Mery 1° parte
Suena mi móvil una vez más, no para de sonar durante todo el día e incluso la noche, son notificaciones de grupos de telegram, kik, y varias aplicaciones más, eran las diez de la noche y pensé que ya los miraría una vez metida en la bañera, suelo tener varios sonidos a cual más variopinto, según la aplicación, grupo, o mensajes privados, el que acaba de sonar es uno de los tantos grupos que se van acumulando sin apenas darte cuenta, soy una persona muy social que le vamos hacer…Por fin están los niños en la cama, el niño grande se ha dormido en el sofá, mucho lío en el trabajo, le despierto y le digo que se vaya a la nuestra, este es mi momento, hoy toca un baño de sales aromáticas para quitarme de encima tres kilos de estrés acumulados durante el día, preparo el baño, pongo mis velas, mi música, me recojo la melena en un intento de moño y me meto en el agua, ufff que gozada! el agua calentita cubre mi cuerpo en tensión, y poco a poco logra relajarse, cojo el móvil y empiezo a mirar los no sé ni cuántos mensajes recibidos, casi que vuelvo a estresarme de nuevo, tengo que ir aligerando la putiagenda…
El agua ya se está enfriando, retiro el tapón, me doy un agua en modo ducha y salgo de la bañera, me seco y hoy decido embadurnar mi cuerpo en aceite corporal de canela y naranja, me pongo una camiseta vieja para dormir y vuelve a sonar el móvil, esta vez es Mery, nos invita a su casa mañana por la tarde, Mery es una chica que nunca ha hecho un trío y que nunca ha estado con una mujer, pero está deseando hacerlo, aún así, siempre nos pide paciencia
Nosotros, ya tenemos nuestros pinitos hechos, lo de expertos aún nos queda grande, eso sí, sabemos lo que es ser “novat@” y nunca tenemos prisa, decido no contestarle hasta que hable con Sergio, entro en la cama y éste, medio dormido, murmura que huelo a bizcochito recién hecho, sonrío y le cuento lo de Mery, accede de buena gana, ya la conocimos en persona y la chispa saltó por ambas partes, ella está impaciente por saber la respuesta así que le contesto, dice estar contenta, nerviosa, caliente, con muchas ganas y a la vez con algo de miedo… intento tranquilizarla y de vez en cuando suelto alguna de mis bromas, pasado un tiempo nos despedimos deseandonos buenas noches
Me pongo en posición cucharita, dispuesta a dormir, él me rodea con sus brazos pero parece que mi culo pegado a su sexo le despierta y antes de apenas darme cuenta noto como mi entrepierna está perfectamente lubricada cosa que el comprueba segundos después sumergiendo su mano en mis fluidos, doy la bienvenida al calor corporal y adelanto una pierna para facilitarle la tarea a esa mano que ya forma parte de mi, mis labios mayores rodean sus dedos y los menores le piden clemencia, mi clítoris ya hinchado y tan duro como mis pezones demanda más, mucho más, sus dedos, largos y gruesos se abren camino y entran dentro de mi mientras el pulgar sigue cumpliendo las expectativas de mi exigente clítoris…
Mis dientes muerden la almohada, mi respiración se acelera, sus dedos encuentran ese lugar creado para el más profundo éxtasis, “alguien” grita retirada por qué poco a poco salen de mi, me siento vacía, intento agarrar su mano para que no desaparezca, esfuerzo inútil, pero esa sensación de vacío es sustituida por otra más agradable, el hasta ahora ignorado lugar en el juego, es masajeado con mi propia humedad, lo rodea, estimula y avanza hacia dentro sin mucho esfuerzo, una vez introducido, lo mueve en forma de círculos, sale, vuelve a entrar, sale, vuelve a entrar, círculos… oigo su voz grave que me pide que abra la boca, lo hago y la llena con algo frío y metálico, lo reconozco, es mi plug anal, una vez listo lo retira de mi boca y sustituye su dedo por el plug, con la puerta de atrás medio abierta y el juguetito lubricado por mi saliva entra y se adapta a mi como un guante, Sergio termina de darme la vuelta dejándome boca abajo por completo, eleva mi culo y tras acariciar, mi sexo con su miembro, entra lentamente, tan lentamente que me desespero y soy yo quien con un empujón hacia el logro que entre hasta el fondo, no le veo, pero sé perfectamente que tiene una sonrisa en su cara
Estoy cachonda, caliente a más no poder y la impaciencia se apodera de mi voluntad como un espíritu poseyendo un cuerpo, sus manos agarradas a mi cintura me indican que siga moviéndome, no lo dudo ni por un instante y mis caderas se mueven sin piedad, hago que él entre en mí hasta lo más profundo de la cueva repetidas veces, ahora prefiero moverme en círculos, y ¡zas! De nuevo la hago entrar de una sola estocada, él de vez en cuando juega a mover el plug a sacarlo, meterlo, hacerlo girar… mis dientes dejan de morder la almohada para morder mi dedo pulgar, una corriente está naciendo de mi interior, y sé que se convertirá en una buena cascada, cubre con su cuerpo mi espalda, siento su aliento en mi cuello, me anima con un: ya lo tienes nena, ya llega, déjate llevar…
Y es exactamente lo que hago, una especie de alarido se escapa de mi boca, noto correr un liquido sobre mis muslos, sobre las sábanas, mis piernas parecen gelatina, Sergio me pide que aguante un poco más, me pide que vuelva a llegar al clímax esta vez juntos, no se si podré, respondo… si, podrás, rápidamente noto una nueva oleada de sensaciones, aguanta un poco nena, aguanta… intento contenerme todo lo que puedo, no lo consigo por mucho tiempo pero el suficiente para corrernos en conjunto, vuelve a brotar ese líquido del placer a la par que noto como se corre dentro de mí, ¡dioses! ¿Puede existir algo tan exquisito y brutal como correrse así? Si, efectivamente, correrse dos veces
Conociéndome, tengo puesto en el colchón un protector “plastificado” que no deja pasar ningún líquido, por lo tanto, solo tenemos que cambiar las sabanas sucias por unas limpias, nos aseámos y ahora sí, caemos en un profundo sueño.
A la mañana siguiente… toc toc, ¿mama? Toc toc, maamiii, ¿mama? Toc toc, mamiii
Em dime hijo, logro balbucear medio dormida, abre la puerta y me dice con cara de sorpresa: mami, mami, ¿anoche te hiciste pipi en la cama?
¿Cómo? No cariño ¿por qué dices eso?
- Sergio: ¡Mierda! Se acerca a mi oído y dice en voz baja: anoche olvidé llevar las sábanas a la lavadora, y me las dejé en pleno pasillo
Tras un rato tratando de convencer al niño de que se nos cayó un vaso de agua, sale de la habitación cantando y despertando a todo ser viviente… mami se ha hecho pipi en la cama, papi se ha hecho pipi en la cama
Grrr ¡niños!