Amigas
Al final todo tiene su momento y el nuestro es este, es curioso como al final una app va a despertar mi yo más interno, va a hacer que salgan a flote todos mis deseos. Ayer hablando contigo supe que te debía esto, sin duda era contigo con quien tenía que vivir este momento.Vienes de la cocina con dos cafés, tantos años juntas, no hace falta que te diga como me gusta, no hace falta que te diga lo que me gusta, tú me conoces, yo te conozco a ti. Hace muchos años ya de ese momento en mi espalda…esa mano que me recorrió de arriba abajo, despacio haciendo que mi piel se erizara, es mirando sabiendo que nos leíamos perfecto.
Te sientas a mi lado, y sé que hoy voy a ser yo la que te regale un momento nuestro, que no olvidaremos y que nos encenderá cada vez que recordemos.
Llevas la bata que te regalé, la que pensé para ti cayendo por tu cuerpo para que te sintieras sensual, erótica cada vez que te la pongas. Fumas. Estas tranquila. Mi mano se apoya en tu rodilla. Es inmediato. Lo notas…nosotras siempre hemos sido así. Lo notamos, lo olemos. No me quitas. No haces nada. Miras mi mano. Muy despacio sube por tu pierna hacia tus caderas, la bata se abre dándome permiso. Noto que no sabes que sentir, en ese momento me miras. Soy yo. Tu amiga. Tu confidente. Tu igual.
Retiro con mi mano el pelo de tu cara. Me acerco. No pensé que fuera a sentirme así, estoy excitada. Me miras, no acabas de creerte lo que está pasando. Podemos sentir nuestros alientos, entre abres la boca y sé que es una invitación. Finalizo el camino a tu boca y despacio te beso, es la primera vez que nuestros labios se tocan, esos que ambas sabemos que han estado en tantos otros lugares ahora unidos en este momento. Es un beso sensual, cálido y lleno de tensión. Retiro tu bata del cuello, separo mi boca de la tuya, te miro, sonríes y beso tu cuello…quién si no yo, sabre exactamente que teclas tocar. Sale un gemido de tu boca, echas la cabeza atrás. Mi mano ha llegado a tu ropa interior, la bata ya no esconde nada, acerco mi mano a esa zona que ha reaccionado de forma visceral a mi proximidad…aparto muy despacio tus bragas y te toco. Cierras los ojos. Te dejas llevar. Es exactamente lo que quiero que hagas. No quiero nada de ti. Quiero dártelo yo. Estás mojada, reaccionas a mí. Toco despacio tu clítoris, tus piernas se abren, te gusta lo que hago, y aumento la velocidad de mis dedos... gimes... y me atrevo a sentirte por dentro, meto mi dedo corazón, y localizo a la perfección ese punto me muchos no saben que existe, sale todo el aire de tus pulmones, te agarras al sofá y me susurras un “sigue…” que me eriza la piel. Y lo hago, muevo mis dedos como lo haría conmigo, al final hace tanto que somos uno que es como si me masturbara a mi misma. Cada vez muevo más rápido el dedo y lo saco despacio para estimular tu clítoris. Tu cuerpo en el chaiselonge y yo me pongo de rodillas justo a tu lado para poder moverme como tu necesitas. Vuelvo a besarte mientras estimulo un poco más rápido tu clítoris, cada vez tu respiración está más acelerada, pero estás tranquila, sabes que no tienes que ser nada ahora conmigo, yo te cuido, aquí solo hay placer para ti. Entro en tu interior está vez con dos dedos y los muevo con más fuego, me encanta verte así, entregada al placer, mi dedo pulgar se apoya en tu clítoris y toda mi mano estimula tus zonas más delicadas, con tu mano derecha agarras mi muñeca pero no con intención de que pare, quieres que siga y yo no voy a parar, cada vez estás más mojada, eres libre, sientes que se abre dentro de ti una sensación que no conocías. Hoy te vas a correr para mi, yo voy a abrir ese camino que tanto deseas, cada vez mi mano se mueve con más violencia haciéndote gemir entregada, me pides que no pare y te susurro al oído que no voy a hacerlo. Que quiero ver como de ti sale toda tu pasión, quiero que me llenes la mano de placer, que te corras en mi mano. Noto como un temblor atrapa mis dedos dentro de ti, reconozco ese temblor porque es mío, no voy a parar, quiero que grites, que grites para mi, no hay nada más que tu y esa sensación que te invade lentamente, poco a poco, recorriendo cada nervio de tu cuerpo. Te agarras a la parte alta del sofá con las dos manos, completamente abierta para mi y mi mano implacable en tu clítoris y dentro de tu vagina en un movimiento que te embriaga…que te lleva a otro sitio. Te beso para atrapar tus gemidos, vuelvo a esa zona de cuello que nos deshace y te digo al oído…córrete, hazlo, solo estás tu y tu placer, es conmigo con quién tiene que ser. Y en ese momento un gemido de la parte más interna de tu cuerpo invade la casa, estás en otro lugar, te invade un orgasmo tan abrumador que las lagrimas te recorren las mejillas, sonríes, entera, satisfecha y totalmente completa. Me retiro despacio…¿otro café?