Un sábado noche
Abrí los ojos y no reconocí dónde estaba, miré a un lado y a otro y con la luz que entraba por una ventana vi mi móvil tirado por la cama, miré la hora, las 3 de la mañana. Miré la silueta que dormía a mi lado profundamente y empezaron a venir a mi mente pequeños fragmentos de la noche anterior. Un cruce de miradas, una caída de ojos y los suyos siguiendo mi trasero hasta la barra. Cuando me giré, sus ojos color café estaban a mi lado, mirándome. Intenté recordar su nombre... Pedro, Pablo... empezaba por P, creía. Me tumbé de lado a mirarlo mientras dormía, estábamos desnudos y no quise acercarme para no despertarlo. Así que lo observé intentando recordar algo más.
Hablamos un rato, me pareció un hombre interesante, mi mente, como siempre, analizaba varias cosas a la vez, su manera de hablar y gesticular, su forma de mirarme a los ojos mientras hablaba.
De repente no estábamos dentro, habíamos salido y llovía, yo bailaba y chapoteaba mientras él fumaba y me miraba con una sonrisa de deseo en los labios.
Cuando terminó de fumar me cogió de la mano y me giró hasta dejarme delante de él. Me cogió con fuerza de la cintura y empezó a besarme de manera un poco tosca al principio, más relajado y suave enseguida, siguiendo el ritmo juguetón de mi lengua.
• Estás empapada- me dijo.
• Y eso que no me has tocado el coño- le respondí. Mierda ¿lo he he dicho en voz alta? Lo miré y vi que me miraba ojiplático y se echaba a reír.
• Mmmm, creo que será mejor que entre a que me den un número de teléfono de taxis. Ya he bebido demasiado por hoy.
• Yo puedo llevarte- me dijo.
Entré a por mi chaqueta y él a x la suya. Me llevó hasta su coche, yo sentía la mirada un poco perdida, el mareo en mi forma de caminar, mis tacones no ayudaban en la tarea. Necesitaba concentrarme para no caerme, así que a él ni lo miraba. Me abrió la puerta y me ayudó a entrar, se inclinó sobre mí y me excité, pero solo iba a ponerme el cinturón de seguridad.
• ¿Eres tan responsable para todo?- Le dije con mi voz de beoda y una risita que no podía evitar pero sin sentido. Se quedó con la cara cerca de la mía.
• Si lo fuera, no te estaría llevando en mi coche tal y como vas.
Salió de mi campo de visión para llegar al asiento del conductor y me dormí. Recuerdo unos brazos fuertes cogerme del asiento y llevarme hasta dejarme en una cama tumbada, yo seguía con los ojos cerrados. Sentí cómo me quitaban la ropa mojada y tirité al sentirme desnuda. Mis pezones se dispararon y empecé a temblar, pronto me tapó una colcha suave y calentita, mis ojos seguían cerrados y mi mente viajaba entre lo onírico y lo real. Noté un cuerpo calentito junto a mí y me arrebujé contra él para acoger su calor en mi cuerpo helado. Algo cerca de mi culo tenía vida propia y se elevaba mientras movía mi trasero acomodándose mejor a todos sus rincones, estaba tan tranquila y sosegada. Mi mente quería hablar, hacer algún comentario, pero mi lengua no estaba x esa labor...
Soñé que mi brazo iba en busca de su polla y la notaba dura y caliente, yo me giraba para besarle y pronto bajaba entre las sábanas para poder dar ese beso de agradecimiento, por esa bienvenida a mi cuerpo desnudo. Mi lengua salió juguetona de mi boca, mis ojos seguían sin despertar mientras lamía y chupaba como si no existiera nada más en la tierra, de repente oí sus gemidos y sonreí. Acababa de doblar su tamaño y yo subí hacia arriba sin dejar de mirar esos ojos hipnotizadores. Cuando quise darme cuenta lo cabalgagaba , nuestros pubis resonando por los golpes de arriba y abajo, cambié mi ritmo y empecé a ir hacia delante y detrás. Le miré a la cara y vi que era una mezcla de dolor y placer, mi cara debía ser parecida xq estaba igual de cachonda que él o más. Mi cuerpo temblaba, suaves jadeos subían por mi garganta y explotaban en sus oídos, necesitaba que esccuchara cómo me corría por él, cómo sentía los espasmos de mi vagina al correrse mientras notaba su polla dentro de mí, como si se hubiera convertido en un parque acuático y su polla lo recorría resbalando por cada uno de los toboganes que se habían formado. Volví abajo, a seguir comiendo ese manjar de dioses que en ese momemto le chorreaba, quería chupar cada una de esas gotas de néctar tan deliciosas y preciadas.
Me cogió con destreza y me dio la vuelta.
-¿Te importa?- mi respuesta debió parecerle bien, me metió la polla en el culo tras poner algo de lubricante en ambos y empecé a moverme como podía mientras él me embestía. Qué sensaciones tan placenteras. Qué sueño tan real. Volvió a girarme y mis ojos volvieron a cerrarse con un placer inconmensurable. Entonces volví al aquí y ahora. Ya eran las 3.30 ¿había soñado todo aquello? En otra ocasión me habría vestido e ido a casa seguramente, pero necesitaba pruebas de lo que había soñado.
Decidí acercarme a él, tenía frío, su brazo me cogió de la cintura, yo acoplé mi culo tal como creí haber soñado y su polla despertó con mis movimientos y empecé a sentir unos pequeños mordiscos en el cuello.
• ¿Te has quedado con ganas de más, mi pequeña amazona?- dijo en mi oído- tú quieres acabar conmigo- y noté la sonrisa en sus labios mientras me giraba para besarme y perderse bajo el edredón mientras notaba cómo mi coño volvía a palpitar humedeciéndose para recibirlo...