Del pollete a la arena
Paseando por el paseo marítimo, mientras vemos el atardecer nos acercamos al pollete que separa el paseo de la playa y, mientras, mantenemos buenas charlas.Entre risas, gestos cómplices y roces despiestados comenzamos a besarnos.
La gente pasea cerca de la orilla, observando el romper de las olas y como el agua se mezcla con la luz del atardecer.
Ese precioso paisaje nos hace pasar desapercibidos entre la gente lo que nos ayuda a generar confianza y poco a poco el jugueteo de ambos comienza a calentarse.
Tu con tu vestido suelto, tu bikini blanco esconde las partes más intrigantes de tu cuerpo y mientras mi boca saborea tus labios, mis manos empiezan a recorrer todo tu cuerpo.
Se escapan abrazos intermitentes entre risas vergonzosas junto con algún: "nos van a ver".
La tensión aumenta y poco a poco la gente va desapareciendo pero aun sigue quedando algún despistado sentado en la orilla del mar admirando el sonido del mar.
Mis manos se meten entre tu vestido, colocado en forma de pareo que insinúa todos tus rincones provocando una excitacion extrema y un deseo imposible de aplacar.
Mis manos comienzan a acariciar tus piernas mientras mis labios saborean el jugo de tu piel.
Caminando con mis labios por tu cuello, subo mi mano por la cintura jugueteando con mis dedos hasta llegar a tus pechos, cubiertos por la parte de arriba del bikini y buscando un hueco para tocar tu piel.
Mis dedos saltan por debajo el aro del bikini y comienzan a tocar tus pechos, tus labios se muerden y tu mirada no engaña, y con un susurro me pides que continue.
Mi otra mano encuentra un hueco por detrás y despacio consigue acceder a los corchetes que abren el bikini.
Mi mano en tus pechos, con ayuda de la otra consiguen liberarlos del bikini y éste comienza a caer lentamente hasta que llega a la arena y con una patada lo escondes con algo de arena cerca del muro.
Siguen los besos y las caricias comienzan a ser más intensas, rodeando tus pechos, jugando con tus pezones cada vez más y mas duros.
Bajo mis labios por tu cuello, y con pequeños mordiscos sigo avanzando hasta llegar a tu hombro pero tus manos agarran mi cabeza y con una mirada de deseo, tus labios se desgarrar en un leve mordisco que insinúa más aún.
Salto del pollete y bajo a la arena, tus pies rozan la arena, la altura nos permite seguir jugando, la luz acompaña y cuando se aproxima la noche donde, apenas se observa la leve luz de la luna y de algunas velas de los restaurantes cercanos me arrodillo en la arena.
Empiezo a jugar con mis labios, recorto tus piernas al mismo ritmo que mis manos siguen avanzando.
Mis manos llegan a tu coño y por encima de la braga se observa en el tacto la humedad que provocan los besos, la excitacion.
Mis labios continúan por la rodilla, aproximandose al muslo, mis manos, de forma sutil abren tus piernas mientras la escalada de mi lengua continúa hacia tu cintura y tus manos arañan mi espalda dándome avisos del nivel de excitación de tu cuerpo.
Tus piernas abrazan mi espalda empujando mi cuerpo más adentro de tus piernas.
Tus manos se apoyan en el pollete y ligeramente echas el culo para adelante ayudando a mi lengua a llegar más rápido a tu coño.
Comienza a jugar, mi lengua disfruta del sabor de tu excitacion encharcando las comisuras de mis labios de placer.
Mis dedos se unen para darte más placer mientras mi lengua sigue jugando.
En un arrebato, tus manos se van a mi cabeza y con un movimiento espasmoso de tu cuerpo, hacia atrás, aprietan más fuerte ahogando a mi lengua dentro de tu coño saboreando todo tu placer.
De pronto, en una décima de segundo, todo se para. Una voz, de varios jóvenes que paseaban cerca de nosotros alzan la voz con un: "Dale dale, que al final la dejas seca".
En medio del sobresalto, nos miramos a la cara y comenzamos a reír a la vez que levantamos el pulgar hacia los jóvenes dándole las gracias por habernos jodido el momento que deberá seguir en otra ocasión.