¿Me ayudas a continuar la historia?
"Llovía y cada vez que andaba solo podía oír los tacones sobre el asfalto. Estaba centrada en los sentidos. Habíamos quedado en un bar de ambiente liberal. Estaba nerviosa y expectante. Tú estabas esperando en la puerta, me besaste en la mejilla y me susurraste que no tenía por qué estar nerviosa, estaba preciosa con mi vestido negro corto de tirantes. Entramos y nos pusimos en la barra, tomando algo. Tu jugabas conmigo, con mi anticipación, cada vez que podías me rozabas sutilmente: las manos, la mejillas... Hasta que pusiste tu mano sobre mi muslo y hacías círculos con tus dedos sobre él. Subiste tu mano por debajo de la falda y notaste mi humedad en mi ropa interior y volviste a empezar a hacer círculos sobre mis bragas. Había dos hombres observándonos, se acercaron y les diste permiso para tocarme, empezaron por mis pechos por encima del vestido, mientras tu mano empezó a tocarme sin ningún tipo de barrera, primero sobre el clítoris despacio suavemente y luego metiste un dedo en mi. Yo estaba acalorada, demasiada estimulación por todos lados, no podía pensar. Me bajaron los tirantes, quedando mis pechos al aire, aprovecharon para introducirse mis pezones rosados en sus bocas. Notaba sus erecciones rozando mis manos y también podía ver la tuya. No me diste tregua, introducías una y otra vez tus dedos sobre mi, yo intentaba cerrar las piernas porque me daba vergüenza correrme delante de todos vosotros, pero me dijiste que estabas ansioso por verme como os lo daba todo. Así que me dejé llevar, notaba como el orgasmo crecía en mí. Explote notando tus dedos, sus bocas y manos sobre mis pechos. Te empape la mano, mientras me susurrabas al oído lo preciosa que estaba, con los pechos al aire, sonrosada por la intensidad y la vergüenza"