Primera vez en la app
Conocí por casualidad una app de sexo liberal, no llevaba mucho tiempo separada cuando decidí entrar a ver a qué se referían. No solo había una parte de mensajes que se llenaba con más de 100 mensajes diarios, también había una parte de foro con diferentes temas y en los que descubrí a gente hablando de sexo sin tabúes, me encantó y enseguida empecé a hablar con nun chico de los fotos muy interesante. Tardamos poco en quedar, su físico no era en absoluto el típico al que estaba acostumbrada, pero ni que yo fuera un ángel de Victoria Secret. Quedamos para ir a tomar algo pero cerca de su casa todo estaba ya cerrado por lo que me invitó a tomar algo en su casa y acepté. La conversación fluía, nos tomamos unas cervezas en el sofá mientras hablábamos sobre la app y las relaciones liberales. De repente se acercó un poco más a mí, llevaba 18 años sin besar a alguien que no fuera mi marido, no sabía cómo reaccionaría mi cuerpo, él era dulce y cariñoso y se mostró respetuoso en todo momento. Cuando quise darme cuenta la ropa estaba desperdigadas por el piso y él y yo en la cama. Nos besamos y acariciamos desnudos durante un rato, me sentía bien con él, pero su penevesraba nervioso y decidí bajar a prestarle ayuda a gatas hasta abajo. Introduje su pene flácida en mi boca, mi lengua empezó a darle un masaje continuo ayudada por mis manos. Miré hacia arriba y lo vi mirándome, con cara de deseo. Su polla empezó a crecer dentro de mi boca, me cencanta esa sensación, esa maravilla que permite que doble su tamaño, que endurezca y que la respiración y los jadeos de la persona te demuestren que le gusta. No tardó mucho en decirme aparta Mónica me voy a correr, pero no me aparté, aumenté la intensidad y dejé que se corriera en mi boca, cara y pechos. Él gritó que había sido la mejor mamada de su vida. Me pareció un poco exagerado pero no dije nada. Me dijo que ese día ya no podría correrse más ¿sería la edad? ¿La diferencia al mundo de antes. Después de limpiarnos un poco, nos tomamos otro par de cervezas y me llevó a casa de vuelta. Yo no me había corrido pero aún estaba cachonda, así qie cogí mi succionador de clítoris favorito y me imaginé que seguíamos follando hasta correrme. Ahora sí había llegado al orgasmo y disfrutado por el camino. No fue una sesión de sexo de las de recordar, pero para ser la primera tampoco podía quejarme, abrí la app y uno de los mensajes al azar. Diego75, en las fotos se veía que trabajaba su cuerpo y empecé a chatear con él