PILLADOS
PILLADOSNo olvidaré aquella mirada cómplice cuando él accedió a formar parte de nuestros juegos.
Tan impredecible por el lugar, como espontánea la sesión en aquellos baños de biblioteca, todo fluyó rápidamente.
La estrechez del baño fomentó la cercanía de nuestros cuerpos al desnudarme uno de cada lado, mientras mis manos bajaban sus pantalones dejando al descubierto sus sexos duros y erectos x la situación.
Caricias ávidas de sexo, besos penetrantes y húmedos, sudor y a la vez nos tapábamos por turno las bocas alternando boca con sexo, boca con boca
Todo xa evitar emitir demasiado ruido de jadeos o gemidos al exterior.
Bruscamente a la voz de "salir de ahí inmediatamente" procedente del guarda de seguridad paralizó el momento inesperadamente.