OCURRE
A veces, que me pido letras y no alcanzan. Ocurre que me descubro componiendo incapaz pobres pintarrajos ,berridos proferidos encarando a una Luna golfa, promíscua y displicente como sólo saben los que se saben lejos.
Ocurre que
el bolígrafo me desprecia, que la libreta reprocha dolida mi abandono y las Musas, divertidas, me señalan, ríen y cuchichean jugando a no contar por qué se mueve el suelo cuando pienso. Por qué aún con las tripas en parhiluelas , la memoria de las horas cortas me quema en la boca, en mis dedos, en el pecho, en mi espíritu, mi voluntad, en el vientre y en la polla.
Y ocurre que les grito mi rabia y mi desespero a esas putas desalmadas, esas trileras de la emoción, esas Musas que me dan la espalda y callan sin querer decirme cómo se llama perder juicio y sosiego con los recuerdos de desnudez entrelazada, de borracheras de ganas y sábanas arrugadas , de miradas encendidas y palabras arrebatadas , de los latidos acompasándose en el desborde, de follarse la mesura, el pudor emputecido, la mala sombra, el daño y la desesperanza.
Ocurre que es entonces , cuando rencoroso del desdén me hago trampas decidiendo sin poder que no necesito la piedad de esas fulanas que me niegan ,
que apelo a la conmiseración de quienes leéis desde la perspectiva pura de no saberme y la distancia, cojo el lápiz, esbozo un garabato torpe que me ronda la cabeza para que pongáis vosotros la letras que me faltan.