En una terraza
No soy muy de bares ni de terrazas, pero esta mañana, entre el fin del estado de alarma y el solecito que hacia, vi una terracita muy soleada con mesas libres y me apeteció sentarme a pedir una infusión para leer la prensa en el móvil y así darme uno de esos minúsculos caprichos de la vida que dan alegría a la misma.Después de repasarme las noticias y con la infusión ya terminada, decidí mirar los mensajes del Joyclub a ver si ella había respondido a mi mensaje, muchos perfiles interesantes, pero el suyo era especial, me gusta deleitarme mirando el arte y la sensibilidad de su imagen, su cuerpo y la forma de exponerlo es única, esa sensibilidad y sensualidad que remueven mis instintos, los educados y los no educados, aun sin tu respuesta a mi saludo.
Y el destino en su macabro planteamiento me ha puesto a prueba, justo en el instante que decido entrar a la aplicación y ver los mensajes de hoy, aparecen dos mujeres que se sientan en una mesa a poca distancia de mi y me quedo perplejo al fijar mi mirada en una de ellas. Su pelo negro hasta la barbilla, liso y casi acariciando su piel al final daban una perfección a su rostro que me invadió, un cuello estilizado y precioso que dejaba ver la parte alta de su torso y las líneas de sus hombros que daban paso a un cuerpo perfecto con un vestido hasta media pierna, donde se intuía muy bien cuidado y definido tus líneas y tus curvas, con tus pechos firmes aparentemente sin ropa interior, se mostraban ante mis ojos.
Volviendo a subir la mirada me fijo en algo de lo que no me percate la primera ocasión... en el cuello tiene un tatuaje... no me lo puedo creer, es ella, ES ELLA!
En mi cabeza retumban esas palabras una y otra vez nublando mi mente, incapaz de reaccionar. Durante unos instantes me quedo anulado por tu presencia. Entro en tu perfil necesito asegurarme, veo tus fotos con excitación y nerviosismo. Compruebo detalles, busco mas coincidencias, pero se que eres tu. La expresión de tus labios, tus manos, tu cuerpo, te deseo en silencio desde mi silla, observo tu escultural presencia mientras en mi cabeza se suceden los pensamientos, voy a saludarte? Sera correcto si voy a decirle como la conozco? Sabrá quien soy? Ninguna de las preguntas que me surgen me gusta... no se como salir de esta. Caricias, besos, olores, sensaciones, palpitaciones, erecciones... todo en un cóctel de poderoso elixir invade mi mente.
Me pido una segunda infusión mientras alterno mi mirada entre la pantalla fría del teléfono y el calor presencial de tu figura, estoy tan excitado que se me notaria si me levanto.. otra razón para no moverme. Intento calmarme, templar mi espíritu alterado por tu presencia que inunda mis sentidos, repasando una y otra vez la forma de tu cuerpo en mi mente y desnudándote con mi imaginación desbordada, lametones, miradas, roces de piel con piel, tu pelo entre mis dedos, tu olor tan cerca de mi.. la proximidad a un extasis sexual en mi organismo es tal que noto como estoy cerca de todo y de nada a la vez...
Termináis vuestra conversación y os levantáis... te vas a ir, no puedo permitirlo, aun no he tomado una decisión, instintivamente me levanto también pero me quedo inmóvil, mi cerebro por fin reacciona y me dice que no lo haga... que no vaya a hablar contigo, que no me presente. Oigo tu voz por ultima vez mientras te alejas.. incluso tu voz me parece sensual y atractiva.
Así que decido no perseguirte, no hablarte, me voy en dirección contraria a la tuya, me voy a mi casa, necesito expresarte todo lo que me ha pasado por la mente mientras te veía...
necesito llegar al ordenador y escribirte un mail de contacto contándotelo...
"No soy muy de bares ni de terrazas, pero esta mañana...