sexo, sexo sin límites y sin freno, sin nadie que nos pudiera parar, sin nadie que nos pudiera molestar, coartar…Ya te he conocido, y soy tuyo, la verdad es que ya lo era antes de conocerte, antes de saber cómo besabas, como olías, a qué sabias, antes de poseer tu cuerpo, de qué tú tomarás posesión del mío.
Ahora todo es diferente, ahora lo veo claro, ahora quiero follarte, hasta que no pueda más, hasta que me digas que pare, hasta quedarme seco.