La biblioteca
Otra vez en la biblioteca intentando terminar los informes que debo entregar en el trabajo esta misma semana. Toda la empresa está revolucionada con el cambio de jefe ¿Qué más da que sea una mujer? Es absurdo. Que sigan trabajando y ya está. Me levanto a coger uno de los libros que suelo utilizar para corregir mis informes y noto otra mano sujetándolo por la otra punta, me giro y me encuentro con los ojos más verdes que he visto en mi vida. Me he quedado tan parado que no he reaccionado y ha aprovechado para coger ella el libro y llevárselo. Mis ojos siguen el contoneo de sus caderas y cuando por fin mi mente vuelve a mí voy a buscarla, necesito ese libro. La veo en una mesa con un portátil mirando el libro y la pantalla, veo como mueve las piernas por debajo de la mesa, se ha quitado los zapatos y estira los dedos de sus pies como si no se diera cuenta de lo que hace. Me dirijo hacia ella• Disculpa- levanta las cabeza hacia mí y sus ojos vuelven a atravesarme y noto un calor por la zona de la ingle. Está esperando a que le diga algo- es que iba a coger ese libro justo cuando lo cogiste de mis manos.
• No fue así- tiene una voz sensual y una bonita sonrisa de medio lado-no estaba en sus manos.
Mi mente viaja imaginándola desnuda, de repente, creo que estoy empezando a sudar y a enrojecer.
• Se me ocurre algo- la escucho decir a lo lejos- trae tus cosas aquí y podemos compartirlo- ¿Pero qué me pasa? Asiento con la cabeza y voy a x mis cosas. Cuando me siento a su lado veo que la falda se le ha enganchado a la silla dejando a la vista algo más que su muslo. Me siento junto a ella sin dejar de mirarla, entonces me mira y dirige sus bonitos ojos hacia donde están los míos, en vez de bajarse la falda mira hacia mi paquete, y tiene que notar que me va a explotar. Se acerca a mi oído y apoya una mano en mi muslo.
• Puedes desabrocharte el pantalón o te va a estallar, además así estamos en igualdad de condiciones.- le hago caso y me desabrocho, la punta de mi polla sobresale por mis calzoncillos y ella la mira y lame sus labios con lascivia. Coge un bolígrafo y lo tira al suelo.
• Qué torpe soy- dice y se agacha debajo de la mesa para cogerlo, de pronto noto sus manos liberando por completo mi polla, miro hacia abajo y veo esos ojos verdes que me han hipnotizado mirándome mientras mete en su boca mi polla erecta. Creo que estoy soñando, miro a mi alrededor y nadie mira hacia nosotros ni se percata de que tengo ganas de gritar de placer y de pura fantasía. Cojo su pelo y tiro de su cabeza hacia mí, arriba y abajo y su lengua sin dejar de juguetear alrededor de mi glande y de lo que puede, succiona despacio y el placer que siento es infinito, es una situación surrealista, el placer acude en oleadas de calor por mi interior y estoy seguro de que me voy a correr enseguida, intento avisarla para que se retire pero sus ojos me miran y abre la boca esperando, entiendo que no quiere moverse de ahí y en cuanto su boca vuelve a cerrarse y su lengua a acariciarme noto unos espasmos de placer al correrme en su boca, ella traga sin problema y sigue succionando , joder cómo me gustaría dejarla ahí todo el día. Cuando termino, ella lame como nunca me han hecho y se retira, sale de debajo de la mesa mirándome y sonriéndome, abre las piernas y remanga su falda, no lleva bragas, por lo que mi mano se desliza y me mira sonriendo y limpiándose una gota de semen de la comisura de sus labios. Enseguida noto que está empapada y meto 2 dedos en su vagina pero está demasiado dilatada así que voy a buscar su clítoris, está abultado, como me gustaría lamerlo y disfrutarlo pero no puedo hacerlo, así que cojo su botón y jugueteo con él mientras ella mira mi boca con deseo, creo que le gustaría besarme y a mí me encantaría tener mi polla dentro de ese calor y esa suavidad que son su coño ahora mismo. Sigo jugando con su clítoris hasta que la veo jadear y soltar un gemido ahogado y aumento la velocidad y presión de mis dedos para que disfrute. Es lo único que quiero. Y cuando termina, se arregla un poco sin mirarme, empieza a recoger , se acerca a mi oído y me da las gracias dejándome sin palabras y con ganas de más. La veo alejarse contoneándose como al coger el libro. Guardo la experiencia en un baúl de mi cerebro que se llama Fantasía v vuelvo a cerrarlo.
Llega el viernes en la oficina y la nueva jefa aparece por fin, sus ojos verdes se clavan en menos de un segundo en los míos y mi cuerpo reacciona al estímulo de su sola visión. Me está sonriendo y mi mente vuela hasta la biblioteca.