SENTIDOS

Tengo todos mis sentidos puestos en ti. El gusto, para lamerte y embriagarme con tu sabor. La vista, para verte, escudriñar tus curvas y deleitarme en ellas. El olfato, para que cada vez que me acerque a ti, sienta tu perfume invadiéndome. El gusto, para maravillarme con el sabor de tu piel cada vez que mis labios te besen y mi lengua te recorra, y mi oído, para escuchar tus gemidos, para oírte reclamarme cada vez que creas que me estoy separando de ti.
Y uno que no es sentido, mi alma, de la que dispones cada vez que te veo, porque desea ser encerrada por ti en la más profunda de las mazmorras de tu cuerpo, de la que no querrá salir jamás.
Esos son los sentidos de los que dispongo, y de los que dispondrás tú en el preciso instante en que mis ojos te vislumbren.