El Infierno personal del director Espiritual-El Internado V

El Infierno personal del director Espiritual-El Internado V
Continuación de El Internado IV

“Tenemos un mundo que hemos creado según lo íbamos imaginando, a este mundo le llamamos nuestra cultura, cada país la suya, sus políticas, sus religiones, sus formas de cocinar, de hacer sexo, etcétera.
Si queremos tener unas “culturas mejores” habrá que volver a imaginar sobre todos esos temas; la mayoría de ellos prescindibles, excepto: la comida, la bebida y el sexo, en todas sus formas imaginables.”
La feminidad de las diosas los turba…”
La belleza es poder…”

Así reza un gran cartel en la cabecera de la cama de Bianca.

Llegado el domingo Bianca y Elodí - su amiga íntima, la que filmó el acto sexual con el director de estudios -, se dirigen al despacho del director espiritual, a esperar que termine su homilía principal, la de las doce.

Entran por la puerta trasera que da al jardín, y antes de descorrer las cortinas que separan la puerta del despacho, oyen toser, se paran y con cuidado abren un poco las cortinas; y cuál es su sorpresa, que se encuentran sentada en el sofá a una señora de unos cuarenta años muy bien vestida en situación de esperar a alguien.
• Parece la madre de alguna de nosotras, esperando al Sr. Josef – susurra Bianca a Elodí.
• Fílmala… - le indica a Elodí

Oyen al padre Josef…
... Por los enemigos de la fe católica
... Por las benditas ánimas del santo purgatorio...
... Por las necesidades sin remedio de la santa iglesia

Kyrie eleison...

Al poco rato, entra el padre Josef, ella se levanta, le abraza y se besan sin ningún recato.
• ¡Josef…mi amor…cuanto tiempo sin verte…!
• ¡Oh, Claudia…que alegría me das…!
• Aquí te he traído “las necesidades sin remedio” – y le entrega los 1.000 euros.
• ¡Mil gracias, Claudia, prefiero no cogerlos de la recolecta para que nadie lo note, te los devolveré cuando pueda!
• No es necesario, ya me los devuelves con creces con “tú amor” …
• ¿Qué tal se porta mi hija?
• ¡De maravilla como siempre, Steffi es una chica ejemplar!
• Me alegro, me voy corriendo, que mi marido y unos amigos me esperan para comer en Ratisbona – se abrazan y besan nuevamente.
Claudia pasa rápida entre las cortinas, sin percatarse que están Bianca y Elodí escondidas entre ellas.

• Que fuerte, es la madre de Stephanie… ¿lo has filmado todo? – se susurran.
• Todooo…

Esperan unos minutos para disimular, y aparece solo Bianca, Elodí se queda detrás de las cortinas filmando.
Bianca se ha llevado unas cuerdas, una fusta y un vestido super sensual, lo tiene todo planeado. Vive para eso, para ver realizadas sus fantasías.

• ¡Buenos días, padre!
• ¡Hola, Bianca, que sorpresa, no te esperaba tan pronto!
• ¡Así nos dará tiempo a hacer y hablar unas cosas que tengo en mente! ¡Siéntese en ese sillón antiguo que parece un trono papal o real!

El padre Josef obedece, y ella empieza a contarle lo ocurrido con el director de estudios, el día que hizo de niñera de sus hijos.
• ¿A dónde quieres llegar con todo esto Bianca? – le dice balbuceando y temeroso.
• ¡Si quiere saberlo, tiene que obedecer mis deseos de hoy!
• ¡De acuerdo te obedezco hoy…pero solo hoy…! – Bianca se sonrió con malicia.

• ¡Colócate con el sillón, frente a la mesa a un metro de distancia más o menos! – Josef obedeció sin rechistar, y se dio cuenta de que ya le tuteaba.
Ella sacó de su bolsa las cuerdas, le ata las muñecas a los brazos del sillón, y los tobillos a las patas de ese trono.
• No me irás a hacer daño, ¿verdad?
• ¡Todo lo contrario! ¡Te voy a dar deseo y placer! – Josef se puso rojo de deseo.

Acto seguido le abrió la bragueta, y le sacó la polla.

• ¡Padre, vaya polla que tiene! ¡Ja, ja, esto es una señora polla, celestial o infernal, pero un pollón…! ¡También me recuerda a los gruesos cirios pascuales! ¡Me gusta…creo que me la voy a quedar para mí uso personal! – la polla al oírlo se empezó a poner dura y tiesa.
Josef no sabía que pensar, ni cómo reaccionar, solo sabía que esa situación tan morbosa le agradaba, y su instinto animal, le decía que no se resistiera, y se dejara llevar por esa criatura que parecía una diosa en hermosura, y un demonio en perversidad.

Después de sacar una fusta de su bolsa, Bianca se desabrochó dos, de los tres botones que cerraban por delante su minifalda de cuero negro brillante, se sentó en la mesa frente a Josef, poniendo los pies en el sillón, dejando totalmente abiertas sus piernas, y totalmente visible sus bragas, rojo fuego intenso.

• ¿Qué padre, le gusta la nueva puerta de entrada al infierno?
• ¡Mucho, la que más…! – dijo él con total convicción e indisimulado deseo carnal; el cipote se le movió cimbreando en señal de total aprobación.
• ¡Mmmm, me gusta lo que dices, toma un premio…! – y le azotó el glande con la fusta, sin contemplaciones.
• ¡Ahhhhh…! ¡Mmmm…!
• ¿Te gusta Josef?
• ¡Síí…!

Bianca se reclinó hacia adelante, poniendo sus pechos a un palmo de la cara de él, se desabrochó la blanca blusa de arriba abajo, y medio abriéndola dejó ver la mitad de unos tersos y potentes pechos, defendidos por un precioso sujetador rojo lava, a juego con las bragas.

• ¿Crees que resistirás o sucumbirás…? – le preguntó a Josef.
• ¡Ni uno ni otro, me derretiré…!
• ¡Buen chico…pues escucha con atención…!

Y reclinándose hacia atrás apoyando las manos en la mesa, dejando bien abierta la blusa y las piernas, comenzó a relatarle al padre Josef:

“Descubrí la masturbación por mí misma, aunque creo que las continuas negativas de mis padres a esos temas, contribuyeron más a concentrar mi interés en esta parte prohibida de mi cuerpo. Al principio, me complacía en la exploración. Poco a poco al hacerme mayor, de tanto machacarnos los padres y el colegio, sobre la maldad de estos actos, hizo que la impresión de que estaba haciendo algo vergonzoso y extraño llegara a formar parte del placer.

Sin saber cómo, un día comencé a entregarme a fantasías masoquistas, en las que, era animada por hombres de sucias mentes y malignos, a mostrarme una ‘pícara’. Tales fantasías, de las que me sentía culpable, y luego iba a confesarme, fueron después una parte esencial de mi masturbación.

Así que empecé a pensar que quizás mis amigas también se masturbaban y sentían lo mismo. Lo hable con un par de ellas, y les pasaba los mismo… ¡era una locura!
La primera vez que experimenté un orgasmo fue con quince años. Me asusté un poco…pero viendo que no me pasó nada, al día siguiente repetí, y, además, me sentía a gusto.
A los pocos días repetí, y a partir de ese momento acepté la masturbación y el orgasmo como una cosa natural y empecé a disfrutar de él, y nunca más me volví a confesar.

A esto hay que añadir que pillé in fraganti varias veces, a mi madre liada con el hijo mayor de su cuñado, un machote de unos treinta años.

Además, una tarde de sábado, el padre que dirigía los Boys scouts me invitó a su casa a ver unos asuntos de los próximos campamentos. Éste era un buen hombre.
Me ofreció un refresco y, sin él saberlo, cuando estábamos cruzando el piso que compartía con otros sacerdotes, al llegar al salón había dos o tres con la principal puta del pueblo. Fue un flas para él, pidió perdón, cerró rápidamente, se puso como un tomate, nos fuimos a su habitación, y dimos por terminada la reunión. Nunca más se habló de aquello, es la primera vez que lo menciono.”

• ¿Vas pillando Josef? – y Bianca le da un nuevo azote en la punta de la tensada polla.
• ¡Sí, sí… pillo!

Bianca continuó:
“A raíz de todo aquello, decidí estudiar todo lo que pude sobre la sarta de engañifas que nos cuentan nuestros padres, profesores y consejeros espirituales; engañifas basadas en las religiones y políticas del lugar de nacimiento, y heredadas desde hace miles de años.
Y cuando llegué al capítulo de la Pornocracia papal del siglo X, que, por supuesto lo encontré en libros ocultos, y nunca mencionados por mi familia, o mis profesores, me quedé perpleja, y con el tiempo he ido madurando la idea de tener mi propia Pornocracia.
Cuando cumplí la mayoría de edad, me di cuenta de que tenía un cuerpo de diosa. Y saqué varias conclusiones de esos estudios y de mi cuerpo endiosado:
- Que los griegos, los romanos y los primeros cristianos se servían de las mujeres en sus relaciones ritualistas con los dioses.
- Que las jóvenes con un cuerpo como el mío, se parecen tanto a las diosas imaginadas por los hombres, que éstos con sus ojos de mortal, ya no saben distinguir entre unas y otras, como decía aquella, ni entre Nausícaa y Artemisa.
- Que el placer que los “machos y héroes”, pueden experimentar en este tipo de unión sexual, es tan fuerte para ellos, que se creen estar haciéndolo con una diosa auténtica, metamorfoseada en esos momentos en hembra mortal.

Con estas premisas, me percaté claramente que: LA BELLEZA ES PODER…

Y tú y yo, junto con siete diosas más, y sus respectivos sumisos, vamos a montar una Pornocracia en este lugar mientras yo esté en el.
• ¿Lo sigues pillando? – y otro fuerte azote con la fusta en la punta del grueso capullo.

Josef estaba rojo y desencajado, aunque su monstruosa polla, no descansaba, funcionaba sola, no paraba de “dar saltos”, y derramar humedad.
Bianca se quita la blusa, quedándose solo con el sujetador rojo lava intensa, color que ya se reflejaba en la cara del sacerdote.
• ¡Como me gustaría comerme esos pechos! – pensaba él.
• ¡Tienes cara de estar deseando comerte mis tetas! ¿Me equivoco?
• ¡Nooo…!

Se bajó de la mesa, inclinó su pecho hasta ponerlo en la cara de Josef:
• ¡El broche está entre las dos tetas, cógelo con los dientes! – Josef obedeció.
Ella empezó a tirar despacio hacia atrás, y el broche se iba abriendo poco a poco.
El broche cedió y se abrió todo de golpe…dos tetas recién cumplidas mayoría de edad, bonitas, preciosas, y muy duras; salieron disparadas y saltando de su encierro, dejando a Josef inmóvil y fijado en ellas. Ni se daba cuenta que estaba boquiabierto y babeando.

• ¿Te has comido alguna vez un cuerpo de una joven diosa?
• ¡No!
• ¡Pero sí los has deseado y espiado! ¿Verdad?
• ¡Sí!

Bianca se arrodilla al lado de la mano derecha de Josef y le pone el pecho izquierdo en su mano, él lo coge con ansiedad y nerviosismo, mueve la mano como las cuerdas le dejan, se le crispan los dedos de ansiedad por abarcar toda esa dura y joven teta.

Después de dejarle que se la sobe un par de veces, poniéndose detrás de él, le hecha la cabeza hacia atrás, se la gira y le planta la otra teta en la boca.
Él no da crédito a su suerte, la chupa como puede, pero la chupa – nunca en su vida le pasó una cosa tan increíble y deliciosa – piensa.
Le llena la teta de saliva incontrolada, jadea con desesperación, se le salen los ojos de sus orbitas. Ella desde esa posición le vuelve a dar en la polla con la fusta. Nota como le sale algo de semen – tiene ganas de eyacular – piensa ella.

• ¡Padre, me gustan tus suaves manos, me gusta tú lengua y como chupas mis tetas, me gusta tú enorme polla, parece el rabo del diablo! ¡Nos vamos a llevar muy bien los dos!
• ¡Hablando de caricias y llevarnos bien…! ¡Me he traído a una ayudante muy especial!
Aparece Elodí cámara en mano:
• ¡Hola, padre!, ¿qué tal la fiesta? – Josef se quedó blanco con la nueva sorpresa.

La polla de Josef saltó de alegría sin él quererlo - Bianca se percató al instante.
Pero Josef sí se percató, que Elodí solo llevaba una camiseta rosa, que le cubría justo hasta el comienzo de las nalgas. Y que no llevaba nada que sujetara esas otras exquisitas tetas.

• ¡Mmmmm… joder otra diosa… mmm…! – soltó sin darse cuenta.
• ¡Biennn…por fin dijo algo coherente padre... ja, ja! – dijo Bianca.
• Padre, a Elodí le gusta mucho hacer mamadas, se ha mamado ya a más de diez chicos, y lo debe hacer muy bien porque todos repiten, pero no creo que ninguno tenga una polla como la suya ¿verdad Elodí?
• ¡Ya lo creo que no, vaya polla, esto es un divino pollón en toda regla…me voy a poner hasta el culo…mmmmmm!

• Pues si le parece ella va a por su polla y usted a por mí coño ¿le parece bien señor futuro abad? - él asintió con tanta ansiedad y lascivia, que se le encendió rojo oscuro el rostro, y hasta el blanco de los ojos.

Elodí dejó la cámara en un sitio donde se divisaba toda la escena, y nada más liberarse de la cámara le suelta: “Te voy a hacer una ‘fellatio in corporis’ que vas a morir…si no me atraganto yo antes con ‘ese monstruo’ claro… ja, jaaa”
Se arrodilló delante del padre Josef, le desabrochó los pantalones, para sacarle todo su sexo, y cuando le sacó los huevos, se quedó nuevamente sorprendida:
• ¡Ostrasss…vaya pelotas tan grandes y duras…como se nota que llevan mucho tiempo sin disparar…ja, ja, ja…creo que vamos a tener para varias descargas…joderrr…!
• Necesito aligerarme de ropa, creo que voy a sudar mucho con este ‘divino dotado’. Seguro que los santos cruzados no estaban tan bien armados… – se quedó totalmente desnuda frente a Josef; se le salían los ojos de sus huecos, y el glande de su piel.


En eso que se abrió la puerta, y apareció una monja de unos cuarenta años, guapa, se le notaba que debió ser muy guapa.
• ¡Oh, perdón, perdón, no sabía que estaba aquí padre!
• ¡Ya puestos, no se preocupe madre, y pase que todo tiene su explicación! – le dijo él.
Bianca y Elodí, se quedaron inmóviles, a la expectativa.
• ¡Hola, chicas! – dijo la reverenda madre.
• ¡Hola, madre! – respondieron ellas.
• ¡Reverenda madre! – interpeló él.
• ¡Hola, reverenda madre! – corrigieron ellas, haciendo una reverencia simulada.
• Veréis chicas, esto no es tan asombroso como parece, os resumo la historia de ella y mía – empezó a contar el padre Josef.

“De joven estuve destinado por algunas de las islas del Caribe, junto con más sacerdotes de distintas religiones, juntamente con personal de varias oenegés.
Ya sabéis que ‘el Trópico es el sexo del planeta’, así que todo el que pasa por ahí, es muy, muy difícil que se sustraiga a tal placer.
Todos frecuentábamos a hembras tropicales, y todas frecuentaban a machos tropicales.
En uno de esos antros, conocí a la reverenda madre, ella entonces no llevaba los hábitos, y la llamaban Rosario Navajas. Nos hicimos íntimos amigos, y la convencí para que tomara los hábitos, y se viniera conmigo a Alemania.
Con el tiempo yo subí rápidamente de escalafón, y haciendo uso del poder de mi situación, me la traje a mi lado. Desde entonces dirige el grupo de novicias que tenemos aquí, y cuida de mi intendencia personal y profesional.
Esta es la historia, y el por qué, ella no se ha asustado, ni sorprendido.”

• ¿Y por qué la llaman Navajas? – preguntó Elodí.
• Porque yo era una pimpolla guapísima, y mi padre abusaba de mi desde que yo era joven, y cuando maduré un poco, me pilló un día con el alma cruzada, cogí su navaja de afeitar, y le rebané de un tajo la polla. Salí corriendo, y me fui a vivir con una hermana de mi madre, que regentaba uno de los principales clubs de la isla, y allí ella decidió mi destino, y me cambió el apellido de mi padre, por el de la Navajas.
• O sea, estaba en el club de su tía ejerciendo de puta… y de las caras… - insinuó Bianca.
• ¡Efectivamente! ¡Y gané mucho dinero, dinero que he donado al padre Josef, y que él aquí lo administre!
• ¡Ese dinero forma parte de la redención de sus pecados del pasado! – apostilló él.
• ¡Pues me parece genial todo eso! ¡Reverenda, ya que usted ha sido profesional, nos echará una manita! ¿verdad?
• No estoy en situación de negarme por lo que veo.

Metieron al padre Josef con su sillón, dentro de la mesa, dejándole el pecho casi pegado a la mesa.
• ¡Elodí se meterá debajo de la mesa a chuparle ese rabo del diablo! ¡Y yo me voy a tumbar en la mesa para que me coma el coño! ¡Y usted reverenda, ya veremos…!
Sin más, Elodí se metió debajo de la mesa y empezó a gozar de esa endiablada enorme polla.

Bianca se puso boca arriba encima de la mesa, con el coño al alcance de la cara de Josef; abrió las piernas poniéndolas encima de los hombros de él, y le indicó:
• ¡Muerde las bragas y quítamelas!
Josef las mordió por la zona del coño, y fue tirando y tirando, hasta dejarlas a la altura de las rodillas.
Ella abrió las piernas todo lo que le permitían las bragas, y las dobló hasta rozar con las rodillas sus tetas; dejando su mojado coño a merced de la boca del padre Josef.
• ¡Cómeme el coño, mi sagrado coño…!
• ¡Para mí, todos los coños son sagrados, dan placer y vida! – respondió él.
• ¡Y tu ano, también es sagrado! – apostilló Josef.
Inclinado adelante todo lo que las ataduras le dejaban, se aplicó con devoción a lamer y chupar el ano y el coño, de abajo arriba; de una sola pasada lamía los dos, sin descanso, con ansiedad, mucha ansiedad, - hacía años que no me comía una cosa tan rica – pensaba.

A Elodí, se la oía debajo de la mesa, como se metía hasta el fondo de la boca esa enorme polla. Se atragantaba con su grueso glande, y se la oía como soltaba saliva gorda de la boca y la nariz.
• ¡Aaggg, uugg, mmmmm …dios que rica…! – eran los continuos sonidos de Elodí.
Cuando se la oía hablar era porque tenía la polla entre las tetas, el resto del tiempo siempre dentro de la boca, chupando sin descanso. Ojalá alguno de los chicos la tuviera la mitad que ésta – pensaba Elodí.

Bianca observa que la madre Rosario tiene cara como de querer participar, o por lo menos de que no le desagrada la escena.
• ¡Reverenda, súbase a la mesa, póngase de rodillas detrás de mi cabeza, y chúpeme los pechos! ¿Le parece buena idea?
• ¡Me parezca o no, llegados a este punto, no me voy a negar!
La reverenda madre Rosario Navajas, se remanga el hábito y subiéndose a la mesa, se pone de rodillas detrás de la cabeza de Bianca, teniendo enfrente al padre Josef.

Para sorpresa de ellos, miró hacia el techo y empezó a decir en voz alta:
• ¡Ya sé que lo que hago es espantoso!
• ¡Sólo te pido que mis culpas no recaigan sobre nadie más!
• ¡Si no haces un milagro para impedirlo, estoy perdida!
• ¡Pero no lo hagas…!
Y acto seguido, bajó la vista y sin dejar de mirar a Bianca, se fue directa a los pechos de ésta, a comérselos.

Bianca creía morir de placer, su potente y morbosa imaginación, había conseguido convertir en realidad uno de sus sueños; más aún, ya que nunca imaginó que apareciera la madre Rosario, y eso daba mucho más morbo a sus planes.
Mientras el padre Josef seguía lamiéndole el ano y el coño, y la madre Rosario no dejaba de chuparle y sobarle las tetas y el vientre, ella le levantó el hábito, y empezó a desnudarla por dentro, hasta conseguir alcanzar los muslos y el coño de Rosario, - éste sí que es un coño sagrado – pensó Bianca sonriéndose.

Rosario se retorció al notar en su interior el tacto de las jóvenes manos de Bianca.
• ¡Hija, hijaaaa…me haces estremecer rápidamente! ¡Ten cuidado, llevo años sin probar estos manjares!
Bianca no hace caso, acelera el ritmo contra Rosario Navajas, le acaricia con rapidez y fuerza las nalgas, le pasa una mano por el abultado coño, - debe estar otra vez virgen – piensa mientras se lo toca; le acaricia el ano con la otra mano y le introduce la mitad del pulgar. La madre Rosario aprieta el ano y los muslos.
• ¡Amor, méteme también dedos por el coño…! – le pide la madre Rosario abriendo un poco los muslos para que Bianca pueda introducir la otra mano.

Sin sacar el pulgar del ano, con la otra mano Bianca le metió dos dedos en la vagina, y empezó a moverlos en todas direcciones, despacio unas cuantas veces, y viendo que la madre estaba muy, muy mojada, aceleró los movimientos rápidamente.
Notó cómo empezaba a caerle en la cara esos sagrados jugos vaginales, y decidió concentrar esos dos dedos, en la zona corrugada de la vagina, y presionándola hacia abajo, y aflojando y volviendo a presionar, en pocas veces la madre Rosario orgasmó lo que tenía retenido de años.
• ¡¡¡Aahhhh, aahhhhh, dios mio, diosssssss, por diosssssss….Bianca me vas a consumirrr…amorrr…amorrr…diossss bendito…..me muero de placer……!!!

El padre Josef al oírlas también acelera sus lamidas sobre el ano y el coño de Bianca, y nota como su polla no puede aguantar más.
• ¡¡¡Joderrr…se está corriendo este monstruooo…vaya leche espesa y …!!! – Elodí no pudo continuar, la leche del padre salió disparada inundando la boca y la cara de ella.
• ¡¡Aaggg, uuggg, aagggg, mmmmm…no puedo respirar…joderr…!!
Elodí sale de debajo de la mesa, con toda su boca, la cara y los pechos, llenos de semen, y relamiéndose; con ambas manos las moja en el semen, y con una le da a comer a la madre Rosario, y con la otra a Bianca. Una vez han lamido las manos, las besa a las dos compartiendo el semen de su boca.

• ¡Saca un poco el sillón! – le ordenó Bianca a Elodí.
Bianca se incorporó, y viendo la enorme polla de Josef, todavía tiesa, dura y llena de semen por todas partes, se puso a horcajadas encima de él.
• ¡Padre, necesito que me bautice usted personalmente!
• ¡Hace años que no hago este tipo de bautizos!
• ¡Pues aplíquese porque a partir de hoy va a realizar muchos!
Sin mediar más palabras, Bianca cogió esa polla y se la introdujo poco a poco por su coño. Creía que no podría penetrarla, - es enorme para mi joven coño – pensaba ella.

• ¡Ohhhh…ohhh…mmmmm…dios que cosa tan enorme…! – decía mientras empujaba hacia abajo con fuerza, y lentamente le iba entrando.
• ¡Diossss…parece que me estén ensartando con una tranca…aahhhh…aahhhh…!
La madre Navajas sin avisar, se puso en las espaldas de Bianca, y cogiéndola fuerte de los hombros, tiró hacia abajo, haciendo que la monstruosa polla penetrara de golpe en la vagina de Bianca.
• ¡¡¡Aaaaahhhhhhh…aahhhhhhh…!!!
• ¡¡Joderrr…me va a salir por el pecho, diossss…!!
• ¡¡Está saliendo a chorro mucha leche y muy caliente…!!
• ¡¡Me está inundando todo mi serrr…está llenándome los ovarios y la vagina…me muero…me muero…!! – y así se quedó quieta y abrazada al padre.

Pasados unos minutos, despertó en la misma posición, - ¿sigo ensartada en ‘esto’?
• ‘Esto’ cariño, en el club de mi tía cuando veíamos venir al padre Josef, decíamos: “ahí viene "la monstruosa", ja, ja, ja”.
• ¿Padre, le ha gustado todo esto? – le dijo Bianca.
• ¡Le ha encantado, mira cómo tiene crispadas las manos en el sillón! – indicó la Navajas.
Le levantó los dedos de las manos, y sus uñas estaban totalmente marcadas en los brazos del sillón.
• ¡Sí, me ha encantado…pero…! – Bianca le cerró la boca con la suya.
• ¡No hay ningún pero…, con ese monstruoso cipote que parece un báculo, le nombramos nuestro abad…eso sí…arderá conmigo en el infierno…
*******_xxi Mujer
7 Publicación
Diosas! Ha sido espectacular...
Gracias 🙏
*******ICE Mujer
1.881 Publicación
Madre mia con el colegio d monjas... y yo aburrida en un publico..
Espectacular.
*********es76 Pareja
64 Publicación
Amigo Artemiso, ese convento esta dando mucho juego. ¿ Llegara Lucifer al internado?🤔😉
Mis muy queridos amigos "ingleses", no os olvidéis que en algunos de los relatos del Internado, pongo en la cabecera que es real lo que cuento, algunos como este último es mitad y mitad, y por eso no pongo nada en la cabecera.
Y hasta que la protagonista (Stephanie) se vaya a la Universidad, todavía hay espacio-tiempo, para que pasen cosas del Cielo y del Infierno.

Besos a los dos... *knutsch* *hutab*
*****ema Mujer
1.717 Publicación
Me hizo gracia el nombre de Rosario Navajas y cómo vas introduciendo personajes. Seguimos leyéndote
Pornocracia libre...
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