MAÑANA
Acordaron su cita enredados en una madeja de confianza y complicidad tejida con conversación, confesiones, deseo y fantasías compartidas desde una distancia cada día más insoportable. Lo que había empezado como un juego, una casualidad afortunada dentro del maremágnum cibernético , fue derivando hacia una relación que traspasaba el muro de lo fisico, descubriéndose mutuamente senderos embarrados por rebaños grises juzgando lo que no debe sino sentirse y que se revelaban ahora transitables, rotos los cerrojos que los habían mantenido presos en pertinentes celdas de cartón piedra. De manera tácita, habían obviado el convencionalismo del intercambio de fotografías , innecesario al considerar su aspecto atrezzo superfluo sin valor alguno para confirmar cuánto se gustaban. Sin embargo, al verla frente a él por fin tangible, con esa manera de mirarle llena de colores , le pareció que nadie, nunca, podría ser más hermosa. Pese al avispero en su estómago, tomó su cara entre las manos y cuando saludo a su boca , lenta, profundamente, con las ganas desbordándosele por entre los labios, celebró comprobar que ella también temblaba.
Sólamente " hola, has tardado ..." y colgaron el cartel de "no molestar " en el pomo de infinitas puertas abriéndose para estrenar gemidos, vigilias extenuantes, sudor, hambre , fóllame , ya clarea, me encantas...
¿Y después?
Despues, niña... mañana.